Argentina
Jueves, 28 marzo 2024
INFORME ESPECIAL
16 de septiembre de 2020

Oíd el ruido de rotas cadenas

La protesta policial, tras dos intensos días, tuvo su resolución, al menos para el afuera. Para adentro restan las posibles sanciones y la tan necesaria reconstrucción. En cuanto a la política hay un costo. ¿Quién lo paga?

El final fue feliz. A partir del punto de coparticipación que Nación le sacó a la Ciudad, el gobierno de la Provincia anunció un “histórico” aumento salarial para la Policía Bonaerense. Casi al instante, los efectivos que fueron parte de la, por momentos, violenta movida regresaron a sus casas y a sus puestos de trabajo, y el conflicto se daba por finalizado. Pero por ahora, solo para el afuera, que, vale resaltar, no es poco. 

Hacia el interior de la fuerza quedan aún algunas cuestiones por resolver, dicho sea de paso, para nada menores. Por un lado, las sanciones para con los manifestantes, que, más allá de que los efectivos pidieron que no se apliquen, desde la Provincia aseguran que las habrá. Extraoficialmente se habla de unos 1.500 sumarios. ¿Habrá sanciones o se priorizará no volver a confrontar con la fuerza? 

“Dada la importancia de lo ocurrido habría que hacer una limpieza, sobre todo desde los mandos medios hacia arriba. Pero el problema con las fuerzas de seguridad es que, una vez más, se termine en la nada. En cada insubordinación se cuela el pedido de perdón para los sancionados, y creo que en esta oportunidad va a pasar lo mismo”, señala el consultor Ricardo Rouvier. 

Por otro lado, aunque está relacionado a lo anterior, la famosa cadena de mandos. ¿Se rompió o no se rompió? En el Gobierno, y únicamente en el Gobierno, dicen que no. “La cadena de mandos, nunca estuvo tan alineada como ahora”, insiste el ministro Sergio Berni, claro, el número 1, al menos desde la política, de esa criticada cadena de mandos. 

Oíd el ruido de rotas cadenas

Si uno, dos o miles de efectivos salieron a protestar de la manera que lo hicieron (armados y, en algunos casos, en los patrulleros), estuvieran o no de servicio, algo falló. Algún comisario, comisario mayor o comisario general no logró hacer oír su voz. O no quiso hacerla oír, que es peor. En adelante tendría que hacerse cargo Asuntos Internos, y/o la Justicia. Tendría.

Pensando en el futuro cercano, Luis Vicat, especialista en Seguridad, afirma que “de aquí en más, en el Gobierno deberán tener el oído muy fino; y, evidentemente, el sistema de la cadena de comandos va a tener que ser revisado, para que sea más flexible y haya un ida y vuelta que permita estar al día con las inquietudes. La cúpula debe mandar por convicción y no por rango. Si esto no se profundiza, en algún momento vamos a tener rebrotes de este conflicto”.

 Atrás lo estrictamente policial, hay que dar paso a la cuestión política. ¿Quién ganó? ¿Quién perdió? “El Gobernador no tiene nada que ver. Y el ministro Berni, si logra reinstalar la disciplina en los mandos policiales y que realmente cada uno cumpla el rol que tiene que cumplir, está a tiempo de resolver el problema”, opina Guillermo Britos, quien antes de ser intendente de Chivilcoy fue, entre otros cargos policiales, jefe de las departamentales de Lanús y Mercedes. 

Oíd el ruido de rotas cadenas

Por su parte, el analista Gustavo Marangoni señala que “Kicillof y Berni no tuvieron prácticamente aparición durante los tres días”. Eso, para el afuera. Pero a su vez pone la mira en la “real politik”, y en ese sentido relata que “sí, la verdad que durante los tres días no tuvieron protagonismo, y la verdad que entre el presidente Alberto Fernández y una medida apadrinada por Cristina Fernández les resolvieron un tema más que complicado”. 

¿Ganó sin esforzarse? ¿Tiene valor? “La respuesta del Gobernador podría ser ‘yo tengo más recursos de los que tenía antes, por lo tanto, me anoto en el bando de los ganadores, porque lo que necesitaba, ahora lo tengo’”, reflexiona el analista. Pero para ese “triunfo” -agrega-, “esos recursos deben servir para encarar una mejora en la fuerza que trascienda lo salarial”. Imposible saberlo en el corto plazo. O sea, hoy, no hay victoria. 

No es todo en lo que a la política respecta. Rouvier suma al análisis a los jefes comunales. “Va a haber un replanteo en la relación del Gobernador con los intendentes, y de los intendentes con las fuerzas policiales, teniendo en cuenta que muchos eran de las policías locales. Hay que ver cómo se vuelve a ordenar internamente la policía a partir de la recuperación de los ingresos”, sostiene el analista, también con el lente apuntando a lo que viene. 

Hay ganadores y perdedores, aunque quizá los efectos se vean más adelante. Eso sí, Berni busca quitar cualquier tipo de responsabilidad al mandatario provincial. Lejos de eso, lo pone bien arriba, como el gran ganador. Se puede decir que esa cadena, sí que no se rompió. Es que Kicillof, también bancó a su ministro y no dudó respecto de su continuidad. 

“En 30 años en la función pública conocí a tres clases de funcionarios: aquellos que prometen mucho y no hacen nada, aquellos que hacen lo que se puede y aquellos que hacen lo que se debe, y esto es lo que hizo el Gobernador”, dijo Berni sobre Kicillof. “Sí, lo ratifico como ministro. Nadie puede negar que pasa todo el día y la noche trabajando por la seguridad. La naturaleza de este conflicto no fue que los mandos, las jerarquías, no reconocían al ministro de Seguridad, como sí pasó en otros episodios, en 1988 o en el 2013”, afirmó Kicillof sobre Berni. 

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Guillermo Britos, intendente de Chivilcoy Comisario General retirado
“El Gobierno debe restablecer ya la disciplina dentro de la fuerza”


-Por su experiencia en la Policía, ¿cómo vio estos días de conflicto en la Provincia? 
-Arrancó por un reclamo totalmente válido; claramente, nadie puede trabajar una hora extra por 40 pesos, eso era miserable. Pero se desvirtúa cuando pasa a ser una protesta en la que distintas personas reclamaban por distintos temas, y además empezaron a aparecer actores que no ayudan en este tipo de protestas, como exonerados y pseudosindicatos que no tienen ninguna representatividad. No había un pedido uniforme ni voceros. Eso hizo que la protesta se desmadrara un poco. 
-¿Considera que la solución a la que se llegó es definitiva? 
-Eso, nunca se sabe, porque no había un pedido uniforme. Lo que sí tiene que hacer ya el Gobierno es restablecer la disciplina dentro de la fuerza. No se puede hacer una marcha con gente uniformada, armada y en patrulleros. Reclamar es legítimo, pero no de esa forma. Si se logra desde los mandos de la Policía y desde el Ministerio de Seguridad poner fin a este tipo de hechos y dialogar para conseguir los acuerdos necesarios, se estará en el buen camino. No sé si todos quedaron conformes, pero no se puede reclamar de esta forma. 
-¿Se podría haber previsto esta movilización? ¿Se podría haber evitado? 
-Sí, se podría haber frenado. Si se actuaba con firmeza el primer día y se formaba una mesa de diálogo, pero con la obligación de que la Policía cumpla su tarea, se podría haber evitado. Después, como te decía antes, se desmadró. Había protestas en diez lugares distintos y diez pedidos distintos; y así es muy difícil negociar. 
-¿Puede haber alguna intervención de la política atrás de la movida? 
-No. La Policía no entiende de banderas políticas, ni de temas electorales. Esto es algo que arrancó como un reclamo legítimo, de mala manera y en mal momento, ya que en medio de esta pandemia no se pueden juntar cientos de personas, como hubo en muchos lugares; pero no tiene nada que ver con la política.

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Gustavo Marangoni
“El Presidente hizo una maniobra de enorme astucia política”


“El hecho de que haya estallado el conflicto de esta manera en una institución vertical, que estuvo en estado asambleario durante tres días, muestra que la cadena de mandos se cortó; y que el círculo de comunicación de las autoridades políticas falló, sobre todo cuando era conocido que durante los cuatro años de la gestión de Vidal, el policía promedio había perdido 32 por ciento real. Por lo tanto es obvio que esa situación generaría un malestar. Y el traslado de información interna no existió, y ahí hay una falla importante”, reflexiona Gustavo Marangoni ante este medio. En cuanto a la resolución señala que “hubo una maniobra de enorme astucia política, porque cambió el eje de la discusión. Durante lunes, martes y miércoles estaba todo enfocado en la policía y en la autoridad política, y de repente, todo cambia a la coparticipación entre Ciudad, Provincia y Nación. Hubo una maniobra para terminar con el conflicto y, a la vez, cambiar el eje de la discusión. Haber sacado los recursos de otro modo no hubiese generado todo el humo lo suficientemente denso que provocó el hecho de habérselos sacado a la Ciudad”. A modo de final, el socio de M&R Asociados afirma que “la resolución, además, tiene un sabor agridulce. No era adecuado tener fuerzas policiales acantonadas frente a la residencia del Gobernador y frente a la residencia del Presidente, pero lo cierto es que eso les dio resultado. Dicen que formalmente no se negoció, pero hay una acción, una reacción y una solución que dejan ese sabor agridulce de cómo se llegó a ese resultado. Ahora habrá que enfocar toda la atención en ver cuáles son las acciones concretas para restablecer la cadena de mandos”.

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Ricardo Rouvier
“Berni se identifica con un sector que pide un Estado más punitivo”


El conflicto policial, todavía está en proceso. Se ha superado la primera etapa, donde tuvimos a la policía en la calle”, indica el analista Ricardo Rouvier, y destaca que “lo primero que planteó esta revuelta fue la insubordinación al poder político, que obligó al Presidente a tomar cartas en el asunto, aunque es un tema de la Provincia”. Además marca como llamativo que “no se hubiera podido prever, cuando se anunciaba en las redes sociales. Y, teniendo en cuenta que el epicentro fue en un distrito de la Tercera sección, que es una fortaleza del peronismo, sorprende que haya fallado el sistema de comunicación, que tan bien funciona cuando hay elecciones entre los concejales, militantes, partido y demás”. 
-¿Y de ahora en más? 
-Una vez restituido el orden habrá que ver cómo se desenvuelven los actores, porque acá hubo crisis de mandos, porque se rompió la cadena de mandos, y además, el ministro Sergio Berni tiene una relación complicada con los intendentes y con algunos sectores políticos a nivel nacional. Berni es mirado de otra manera desde el progresismo en materia de seguridad, como lo es la ministra Frederic, pero no escapa al análisis político que Berni se identifica con un sector medio y medio bajo que pide un Estado más punitivo frente a la gravedad de los delitos. 
-Berni tiene “admiradores” por fuera del kirchnerismo… 
-Su modo de pensar y sus gestos, a veces muy militarizados, lo acercan más a la centroderecha, y en ese sentido está en la otra punta de lo que puede estar Kicillof. Pero esto puede tener sentido electoral y abarcar un rango más amplio para las elecciones del año que viene.

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Luis Vicat, Licenciado en Seguridad
“La línea de teléfono entre la cúpula y las bases estaba cortada”


-¿Qué análisis hace del conflicto policial? 
-Lo que empezó como un reclamo válido se desgajó, se desbarrancó, perdió legitimidad en la forma. No se puede utilizar o distraer bienes del Estado, como son los chalecos, las pistolas y los móviles, para hacer piquetes. El movimiento fue absolutamente descontrolado, no fue como en el 2013, cuando había un referente para el movimiento, el MoPol (Movimiento Policial). Acá, lo que hubo fueron brotes esporádicos y espasmódicos que iban surgiendo a través de las redes, ya sea por simpatía o por réplica. Eso hace, también, que fuera legítimo. Esa desorganización habla bien del reclamo. Por supuesto, no se puede descartar tampoco alguna vinculación política, algún fogoneo exterior. 
-¿Hubo una ruptura de la línea de mandos? 
-Sí, claro. La sordera de la cúpula con las bases es lo que provocó esta asonada. 
-El ministro Berni dice que no hubo ruptura en la cadena de mandos de la Policía… 
-Obviamente. Si él reconoce eso se tiene que ir en el acto. La cabeza política de la cadena de mandos es el ministro. No caben dudas que está rota esa cadena. La línea de teléfono entre la cúpula y las bases estaba cortada. Cuando las bases perciben que sus reclamos no son escuchados, que nadie les da pelota; con una hora CORE de 40 pesos; teniendo que hacer adicionales para llegar a fin de mes y dormir tres horas por día; era todo un caldo de cultivo. Eran, si se quiere, las condiciones ideales para que se produjera todo esto. Como te dije, no se descarta que se enganchen luego factores políticos. Del árbol caído, todos hacen leña. 
-¿Cómo afecta al Gobierno bonaerense este conflicto? 
-Es un llamado severo de atención admonitorio, porque avisa que si no se escuchan los truenos, después, uno se moja. Hay que escuchar a las bases. No tienen que volver a repetir el error. Los policías no son maestros, que marchan con el guardapolvo blanco; los policías van con la 9 milímetros y con el bombo.



 

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