La Tecla
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El oficialismo actual se prepara para volver a la oposición después del 10 de diciembre. Si bien contará con un grupo mayor de diputados, senadores e intendentes que antes del llegar al Gobierno en 2015, la última derrota trajo aparejado algunos heridos políticos.
Uno de los más relevantes, por sus intervenciones en medios de comunicación nacional y por haber expresado profundas diferencias con su propio partido, es el diputado nacional y legislador provincial electo Daniel Lipovetzky.
Por estas horas, corren los rumores que su desembarco en la Cámara de Diputados bonaerense sería sólo el primer paso ante un eventual acuerdo con el Frente de Todos.
En el entorno del dirigente del PRO lo descartan en privado y en público, aunque se encargan de resaltar su buena relación actual con el presidente electo de la Nación, Alberto Fernández, y en el pasado con Antonio Cafiero, abuelo de Santiago, y posible jefe de Gabinete de la Nación.
Quienes conocen a Lipovetzky están seguros que un eventual pase al Gabinete peronista tendrá “actos de resistencia” en el Frente de Todos. No es para menos. Es que leen que “el futuro presidente tendrá que darle respuesta a un montón de espacios y organizaciones”, por lo que hoy están enfocado en el trabajo legislativo en Calle 7.
Por su parte, en el kirchnerismo pareciera que ya encendieron los primeros motores de la ambulancia. Fue el ex embajador en el Vaticano del kirchnerismo Eduardo Valdés el que resaltó el logro de la unidad del peronismo y que “sueña” con integrar a Lipovetzky al futuro Gobierno.
Este y otros gestos, fueron bien leídos en el despacho del diputado amarillo, por lo que no descartan una reunión con café de por medio con dirigentes del Frente de Todos que están encabezando la transición.