La Tecla
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Juan Manuel Alvarez, jefe comunal de Ranchos, quedó nuevamente en el centro de la tormenta después de la profundización de actos delictivos en el distrito de la Quinta Sección electoral. Es que, después de los comicios generales del 27 de octubre pasado, Ranchos ingresó en una ola de inseguridad que pareciera no tener fin.
Como si fuera poco, a los hechos de robo a locales comerciales e irrupciones en campos, apareció el narcotráfico como Espada de Damocles sobre la tranquila comuna del interior bonaerense.
Por caso, uno de los casos más resonantes de los últimos días, tiene que ver con la aparición de una banda dedicada a la venta de estupefacientes en fiestas nocturnas. Éxtasis y ácido lisérgico (LSD) ingresaron en la vida de la comuna con una clientela apuntada a los jóvenes de Ranchos.
Desde la oposición y los vecinos de la zona, preocupados por el consumo y la venta de drogas, apuntaron contra Alvarez. En definitiva, lo acusan de no prevenir los eventos clandestinos en el distrito y la ausencia de contención para la juventud. Además, con apenas dos semanas de diferencia, la fiscalía de Brandsen irrumpió en el terruño del intendente peronista del interior para secuestrar y desbaratar en tres oportunidades diferentes a comercializadores de marihuana.
Asimismo, los robos alcanzaron tanto a la zona urbana como la Terminal de Ómnibus y hasta los campos productivos del distrito. En ese sentido, locales de la central de colectivos fueron víctimas de hurtos en plena jornada nocturna donde se llevaron mercadería, dinero y piezas electrónicas.
En tanto, campos de Ranchos sufrieron nuevamente el cuatrerismo. Por segunda vez en escasos días, ladrones ingresaron en una de las tierras de Alegre para estirar el motín. En la primera oportunidad se hicieron con siete ovejas y luego apuntaron a los lechones y corderos. Dos mayores de edad y un menor fueron detenidos acusados por ser responsables de los sucesos según detalló la fiscal Mariana Albisu.
Así, con actos delictivos en el distrito y el creciente conflicto con la venta y consumo de drogas, la gestión de Alvarez en Rancho quedó en el ojo de la tormenta.