En las últimas semanas, la dirigencia de Juntos por el Cambio que quedó en el llano después de la derrota electoral contra el Frente de Todos retomó, de a poco, la politiquería para volver a la primera escena de la rosca. Figuras de peso como la exgobernadora María Eugenia Vidal; el extitular de la Cámara de Diputados de la Nación, Emilio Monzó; y la exministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, comenzaron a tejer con vistas a 2021 e incluso con ambiciones para 2023.
El tridente de dirigentes sin responsabilidad institucional vive diferentes realidades entre sí. La mujer de Morón goza de mejor salud política producto de un armado propio en la Legislatura bonaerense y la relación con los intendentes de JxC en la Provincia.
Sin embargo, con vistas a competir electoralmente el próximo año, las conversaciones con otros actores se vuelven agua en el desierto para el deseo de conducir a la oposición provincial.
“Con lo nuestro, no alcanza, tenemos que mantener a JxC unido”, sostienen en el entorno de la exgobernadora, donde ya cuentan con el acompañamiento de la Unión Cívica Radical.
En ese marco, tanto Vidal como Monzó y Pato Bullrich coinciden en la necesidad de extender las fronteras de la alianza opositora a nuevos actores. Claro está, los dos primeros coinciden en la búsqueda de una impronta dialoguista y moderada, mientras que la exfuncionaria apuesta a la apertura hacia sectores del ala liberal y la derecha que en 2019 jugaron con sus armados; en nombres propios: el economista José Luis Espert y el exmilitar
Juan José Gómez Centurión.
Sin embargo, como reza el refrán, del dicho al hecho hay un largo trecho. Es que cada dirigente de Juntos por el Cambio centraliza las conversaciones con el armado propio, ya sea con su militancia y con los dirigentes que responden a ellos.
Por caso, en la última semana, Vidal participó de tres zoom, cada uno con actores del vidalismo: el exfuncionario bonaerense Gabriel Sánchez Zinny; el diputado nacional Cristian Ritondo y la exfuncionaria provincial Agustina Ciarletta. En tanto, Monzó hizo lo propio primero con el ala juvenil denominada “Jóvenes con Emilio” y luego con la rama femenina de “Mujeres con Emilio”. Por su parte, la exministra de Mauricio Macri, solamente encontró asidero en la senadora bonaerense Felicitas Beccar Varela, que si bien no responde a su figura, busca el madrinazgo del sector “ultra” del PRO de cara al futuro; una relación de sinergia en la que ya tuvieron dos citas virtuales con pocos días de diferencia.
En esa línea, el consultor político titular de Circuitos, Pablo Romá, consideró a LaTecla.info que “cuando Juntos por el Cambio dice ampliar, se refieren a la posibilidad de conquistar parte de la base electoral que fue perdiendo desde fines de 2017”. Y remarcó que la oposición “mantiene su base social, que es importante, pero, con la crisis económica y
sanitaria, el Gobierno le disputó un sector del electorado. Por esa razón, la necesidad de radicalizar algunas posiciones políticas y sanitarias”.
Este medio tuvo acceso a los posicionamientos de los dirigentes con su núcleo duro en los tiempos de armados para pocos en los zoom.
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