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27 de mayo de 2019
SEXO GOURMET

Sploshing: la conjunción de dos pasiones

Popularizado en los últimos años, este juego sexual se practica desde la antigüedad. Un preliminar donde los sentidos se ponen al servicio del placer y el límite es la imaginación

Sploshing: la conjunción de dos pasiones
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La rutina y la monotonía son los principales enemigos  del sexo. Es que utilizar las mismas poses, técnicas y estrategias, cual si fuese una receta, provoca que la pasión se vaya desvaneciendo y los encuentros pierdan su encanto. Por ello, una excelente manera de combatir la disminución o ausencia del deseo es estar dispuestos a investigar e incorporar nuevas prácticas.

Hay quienes aseguran que el sploshing puede resultar una excelente opción. Se trata de un juego que combina dos pasiones: el sexo y la gastronomía.

Es una técnica sexual fetichista que consiste en utilizar alimentos con diversas texturas y temperaturas y untarlos sobre el cuerpo de la pareja o el propio, para dar o recibir placer.

Aquí cabe destacar que, mientras algunas personas lo hacen únicamente para estimularse de manera visual y sensorial, pues se ponen en juego todos los sentidos, otras se atreven a ingerir los comestibles esparcidos sobre la anatomía de su amante.

Si bien el término remite a los tiempos modernos, lo cierto es que esta práctica data desde la época de los griegos y romanos, quienes concluían sus festines en orgías y a quienes la imaginación terminó por llevarlos a innovar con esta forma de sexualidad gourmet. De hecho, la biblia del sexo, es decir, el kamasutra, considera a esta conjunción sumamente estimulante y placentera.

Se sabe que su nombre deriva del término splosh, que remite a una revista homónima británica que, durante la dé-cada de los noventa, compartía fotografías de personas embadurnadas de restos de comida y haciendo poses eróticas. Las producciones eran elaboradas por Clive Harris, quien firmaba bajo el seudónimo de Bill Shipton.

Pese a que la práctica fue popularmente calificada como “sucia y húmeda”, diversos especialistas en sexología y psicología coincidieron en señalar que este preliminar sexual es totalmente válido para encender la pasión.

Sin embargo destacaron la importancia de tomar ciertos recaudos para evitar pasar un mal momento. Por ejemplo: ir subiendo la apuesta de forma gradual y utilizar alimentos o productos inocuos, evitando aquellos que, por su ph o acidez, puedan llegar a irritar o hasta causar infecciones en las zonas íntimas. 

Mientras que algunos prefieren dejar la comida fuera de las sábanas, a otros, esta posibilidad les parece superatractiva. Por eso, La Tecla te presenta en esta nota todas las claves a tener en cuenta para que esta sea una experiencia placentera que quieras volver a repetir y no una incómoda situación que prefieras olvidar.

Alimentos recomendados

El universo gastronómico es amplísimo y, al momento de conjugarlo con el sexo, brinda una amplia variedad de posibilidades; por lo que aquí, el único límite será la imaginación.
Sin embargo, los especialistas recomiendan ser precavidos con los alimentos que se utilizan, ya que los picantes, aceites y ácidos podrían provocar desde irritaciones hasta infecciones. En su lugar aconsejan optar por comestibles más bien inocuos, tales como chocolates, frutas, cremas, dulces, helado, miel, vino, jugo, hielo y té. Claro que los más avanzados podrán incorporar platos elaborados, como puede ser el sushi o el sashimi. 
Una forma de explotarlo al máximo es recurrir a alimentos afrodisíacos. El podio es encabezado por los chocolates, el vino y las frutillas.

Los sitios aconsejados

Como señalamos al comienzo, la rutina mata al sexo; y una buena manera de innovar, además de modificar y variar las prácticas, es cambiar de ámbito. Muchas parejas suelen atarse a la cama, pero lo cierto es que esto no solo aburre, también limita. 
Pese a que, por sus características, los investigadores califican al sploshing como una experiencia wet and messy (húmeda y sucia), lo cierto es que ésta pone a prueba los sentidos, aumenta el deseo sexual a través de olores y sabores e incita a masajear eróticamente al otro. Pero, claro está, hacerlo en la cama sería un verdadero enchastre y pocos podrían disfrutarlo al máximo, ya que no encontrarán libertad de movimiento. Por ello, optar por el sexo será una forma de vernos obligados a cambiar el lugar de encuentro, y, sin duda alguna, una buena opción puede ser la cocina o el living, utilizando la mesa como aliada para la pasión.

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