Estremecedor relato de Anabela Ascar acerca de la muerte de Héctor Ricardo García
La periodista que fue pareja durante 22 años del creador del diario Crónica y de la homónima señal de TV, reveló cómo fue su despedida en Confrontados
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El sábado a la mañana, a Crónica le toco poner su "placa más triste", como ellos mismos la calificaron. Y es que el viernes por la noche, a los 86 años, falleció Héctor Ricardo García, el mítico creador del diario y la homónima señal de televisión.
En este contexto, ayer Anabela Ascar, quien compartió los últimos 22 años de vida con el visionario periodista y quien lo cuidó en su casa hasta el último suspiro, dio una nota con Confrontados, el ciclo de El Nueve.
Todavía en duelo y en shock, Ascar contó cómo fue el progresivo deterioro que padeció García, luego de que hace siete años tuviera un agresivo ACV. En esta línea, su compañera detalló: "En 2013 perdió el habla, y como el músculo es el mismo que el de la deglución, tenía problemas para comer. Al año siguiente le pusieron un marcapasos. Y el 10 de febrero de este año se quebró la cadera, le pusieron varias prótesis y cuando ya parecía que estaba todo bien, se le infectó. Le tuvieron que dar hasta morfina para paliar los dolores. Él con señas me decía que por favor no quería vivir más".
Además, la periodista contó que estuvo "literalmente un año encerrada en una casa ayudándolo a poder soportar el dolor y la enfermedad que tuvo". Y detalló: "Yo dormía en una camita al lado de él. Y el miércoles a las dos de la mañana me pidió que lo levante, lo puse en la silla de ruedas y fue al hall de la casa. Entonces, me señaló la puerta del garaje, hizo la señal de salir. Yo pensaba que quería salir a pasear, pero me hizo una seña de acostarse y partir".
Sumamente conmocionada, Ascar expresó: "¿Vieron que se habla de la mejoría de la muerte? El viernes se levantó de su lecho florecido. Y le dijo a una enfermera que lo lleve hasta el perchero y le dijo hasta la ropa que se quería poner. Entonces, lo llevamos a un supermercado en el que le gustaba pasear con un carrito a motor y anduvo por todos lados. Al salir de ahí, le dije a Héctor que teníamos que ir a comprar los antibióticos a la farmacia, pero él me dijo que no, y cuando le pregunté me hizo la seña de que se iba para arriba. Y le dije que la muerte no es voluntaria". Y continuó narrando: "Cuando llegamos a casa me dijo que quería comer ravioles que se había agarrado del supermercado, se puso a ver la tele, porque estaba conectado con el periodismo todo el tiempo. Cuestión que a las 10 de la noche la enfermera se tenía que ir y le avisé a Héctor que le iba a abrir, y él me saludó. Cuando volví con los ravioles ya estaba muerto. Yo no lo podía creer, estaba sola, porque mi mamá que es grande estaba en su habitación. La impresión que tengo es que me anunció que se iba y que se fue en el momento en que me lo dijo. Todavía estoy shockeada".
Finalmente y refiriéndose a la última voluntad del ícono del periodismo, Anabela expresó: "Él quería descansar en su casa, no quería un velatorio. Entonces, lo dejé en su cama en el living, le puse dos veladores, y le dejé la televisión sin audio. Lo dejé así 24 horas. Se veló a sí mismo. Hasta que el sábado a las 8 de la noche vino la cochería, se lo llevó, lo preparó y después hicimos el responso. No quería velatorio porque no quería que lo vieran. Él me dijo que lo deje descansar tranquilo en su cama, no quería que lo vieran mal".