El folclore electoral argentino siempre tiene el mismo estribillo: la gente vota con el bolsillo. Se acercan los comicios de medio término, una suerte de plebiscito del oficialismo; y el escenario, convulsionado por los reclamos políticos, sociales pero, ante todo, económicos, trae el eco de épocas pasadas y poco auspiciosas.
Mientras transita el segundo año de mandato, al Gobierno nacional ya no le calza el discurso de la pesada herencia. A la hora de mostrar los dientes, el PRO puede dar un giro en materia económica o resignarse a la derrota. En tal sentido, la inflación se vuelve el índice más claro de la economía para la clase media, que ve su consumo cotidiano afectado de manera inmediata.
Los números estimados en el Presupuesto, de 17 puntos porcentuales para este año, parecen una meta inalcanzable para la mayoría de los economistas. Si bien, en enero, el Indec midió una inflación del 1,3 %, los intentos por anualizar ese dato se frustraron ante el número de febrero: 2,5 %, el más alto en ocho meses.
“Nadie cree que la inflación esté en el rango que mide el Presupuesto”
El economista y periodista Alfredo Zaiat conversó con La Tecla sobre el panorama económico para este 2017. “Tanto en el sector privado como los funcionarios, aunque no lo digan públicamente, nadie cree que la inflación del 2017 esté en el rango que mide el Presupuesto ni en el de lo que define el Banco Central. El bimestre ya te adelanta una tasa de inflación elevada, con promedios del 2 por ciento, y eso ya te pone un piso muy alto para este año, a lo que le tenés que sumar los tarifazos ya anunciados”, desarrolló.
Zaiat consideró que “los que son relativamente optimistas hablan de una tasa de inflación de entre un 23 o un 25 por ciento para este año”, por lo que, “de acuerdo al consenso mayoritario entre los economistas, la tasa de inflación va a estar por encima de las previsiones oficiales”.
Por otro lado, se refirió a los efectos que tienen las políticas económicas del gobierno en el sector productivo: “El Banco Central no tiene ninguna política hacia la producción que sea favorable para el mundo empresario. Tiene tasas de interés muy elevadas y ha eliminado cualquier tipo de financiamiento y subsidio para el sector productivo, por lo que está brindando un terreno fácil para una bicicleta financiera fabulosa, con ganancias extraordinarias para los grandes bancos locales e internacionales”.
“Últimamente se percibe una cierta salida de la recesión”
El exsecretario de Hacienda, Manuel Solanet, consideró que la meta del Gobierno fijada en el Presupuesto “se puede cumplir, siempre que no se proponga una recuperación mas rápida de los niveles tarifarios, que aún están atrasados en sectores como el transporte y también en la energía”. En este sentido, desarrolló: “Creo que en un año electoral hay una decisión oficial de ir pausadamente en esta registración tarifaria, de manera que no veo que esto pueda contradecir la meta del Gobierno. El Banco Central sigue aplicando una política antiinflacionaria que, has-ta ahora, se ha demostrado bastante efectiva. La única incógnita es la incompatibilidad entre una política monetaria restrictiva y una política fiscal expansiva, y esta es la duda que muchos economistas tenemos”.
El exfuncionario se refirió a la crisis en el sector productivo tras el cierre de 4 plantas de Sancor. “No tomemos casos aislados como representativos del todo, miremos las estadísticas. Sin dudas, una política monetaria restrictiva limita las posibilidades de recuperación de la actividad económica; no obstante, estamos viendo por algunos índices que, últimamente, se percibe una cierta salida de la recesión –concluyó–. Hay que esperar un poco”.
“La inflación más probable va a estar entre el 21 y el 24%”
El economista José Luis Espert evaluó en este medio: “Veo poco probable que se alcance, en la tasa de inflación, el objetivo del 12 por ciento. Eso lo descartaría. También veo difícil que el Banco Central logre el objetivo de inflación del 17 por ciento. Creo que la inflación más factible del 2017 va a estar entre el 21 y 24 por ciento, bien arriba de la banda del BCRA”.
Espert basó su estimación en que, “en primer lugar, el déficit fiscal está muy alto, lo cual mantiene alta la expectativa de inflación y, si esto se sostiene, la demanda de dinero no reacciona muy fuerte. Dado que la inflación es un fenómeno monetario, eso no ayuda a cumplir el objetivo. En segundo lugar, los ajustes de tarifas que el gobierno tiene planeados conspiran también contra el objetivo”.
Asimismo, se refirió al caso de Sancor, y respaldó los efectos de la política económica del Gobierno en materia productiva: “El caso Sancor es muy particular, con costos laborales impagables, una adecuación absolutamente sobredimensionada si uno la compara con estándares internacionales; y los números macro de niveles de actividad, lo que están mostrando, es que la economía, transitoriamente o no, ha dejado de caer a fines del año pasado, y ese parate en la caída continúa en esta parte del año”. |
