La carrera por el codiciado sillón de la intendencia del partido de General Pueyrredón, que hoy ocupa Carlos Arroyo, se convirtió en un trofeo para que el hay varios jugadores dentro de Cambiemos, donde las internas están a flor de piel.
Mientras Carlos Arroyo pelea por ganar una vez más la nominación, cada vez hace más ruido puertas adentro la candidatura del diputado nacional, Guillermo Montenegro, quien parece tener el visto bueno de María Eugenia Vidal.
“No creemos que la solución sea la intervención de personajes que no conocen la realidad cotidiana de los marplatenses”, afirmó el diputado Guillermo Castello, referente de la Coalición Cívica marplatense dentro de Cambiemos. La declaración suma pólvora a la convulsión oficialista que se vive cerca de la playa.
Montenegro, ex ministro de Seguridad porteño, peleó sin éxito en 2015 la candidatura a intendente de San Isidro. Ahora, busca desembarcar en Mar del Plata, donde nació. Mientras que hay dirigentes que ya abrazan su campaña, su proyección cae mal en quienes desarrollaron toda su trayectoria política en la ciudad atlántica.
"En la ciudad estamos atados a viejos esquemas y Guillermo Montenegro viene de afuera, eso es bueno. El esquema tradicional mostró un fracaso, él es una esperanza para Mar del Plata", dijo días atrás a Radio Brisas, el senador Lucas Fiorini.
La declaración de Fiorini provocó cortocircuitos. Dentro de Cambiemos sobresalen varios con pretensiones de ocupar el sillón que hoy ostenta Arroyo: Maximiliano Abad, titular del bloque oficialista en la Cámara de Diputados bonaerense, la radical Vilma Baragiola, quien ganó las últimas elecciones legislativas, y el senador y comunicador Franco Bagnato.
Sin embargo, en las últimas horas, la respuesta a Fiorini vino de otro actor, que insinúa con anotarse en la pelea. El “lilito” Guillermo Castello aprovechó el timbreo para repartir volantes con su nombre el sábado pasado. Y también para salir a responderle a Fiorini. “Vemos con tristeza y preocupación que dirigentes locales descrean de la capacidad de la dirigencia marplatense para resolver los problemas, de la cual increíblemente forman parte”, disparó ahora Castello.
A más de un año de las elecciones para 2019, Mar del Plata vive una inusual pelea por el sillón que ocupa Arroyo, que busca quedarse. Cada uno aguarda para jugar sus mejores cartas. |