“La pregunta no es solo si podemos volver a ganar, sino si podemos hacer un buen gobierno”, fue una de las frases que más impacto causó de todas las que pronunció hoy la exgobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, quien participó de un encuentro con dirigentes radicales.
La exmandataria participó del ciclo “Política en vivo: conversaciones para pensar el hoy”, que conduce el diputado nacional de Juntos por el Cambio, Fabio Quetglas, ensayando alguna autocrítica respecto de la gestión de Juntos por el Cambio en el país y la Provincia.
Al momento de señalar algunas cuentas pendientes de su gobierno, Vidal sostuvo que "el conflicto docente fue innecesariamente largo. Podríamos haber encontrado un mejor camino de diálogo con los sindicatos docentes. Ambos hubiésemos tenido mejores resultados con más consenso y diálogo mutuo”.
También sostuvo que en el debe ha quedado la política carcelaria. Al respecto, indicó que “hicimos mejoras pero no fue suficiente. Es una situación que se vuelve cada vez más difícil. Es un problema histórico y cada vez más grave”.
Y fue más allá con la autocrítica: “Nos habíamos empezado a alejar de la gente, a tomar distancia. Hay una parte de nosotros que dejó de escuchar. Fue en los últimos dos años. Sobre todo después de las elecciones de 2017″, aseguró, en referencia al triunfo electoral en los comicios de medio término.
Otro punto a resaltar es el llamado a construir consensos con el oficialismo, algo que, según el peronismo entre 2015 y 2019, la mandataria nunca practicó en el territorio bonaerense.
“Dialogar requiere mucho coraje, mucho más que confrontar. La confrontación es cómoda. Es muy cómodo para hacer política definir a uno como malo y a otro como bueno”, aseguró en la videoconferencia por zoom, una frase que suena fuerte en medio de un contexto de tensión entre el gobierno y sectores opositores.
Vidal consideró que “dialogar no es someterse, no es consentir”, remarcando que “los valores, la honestidad y el respeto a las instituciones no se negocian” en la búsqueda de esos acuerdos. Uno no deja de ser quien es por dialogar con alguien que piensa distinto", insistió.
En tal sentido, reconoció la tarea de buscar consensos “es bien difícil cuando los extremos son los más ruidosos”, aunque admitió que está convencida de que “no son los más representativos”.
Finalmente, en cuanto a la manera en que entiende que se debe hacer política, Vidal manifestó que “la política es entender lo que le pasa al otro. Cuando más difícil está, más hay que estar. Hay un fenómeno del poder que cuando las cosas se ponen difíciles, empezás a caer en las encuestas y la calle la toman los que se oponen a vos, se torna todo difícil. Pero cuando más difícil es, más hay que dar la cara”.
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