La Tecla
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María Eugenia Vidal volvió de sus vacaciones enamorada y recargada. En los últimos días la exgobernadora tomó un rol protagónico en la política provincial y demostró que está decidida a ir por todo. A la vez, otros actores de Juntos por el Cambio, como Jorge Macri y el radicalismo, le dan rienda suelta al sueño de la gobernación en
En paralelo, dirigentes que estuvieron en Cambiemos y permanecen en la oposición, como Gustavo Posse y Emilio Monzó, encaran un armado propio que busca ampliar los límites de lo que fue Cambiemos aunque no descartan volver a formar parte de un gran acuerdo opositor. El primer objetivo es dar la pelea interna por la UCR bonaerense. Se vislumbra una interna dura entre el oficialismo partidario, presidido por Daniel Salvador (que tendrá otro candidato), y el núcleo que pueda reunir Gustavo Posse ayudado por Enrique Nosiglia.
Una reunión con Mauricio Macri y la conducción nacional del Pro, un encuentro en Mar del Plata con los legisladores de Juntos por el Cambio de la Quinta sección, el cierre del retiro que hicieron senadores y diputados en San Nicolás, la participación en la mesa provincial del Pro en Vicente López, y la vuelta de la mesa bonaerense de Juntos por el Cambio ocuparon la agenda de Vidal en las dos últimas semanas de febrero y la primera de marzo. Además de mucha actividad vía telefónica.
Salvando las lógicas y evidentes diferencias, Vidal se ha convertido en un símil electoral de Cristina Fernández: muchos de los votos que la acompañaron son propios y difíciles de transferir. Es una dirigente con buena imagen pública; lo sabe y lo marcó en la reunión con los legisladores de la Quinta sección de hace dos semanas. Usa ese capital para erigirse como líder provincial y actuar como jefa de la tropa, pese a que en el retiro de San Nicolás dijo que no es momento de hablar de liderazgos electorales y que se deben construir varios liderazgos, para después decidir.
En Mar del Plata se mostró dura con quienes amenacen su conducción. En San Nicolás fue mucho más diplomática y bajó línea acerca de cómo tienen que conducirse los bloques legislativos respecto al Gobierno. Dijo que “se debe respetar la voluntad popular, y eso implica no hacer obstruccionismo”. Pidió “mirar caso por caso”, acompañando aquellos temas en los que estén de acuerdo y marcando la diferencia en los otros, pero sin abusar de oponerse a todo por el sólo hecho de ser oposición. Concretamente dijo: “No hagamos una oposición boba”.
Habló de un “un camino fácil”, que sería oponerse a todo o arreglar cargos y dinero y decirle que sí a cada iniciativa del Ejecutivo; y de un “camino difícil”, que es “ir paso a paso y acompañar lo que sea conveniente para los bonaerenses y lo que pueda afectar la gobernabilidad. Rechazar los puntos que creamos que van en contra de los intereses de la Provincia, siempre y cuando no dificulten la gobernabilidad”, según contó un legislador radical a La Tecla.
“Tenemos una actitud propositiva. No vamos a obstruir. Somos una oposición constructiva, a diferencia de lo que fue el partido hoy gobernante durante nuestra gestión. Somos diferentes”, ratificó después del retiro el presidente del bloque de senadores, Roberto Costa.
“Acá, hoy lo que hay son muchos liderazgos que construyen un liderazgo colectivo, que es el del espacio. No es tiempo de hablar de quién lidera, es tiempo de que todos lideremos; y, llegado el momento, las listas las arman los que tienen empatía social, los que ganaron en la sociedad a partir de su trabajo. Ahí habrá un reconocimiento de todos hacia un liderazgo, y si no nos ponemos de acuerdo están las PASO”, reflexionó Vidal ante los legisladores. Un mensaje para adentro del Pro y también para los socios de la coalición.
Por un lado, la exmandataria pidió que jueguen todos para consolidar liderazgos y para ampliar las fronteras de Juntos por el Cambio, pero a la vez dejó una advertencia contundente para quienes se salgan del libreto. “Yo elegí la política, si alguno va a elegir atajos, y por lo tanto otras cosas, pero el día de mañana quiere volver, yo me voy a acordar”, les dijo. La toma de decisiones propias por fuera de los intereses del conjunto serán castigadas con una proscripción a la hora de estar otra vez en las listas legislativas o en cargos.
En el radicalismo, en la Coalición Cívica y en espacios internos del PRO fuera del vidalismo creen que ella no volverá a competir por la gobernación en 2023, pero sí hay muchas chances de que sea la primera en la nómina de diputados nacionales por la Provincia el año que viene. Si se concreta esa presunción de capítulo cerrado para el sillón de Dardo Rocha, se abren las chances para los liderazgos que deben surgir, algunos de los cuales ya asoman con claridad.
“Nosotros tenemos una conducción, que es Jorge Macri, otros tienen a Vidal, otros a (Cristian) Ritondo, y el radicalismo debe definirlo”, expresó ante La Tecla un legislador referenciado en el intendente de Vicente López. El primo del expresidente se anota en la carrera por calle 6, y quiere potenciar esa candidatura con la aparición en la lista de diputados nacionales de 2021. No es el único que mira la Provincia como salida electoral en el PRO. Ritondo, Esteban Bullrich y hasta el actual vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli, se ofrecen como alternativa. Eso sí, ninguno le haría frente a la exgobernadora.
En el radicalismo quieren tener un candidato propio, que por ahora no aparece con contundencia, más allá de las aspiraciones de varios. Por eso es que Gustavo Posse buscaría quedarse con el centenario partido para después ir por la Gobernación bonaerense. Por ahora, el intendente de San Isidro es parte de un armado paralelo al de Juntos por el Cambio que comienza a gestarse en la Provincia.
En el combo entran a tallar actores extrabonaerenses, como el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y el diputado Martín Lousteau, quien quiere apoderarse de la UCR capitalina. Larreta coquetea con Vidal para varias posibles salidas. Losuteau fantasea con la candidatura presidencial; ese mismo lugar que le quita el sueño al Jefe de Gobierno porteño. Y también está Mauricio, que parece afuera, pero juega.
En el rearmado de la oposición provincial influyen mucho los movimientos capitalinos y los intereses de dos sectores que compartieron coalición y ahora se mueven independientes. Bien podrían amalgamarse o definitivamente atomizar a la oposición, lo que sería una excelente noticia para el actual oficialismo.
Gustavo Posse: “Hay que renovar la UCR bonaerense, la actual conducción fracasó”
-¿Cómo tienen que ser los primeros pasos de Cambiemos como oposición en la Provincia, teniendo en cuenta que el radicalismo está buscando más protagonismo dentro de la alianza?
-Hubo un avance muy fuerte por parte de Alfredo Cornejo en el Comité nacional. Y hay una importante voluntad en la ciudadanía respecto de la renovación dentro del espacio, de la mano de Martín Lousteau en la Ciudad de Buenos Aires. En el caso de la provincia de Buenos Aires, ese proceso viene retrasado. Este año está la oportunidad de renovar.
-Justamente este año se renuevan las autoridades del Comité Provincia, que actualmente conduce Daniel Salvador.
-Si, claro, en octubre, o en la fecha que sea, se va a dar la renovación. Además de estar concentrado en la labor que me toca como intendente y de trabajar con otros pares en el Foro de jefes comunales radicales y el de Cambiemos, estamos abocados a la renovación del radicalismo de la Provincia.
-¿Su sector, el possimo, va esta vez por la presidencia del Comité?
-Es una renovación transversal, todos los movimientos vamos acercándonos a esa necesidad de poner en valor al radicalismo, de renovarlo y de sacar a la actual conducción del camino. Son muchas las señales que indican que fracasó. Y a partir de la mencionada puesta en valor, debemos renovar, además de las autoridades, el sentido de pertenencia a la coalición Juntos por el Cambio.
-Uno de los nombres que suena fuerte para hacerse cargo de esa responsabilidad es el suyo.
-Soy un militante político. Hago lo que tengo que hacer. Hay que poder cumplir con el objetivo de renovar el partido y formar una conducción integral que ponga en valor al partido para luego poder fortalecer Cambiemos.
-¿Ese "hago lo que tengo que hacer" incluye la candidatura a presidente?
-Incluye todo. Hago lo que tengo que hacer. Soy un militante político.
-¿Cuál es el primer paso que debe dar la UCR para cambiar la imagen, ese radicalismo que muchos señalan casi al servicio del Pro?
-Sí. Es algo que vengo diciendo hace tres años. Ahora cada uno tiene que dedicarse a lo que le toca. El radicalismo tiene una estructura fuerte y vigorosa en casi todos los distritos; y donde no es así, donde la estructura es débil, hay que fortalecerla.
-Del lado de la oposición, en el llano, ¿la disputa con el Pro es mano a mano?
-No se trata de una disputa con el Pro, tiene que haber una relación de pares que hasta ahora no la hubo. Entre otras cosas, por eso es cuestionable la conducción del radicalismo de los últimos cuatro años. Más allá de que al principio teníamos la misma cantidad de legisladores y se apoyaban todas las iniciativas, no se era parte del Gobierno, aún cuando el partido contaba con importantísimos cuadros para hacerlo.
El alcalde que quiere ser Gobernador previo paso por el Congreso
Jorge Macri, intendente de Vicente López, juega fuerte “y va a ser todo lo posible para poder posicionarse como candidato a gobernador” aseguran en su entorno; pero “siempre dentro de Juntos por el Cambio”, aclaran.
En esa búsqueda, el primo del expresidente se muestra más duro que María Eugenia Vidal en cuanto a la relación con el gobierno de la Provincia, que incluso le ha merecido cruces picantes con la ministra de Gobierno, Teresa García. La disyuntiva de Macri, no obstante, está en la decisión que tome Vidal. A ella no la enfrentaría en una interna, pero sí a cualquier otro.
“Si hay un candidato mejor se apoyará o se dirimirá por internas, pero creo que ya estamos preparados para encarar la elección del año que viene”, le anticipó a La Tecla uno de los soldados de Jorge. La intención es jugar las legislativas 2021, ya sea como primero en la lista de diputados nacionales o compartiendo fórmula 1-2 con Vidal en esa nómina. “Nos gustaría encabezar o hacer alguna dupla para posicionar a Jorge, pero no nos desvela”, le dijo a este medio un legislador del espacio.
Los antecedentes de Francisco De Narváez y Sergio Massa, imponiéndose en las elecciones intermedias y fracasando luego en las ejecutivas, demuestran que un triunfo en las legislativas para nada garantiza un éxito dos años más tarde. Pero sí sirven para poner en el primer plano a futuros candidatos para los poderes ejecutivos.
El problema para las aspiraciones del actual intendente surge si el espacio decidiera volver a jugar con Vidal en el 2023 en la Provincia, lo que le obtura a casi todos la posibilidad de hacerle frente. Por eso, desde el entorno de Macri, cada vez que tienen la oportunidad, señalan que “Vidal en todos lados dice que a la Gobernación no quiere volver”. Es en definitiva, es ese el primer guiño de la suerte que esperan tanto Jorge como otros aspirantes al sillón de Dardo Rocha.
Mientras tanto, el jefe comunal de Vicente López le pidió a sus legisladores Laura Riccini, Mauricio Vivani, Verónica Barbieri (diputados), Gabino Tapia y Juan Fiorini (senadores) que hagan esfuerzos para lograr consensos y nadie se escape de Juntos por el Cambio, además de buscar más adhesiones.
El armado de una tercera vía que busca ampliar la oposición
Martín Lousteau, Gustavo Posse, Emilio Monzó, y Enrique “Coti” Nosiglia le dan forma por estas horas a un armado político que tiene como meta trascender los límites de Juntos por el Cambio, pero no prescindiendo de ese espacio, sino ampliando las fronteras de la oposición. Luego, llegado el momento, decidirán si juegan solos o engordan el frente que hoy regentea el macrismo.
En ese sentido, Alfredo Cornejo, en su rol de conductor nacional de la UCR, aparece como posible aliado. También hay conversaciones abiertas con Juan Manuel Urtubey, exgobernador de Salta, y con otros actores de pedigrí peronista.
Con Lousteau como figura para la contienda nacional, el espacio en ciernes centrará los esfuerzos de los próximos meses en la Provincia, y el primer mojón (que les marcará donde están parados) es la interna radical, acompañando a Posse en el intento de conducir el partido. Mientras el intendente de San Isidro opera fuerte ya en el radicalismo del Conurbano, el estratega Nosiglia gasta llamadas a números con característica del interior bonaerense.
Para más adelante quedará dirimir la contienda que dentro de este mismo espacio puede abrirse por las futuras candidaturas.
Panorama interno de la UCR
El radicalismo se encamina a elecciones partidarias este año (serían en octubre), y todo hace prever que, otra vez, habrá una encarnizada puja interna. El sector de Daniel Salvador, actual presidente, quiere conservar el Comité Provincia. Por ahora el espacio funciona de manera orgánica, tanto en la Legislatura como en el foro de intendentes, que preside Miguel Fernández (salvadorismo) tras haberle ganado por 18 votos a
Sin embargo, hay dos espacios que quieren disputar el poder partidario. Por un lado la irrupción de Gustavo Posse como candidato para presidir el partido a nivel provincial, y por el otro el sector que responde a Ricardo Alfonsín. En este caso, el alfonsinismo tiene el talón de Aquiles en que su conductor estará muy lejos, dedicado a su flamante función como embajador en España.
Federico Storani y Juan Manuel Casella aparecen como los posibles armadores del sector. Carlos Fernández y Miguel Bazze, que eran alfonsinistas, si bien no se pasaron al salvadorismo se mantienen orgánicos en el partido.
Bonaerense sí o sí, un punto de acuerdo entre varios sectores
Hay un punto en el que coinciden cien por ciento radicales, possistas, monzoístas y jorgemacristas: que el próximo candidato a gobernador de la oposición sea bonaerense de pura cepa.
“Tiene que ser de Buenos Aires. Son muchos los fracasos de las importaciones. Ser bonaerense es la condición sine qua non. Los mendocinos no ponen a un sanjuanino como candidato a gobernador y viceversa. Por supuesto, no pasa por la localía en sí, sino por el conocimiento y la sensibilidad que se necesitan para semejante responsabilidad”, le dijo Gustavo Posse a La Tecla.
“La provincia de Buenos Aires no es chiste, es la mitad del país; no alcanza con poner lo mejor, la función pública es mucho más que eso. Pasa por una cuestión ética; antes de asumir, antes de empezar, antes del primer minuto, ya hay que saber de qué se trata el partido a disputar”, completó el intendente de San Isidro.
Por su parte, un legislador cercano a Jorge Macri ratificó que “quienes trabajamos en Provincia, los intendentes y los legisladores, pedimos que no nos pongan más candidatos de Capital, que lo elijamos nosotros; no que venga Macri y diga “el candidato es este”. Sobre el tema ya hay un avanzado acuerdo con la UCR y la Coalición Cívica.
“Ya tenemos en la Provincia determinada cantidad de dirigentes con experiencia y nos gustaría que los candidatos salgan de ahí. No que venga, por ejemplo, (Diego) Santilli y lo impongan. Esa pelea la vamos a dar”, ratificó un diputado de trayectoria legislativa.
Una foto que marcar una línea divisoria
En la reunión de la mesa chica del Pro nacional que Mauricio Macri encabezó el 20 de febrero, se sentaron de un lado de la mesa María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo y Horacio Rodríguez Larreta; y del otro Patricia Bullrich, Humberto Schiavoni y Miguel Angel Pichetto. Caprichosamente, o no, a la derecha del expresidente quedaron quienes van por el camino de la moderación en la forma de conducirse hacia el actual gobierno, y a la izquierda representantes del sector menos contemplativo. “De alguna manera esa foto marca cómo se dividen las aguas hoy en el espacio”, graficó un colaborador de la exgobernadora.
El radicalismo mantiene la alianza con Vidal
La conducción provincial de la UCR no saca los pies del plato de Juntos por el Cambio pese a que a veces los intendentes pretenderían ganar autonomía. Sin ser hombre de Daniel Salvador, el jefe del bloque de Juntos por el Cambio en la Cámara de Diputados, Maximiliano Abad, es una figura clave para el sostén de la alianza opositora, a partir de su rol de conductor de una bancada que tiene 38 legisladores, y una variopinta composición.
Abad seguramente no será un actor secundario en la puja interna que se avecina en el radicalismo, aunque todavía sin definir si competirá él por la conducción del partido. Es uno de los hombres convencidos de que la oposición debe mantenerse unida, y bajo esa premisa trabaja para sostener el bloque que constituye la segunda minoría de la Cámara baja bonaerense.