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Semana Social: “No hubo momentos de tensión, aunque si de confrontación de miradas diferentes”
Monseñor Gabriel Mestre reflexionó sobre los debates de la Semana Social llevada adelante en Mar del Plata, que tuvo al trabajo como eje central. Aseguró que el gobierno reconoció la "situación objetiva" de desocupación e inflación. Ponderó el rol de mediador de la Iglesia en el conflicto social. (La Tecla Mar del Plata)
Al igual que el año pasado, la Iglesia Católica se volvió a mostrar muy crítica de las medidas económicas adoptadas por el gobierno de Mauricio Macri. Los cuestionamientos se evidenciaron con crudeza este fin de semana en Mar del Plata, donde como corolario de la Semana Social, la Comisión Episcopal de la Pastoral Social redactó un duro documento sobre la situación social, económica y política.
Uno de los principales articuladores del espacio fue el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, quien destacó que “el ámbito de la jornada de Pastoral Social genera un cierto movimiento conflictivo porque es un espacio de reflexión”. En esta oportunidad, el título del encuentro marcó el eje central: “El Trabajo, clave para el desarrollo integral del ser humano”.
“Un título sumamente ambicioso que representa lo más genuino de la doctrina social de la Iglesia desde siempre, desde el documento Laborem exercens, que se mete de lleno en el trabajo, y el Papa Francisco que lo retoma sobre todo en (la encíclica) Laudato Si, que no es un documento ecológico, sino socioambiental”, destacó el religioso a La Tecla Mar del Plata.
En las jornadas participaron referentes del gobierno provincial y municipal, sindicalistas y de organizaciones sociales y populares. Mestre detalló que entre los diversos temas se discutió en torno a “la reforma laboral, la tecnificación y la modernización del trabajo, la remuneración, el trabajo informal, la economía popular, el lugar y el sostén de la mujer, los índices de desocupación, particularmente de la población juvenil y la capacitación”.
Además de los enfoques diversos, a partir de miradas más centradas desde lo teológico o lo técnico, “la reflexión fue muy variada en el plano teórico, donde hubo ciertas coincidencia tanto en la oposición, que ve más acuciante la situación del desempleo, pero también en los exponentes del oficialismo, que de una u otra manera asumen la realidad muy objetiva y preocupante, que no es ideológica ni partidaria, de los índices de desocupación, la inflación y los salarios que no se actualizan”.
Previo a la Semana Social se destacó la ausencia de la gobernadora Vidal y la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, quienes habían sido las principales exponentes en 2018, donde se evidenciaron contrapuntos. En esta ocasión, “hubo un reconocimiento de las situaciones de parte del oficialismo, más débil obviamente que los sectores de la oposición y sindicales que reclamaron de manera más fuerte y clara estas cuestiones”. El obispo Gabriel aseguró que “no hubo momentos de tensión, aunque si de confrontación de miradas y de perspectivas diferentes”.
El referente de la Iglesia Católica local aseguró que la Semana Social sirvió de marco para contener el conflicto por el que hasta ayer se mantuvo, frente al Palacio Municipal, un intenso acampe de organizaciones en reclamo por trabajo y asistencia a los comedores. Mestre contó a La Tecla Mar del Plata que recibió un petitorio de parte de las organizaciones “pidiendo un dialogo con las autoridades municipales, provinciales y municipales, yo me hice eco con la gente de Pastoral Social y en el marco de la semana social se fueron haciendo reuniones. Hubo contacto con personas del municipio y de la provincia, y se generó un cuarto intermedio hasta el miércoles que tienen una reunión con autoridades nacionales”.
De cara al trabajo que seguirá manteniendo la Pastoral Social en la región, Mestre dijo que “tenemos una tarea de reflexión, de animación y de acompañar desde los distintos reclamos que puedan tener que ver con los ejes fundamentales del bien común, el cuidado y la protección de los más vulnerables”. En esa línea, ponderó el rol de mediación que puede ocupar la Iglesia: “ante una situación límite, la Iglesia tiene que tener el rol de mediación, de facilitador, de acercar posiciones, de a veces bajar un poco los decibeles sin anular por eso los legítimos reclamos. Por no tener un interés partidario, por no ser esa una función de la Iglesia Católica, puede intentar esta tarea para el bien común de los argentinos, para generar consenso y diálogos”. (La Tecla Mar el Plata)