25 de julio de 2025
LA TECLA MAR DEL PLATA
Descontrol portuario: ignoraron advertencias y el “Prince of Seas” dejó un desastre en Mar del Plata
Pese a las advertencias de los prácticos sobre la falta de condiciones para recibir al carguero, el Consorcio Portuario permitió su ingreso. El buque frigorífico quedó con parte del casco fuera del muelle, hubo derrames y se reveló una cadena de desidias. El presidente del ente, Marcos Gutiérrez, hombre de Fernanda Raverta, no atendió los avisos. ¿Negligencia o decisión política?

Las imágenes aéreas no dejan dudas. En la Sección 13 del Muelle 3 del puerto de Mar del Plata, el “Prince of Seas” sobresale desacomodado, torcido, con al menos 15 metros fuera del muelle. El buque refrigerado de bandera de Bahamas y más de 130 metros de eslora, que llegó desde África para cargar unas 4.500 toneladas de pescado congelado con destino a Camerún, provocó un verdadero descalabro logístico y ambiental.
Lo que llama la atención es que todo esto pudo haberse evitado. Los prácticos, expertos en maniobras de ingreso, habían advertido con anticipación que no estaban dadas las condiciones para recibir una embarcación de semejante porte. Señalaron problemas con las entradas, con la maniobra de giro, con la falta de dragado del muelle, e incluso con la profundidad en la celda asignada. Pero nada de eso fue atendido.
El Consorcio Portuario, presidido por Marcos Gutiérrez, ignoró los avisos. Gutiérrez, exconcejal y hombre de confianza de Fernanda Raverta, autorizó el ingreso igual. El resultado: un barco mal amarrado, riesgo de daño estructural, y un derrame que aún no tiene dimensión oficial, pero genera preocupación entre operadores logísticos y ambientalistas.
El “Prince of Seas”, que venía de la costa africana, atracó el 21 de julio con una expectativa ambiciosa: llenar cuatro bodegas con pescado congelado destinado a exportación. Pero la Sección 13 no había sido dragada por la “Omvac Diez”, embarcación encargada del mantenimiento del puerto, que no trabajó en esa celda específica.
La pregunta cae de madura: ¿por qué se forzó el ingreso de un buque de este tamaño a una sección del puerto sin condiciones? ¿Hubo presión comercial, negligencia técnica o una decisión política que privilegió una foto de gestión por sobre la seguridad operativa?
El episodio deja expuesto no solo un error técnico, sino una lógica preocupante de conducción. El Consorcio no solo omitió alertas, sino que desoyó a los propios especialistas. Y eso, en política, es asumir riesgos que después paga la ciudad. Con derrames, con desprestigio portuario y con sospechas que, por ahora, nadie del entorno de Raverta se digna a explicar.