"No me gusta hablar de personas en particular; lo que está pasando es que la enfermedad está progresando, con una progresión más acelerada en algunos barrios vulnerables. El barrio 31 estuvo siete días con dificultad en el suministro de agua; ha sido una situación muy particular y muy dramática que vivió el barrio durante esa semana", respondió el ministro de Salud porteño, al ser consultado en una entrevista radial por el polémico twuit de su par de Provincia, Daniel Gollán.
"No hay espacio para opiniones divergentes, sino para encontrar coincidencias y trabajar juntos; así hemos trabajado con la Nación y la Provincia de Buenos Aires. No voy a gastar un minuto de mi tiempo en contestar un twitt que creo que no le agrega nada al trabajo que estamos haciendo. Cada uno de los goberantes tiene todo el derecho y la responsabilidad de opinar respecto a la pandemia", agregaba el funcionario de Horacio Rodríguez Larreta.
La guerra ya estaba desatada desde hace un buen tiempo, aunque por ahí es demasiado el término guerra. La gota que revalsó el vaso la puso justamente el mencionado Gollán, ayer en horas de la tarde, cuando desde la red del pajarito posteó un mapa en el que podía verse a la Ciudad de Buenos Aires pintada con un rojo más fuerte que el resto del AMBA. "Queda claro en este mapa dónde está el mayor riesgo de irradiación del coronavirus", señaló el hombre de Kicillof. Y las respuestas no tardaron en llegar. Explotaron.
Por caso, el ex diputado provincial César Torres, hombre de Jorge Macri, sealó: # Ultimo Momento, siguen apareciendo los hipócritas en el gobierno de Axel Kicillof. Ahora en salud!! Cuentenos ministro, cuántos testeos hace la Provincia?. No será que en la Ciudad de Buenos Aires se están haciendo más test que en la Provincia? Usted debería informar seriamente, sin especulaciones berretas", enfatizó el ex legislador de Vicente López.
Y más tarde fue el propio Macri quien recogió el guante en declaraciones a Radio Mitre. "No había pelea hasta estos últimos días; el tuit de Daniel Gollán, aunque trate después de corregirlo bajándole el precio, es jugar para la tribuna", sostuvo el jefe comunal y agregó que "esta enfermedad, con todo el dolor que causa, no da para ese tipo de chicanas".
Añadió que "yo podría decir cuando empezó esta enfermedad, Vicente López tenía más casos que San Martín, entonces San Martín podría haber dicho 'allá está la enfermedad'; pero hoy San Martín tiene más casos que Vicente López y yo no digo 'la enfermedad está allá': no es una enfermedad que entiende de límites geográficos buscados en un mapita", completó el referente amarillo.
Pero como se dijo, no era el primer palo, desde la Provincia. Por caso, Nicolas Kreplak, Viceministro de Salud, había dicho días atrás que "no queremos que la ciudad sea la semilla de un nuevo brote". "Veníamos trabajando muy bien con un aplanamiento de curva eficiente. No es necesario que en 2 o 3 semanas tengamos un pico, no tiene que ser así. Si veníamos haciendo algo que funcionaba bien, no tenemos ninguna razón para llevar al país a esa condición", agregaba, al ser consultado por la nueva flexibilización en la CABA.
Y lo propio hacían los jefes comunales, que vale decir, antes de hablar se habían reunido con el gobernador. Por ejemplo, Fernando Gray, de Esteban Echeverría, indicaba que "la Ciudad de Buenos Aires debería reorientar, reformular y rectificar rápidamente las medidas que ha tomado; no puede seguir con los comercios abiertos y con esta circulación de gente", y añadía: "inclusive voy más allá, con el tema recreativo de los niños: yo también soy padre, pero lo digo desde la responsabilidad institucional que tengo", completaba.
Por su parte, la camporista Mayra Mendoza, expresaba que "no pasa solamente por criticar a la ciudad sino es cuidar a nuestros vecinos y principalmente a las personas mayores. Estamos trabajando muchísimo para aumentar nuestra estructura sanitaria para poder atender y no tener que elegir a quién ponerle un respirador", señalaba la jefa comunal quilmeña y concluiía que "los comercios que se habilitan es poner en riesgo a la población".
Para fundamentar esta última afirmación expresaba que "muchos de los trabajadores que trabajan en esos comercios viven en el conurbano y van a tener que usar el transporte público y sabemos que en CABA hay una transmisión comunitaria muy grande. Me guío por lo que dijo el Presidente y el Gobernador, y también estaba el Jefe de Gobierno Porteño: 'cuidemos lo logrado'. Lo logrado es que estamos aumentando la capacidad del sistema sanitario", enfatizó Mayra.
Como bien señalan los principales actores de la película, el problema surgió cuando Larreta se diferenció de Kicillof a la hora de plantear una flexibilización distinta para la Ciudad que la que podía llevar adelante la Provincia en el Conurbano. De ahí en adelante las molestias y los suaves cuestionamientos, hasta que ayer por la tarde, Gollán salió con el polémico twitt. Para colmo de males, un rato antes se había conocido la muerte de Ramona Medina, la vocera-militante social de la Garganta Poderosa en la Villa 31.
Si bien hoy el ministro intentó bajar un cambio, la nafta en el fuego ya estaba echada; tanto que el mismísimo prsidente de la Nación, Alberto Fernández, se vio en la necesidad de diferenciarse de los funcionarios provinciales y los intendentes; porque claro está, las medidas de flexibilización tomadas por el gobierno de la Ciudad, cuentan con el aval de Nación. Para esto es que durante el fin de semana habría habido un encuentro Fernández-Larreta-Santilli.
A pesar de que la dupla porteña manifestó intenciones de repensar la flexibilización, se mostró molesta con algunas declaraciones, por ejemplo las del ex intendente de Berazategui, Patricio Mussi, quien planteó que el Conurbano tendría que cerrar los accesos a la Ciudad. Y eso que todavía no había hablado Gollán. De todos modos, hubo palmada de Alberto y si bien no prometió que no se volverá a repetir, el Jefe de Estado dejó en claro que quiere a Larreta de su lado, ya que es parte de la "oposición que gobierna".
Claro está, no sucede lo mismo con Macri y Vidal, a quienes el mandatario ha atendido sin anestesia en el último tiempo. "Se saturan las páginas, las consultas no se pueden hacer por internet. Pero, ¿tienen presente que por cuatro años tuvimos una gobernadora que decía que no iba a abrir un hospital más en la provincia de Buenos Aires?", pegaba Alberto hace unos días con el foco puesto en María Eugenia Vidal, sin nombrarla. Pero no hacía falta.
Las contestaciones amarillas y radicales aparecieron casi al instante. Algunas durísimas. La más blanda, justamente la de Horacio Rodríguez Larreta. "Creo en el acuerdo y en el diálogo, creo que tenemos que buscar consensos. Lo venimos logrando bastante bien. El Presidente no aludió a nadie en particular, son más genéricos sus comentarios", expresó el 1 de la Ciudad durante una charla virtual organizada vía Zoom por el diputado nacional por la Provincia, Waldo Wolff, uno de los más anti K de los macristas.
El escenario parece bastante claro, definido. Habrá que ver hasta dónde llegan los embates del Kicillof team contra Larreta, los suyos y sus medidas y hasta cuando lo soportará el Gobierno nacional, que evidentemente quiere a la Ciudad como aliada. Por lo pronto, hay que decir que el ministro de Salud, Daniel Gollán, que como se dijo, le puso picante a la tarde dominical, arrancó el lunes bajando un cambio. No pidiendo disculpas como muchos le reclaman, pero sí bajando un cambio.
"Siempre supimos que los grandes conglomerados urbanos serían los lugares más complicados de la Pandemia. Por eso desde el primer día estamos trabajando coordinadamente con nación y ciudad para evitar la propagación de los contagios", señaló en Twitter, y luego en declaraciones radiales, respecto a las aperturas de la Ciudad, indicó que "nosotros creíamos que había que esperar un poco más para ver cómo evoluciona el tema en los barrios populares de la Ciudad, que no son compartimientos estancos: esa gente trabaja y se desplaza".
"Esto lo estamos debatiendo permanentemente, pero hay que entender que esto no tiene una solución óptima y que seguramente se generen tensiones que se irán solucionando; pero hay una prensa que también cambia el eje y que no ayuda, porque el virus no respeta fronteras", completó el ex funcionario de Cristina Fernández, reconociendo tensiones y también cuestionando a los medios.
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