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Argentina
23 de mayo de 2020
MEDIDAS

Transporte, otra víctima de la pandemia

Empresarios de colectivos postergan la medida de fuerza tras el compromiso del gobierno provincial de cancelar las deudas. Lo confirmaron desde el sector del transporte tras una reunión que mantuvieron esta mañana con el subsecretario bonaerense de Transporte, Alejo Supply. El panorama en el sector

Transporte, otra víctima de la pandemia
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Luego de una reunión mantenida esta mañana con el subsecretario de Transporte de la provincia de Buenos Aires, Alejo Supply, los empresarios de sector decidieron postergar las medidas de fuerza previstas para iniciar el lunes 25 de mayo. 

Según confirmó José Troilo, presidente de ACTA/CEAP (estas cámaras nuclean al 60% de los colectivos de AMBA), de conflicto está centralizado en las líneas provinciales (de 200 a 499) y en las comunales (de 500 para arriba), debido a la demora en el pago de las compensaciones, lo que hace insostenible la normal prestación. 

“Las empresas están agotando todos sus recursos para cumplir con los servicios. De todos modos, algunas líneas no pueden porque no llegan a cumplir todo el gasoil que necesitan. Pero, por lo pronto, se va a seguir haciendo el esfuerzo para no afectar a la población que debe viajar”, afirmó Troilo.

Esta mañana, a través de la plataforma Zoom, el subsecretario de Transporte provincial se comprometió a que el gobierno a Axel Kicillof cancelará la deuda que se acumuló con el sector el próximo martes, con lo cual los empresarios dispusieron que quede sin efecto espaciar los servicios, que era una de las posibilidades como forma de protesta.

Transporte, una víctima del aislamiento

La llegada de la pandemia, con las consecuentes medidas de aislamiento, significó un duro golpe para las empresas del sector transportista de pasajeros. La falta de recursos y la merma abrupta en la cantidad de personas por unidad se convirtieron en los síntomas más devastadores del coronavirus. Las cámaras del sector avizoran un panorama sombrío, al tiempo que comienzan a hacerse sentir las medidas de fuerza. 

El 20 de marzo, el anuncio presidencial de la primera fase para poner un freno a la expansión del COVID-19 significó un duro golpe para diversas actividades. El transporte urbano de pasajeros fue uno de los rubros exceptuados por la administración nacional, con el objetivo de trasladar a aquellas personas que cumplen un rol para combatir a la pandemia.

No obstante, con el paso de los días, diferentes administraciones municipales vieron menguar la llegada de recursos, y la declaración de emergencia comenzó a palparse en varios distritos. Fuentes consultadas por La Tecla dieron cuenta de que en los meses marzo y abril cayó un 90 por ciento la cantidad de pasajeros transportados, y que ya en el transcurso de mayo, las cifras tuvieron un leve repunte que llegó al 80 por ciento; no obstante, los números no son los suficientes para sostener la actividad y cumplir con los compromisos venideros. 

En este escenario comenzaron los recortes en las frecuencias, como así también la modificación de recorridos para lograr una reducción de costos y desgaste de las unidades. Desde el inicio de la cuarentena, las empresas prestadoras de servicios perdieron, en promedio, un 55 por ciento de sus ingresos genuinos, siendo éste el correspondiente al aporte de los pasajeros que abonan su traslado. 

Asimismo, los municipios trataron de absorber las pérdidas de las empresas; sin embargo, funcionarios consultados por este medio coincidieron en que será complicado sostener los aportes con el paso del tiempo, más aún si el aislamiento continúa o se desalienta el uso de transporte público para frenar la expansión del coronavirus. 

A pesar de los esfuerzos del Gobierno nacional por hacer frente a la emergencia sanitaria y económica, distintas cámaras dieron cuenta del atraso en los aportes al sector, como así también la falta de créditos para que las empresas puedan hacer frente a sus compromisos. En el transporte de larga distancia, el panorama es más complicado: allí, las pérdidas se cuentan por millones y el cese de actividades es total (ver cuadro). 

En efecto, se multiplicaron las solicitudes de mayores subsidios, exenciones impositivas y la adecuación de normativas laborales. La “emergencia sectorial” toma más fuerza y este pedido ya se realizó al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, por parte de la Federación Argentina de Transportadores por Automotor de Pasajeros (FATAP). 

Con el transcurso de los días, la situación fue empeorando. Las cámaras y empresas agrupadas en la Unión Tranviarios Automotor (UTA) decidieron acudir al paro de colectivos en el interior del país, hasta que los trabajadores perciban la totalidad de los haberes de abril. Con el avance de la cuarentena, el panorama se avecina desalentador. Los empresarios dejaron ver su dificultad en el pago de salarios y peligra el cumplimiento de los compromisos del mes en curso. Mientras tanto, las medidas de fuerza se intensifican, no sólo en el territorio bonaerense, sino también a lo largo del país.

El diagnóstico es preocupante y la merma en la actividad parece no repuntar, aun cumpliéndose el protocolo sanitario. Tampoco la respuesta del Gobierno ante los sucesivos pedidos de las cámaras que agrupan al sector, que tratan de conseguir un poco de oxígeno para sostener el servicio de transporte en medio de la pandemia y el aislamiento.

Los pedidos al Gobierno nacional 

Desde la Federación Argentina de Transportadores solicitaron al Gobierno nacional la “urgente declaración de la emergencia sectorial”. En este sentido apuntaron a la asistencia económica mediante mayores subsidios, exenciones impositivas y la adecuación de normativas laborales, producto de la paralización de la actividad por el aislamiento obligatorio. 

El principal reclamo apunta a la exención del pago de impuestos de cualquier tipo y categoría, como la asignación de aportes Repro para hacer frente al abono de salarios en el sector.

TOMAS MARISCO (TRANSPORTE BAHIA BLANCA)
Pocas expectativas en las comunas


La ciudad de Bahía Blanca dio el puntapié en declarar la emergencia en el sector. En este sentido, el titular de la Secretaría de Movilidad Urbana y Espacios Públicos, Tomás Marisco, en diálogo con La Tecla puntualizó: “La situación es grave. No recibimos ninguna ayuda extraordinaria de la que pedimos; de hecho, Nación nos debe desde la segunda quincena de febrero los atributos sociales de SUBE y no los ha transferido. Los subsidios provinciales los cobramos en estos días, cuando nosotros pedimos hacerlo la semana del pago de sueldos, y todavía no se ha pagado la segunda cuota del fondo compensador de Nación. En este sentido, los sueldos se pudieron pagar porque el Municipio adelantó veinte millones de pesos al sistema y porque las empresas decidieron endeudarse en el mercado financiero”. 

Con respecto a las perspectivas, el funcionario detalló: “Con la liberación de actividades subió un cuatro por ciento la cantidad de pasajeros, pero no es lineal con la cantidad de gente que hay en la calle. Nosotros adoptamos un recorte importante de kilómetros en los recorridos, para ahorrar dentro del sistema, pero eso es marginal y son las medidas que podemos tomar desde acá; y la Municipalidad, ya no tiene recursos para cubrir los salarios de mayo, y si no hay ayuda de Nación o Provincia, dudo que se pueda pagar”.

LOS NUMEROS
Incertidumbre y pérdidas millonarias en el sector de larga distancia


Sin definiciones concretas para la reactivación del servicio, las diferentes cámaras afirmaron que las pérdidas son millonarias en un sector que emplea alrededor de 17.000 trabajadores en forma directa.

La extensión de la cuarentena golpeó duramente a uno de los sectores vinculados al transporte. Fase tras fase, las empresas prestadoras de larga distancia esperan con ansias el visto bueno del Gobierno nacional para la habilitación del transporte interurbano. Desde el inicio del aislamiento, pocas fueron las unidades que quedaron en circulación por las rutas argentinas. El convenio con gobiernos provinciales para trasladar a pasajeros varados, principalmente en lugares turísticos, no fue suficiente para compensar el panorama que se avecinaba. Con la flexibilización de las restricciones, las empresas y la Cámara Empresaria de Larga Distancia (Celadi) comenzaron a evaluar la posibilidad de retomar el servicio entre las localidades y las provincias que tengan controlados los casos de coronavirus o bien sean nulos en sus distritos. 

Desde Celadi manifestaron su preocupación e indicaron: “A diario, las empresas de transporte y la cámara del sector recibimos, a través de todos los canales de comunicación activos, cientos de consultas sobre el posible regreso del servicio de los ómnibus de larga distancia”. 

En este contexto se puntualizó que, en la actualidad, el transporte interurbano vincula a más de 1.600 destinos en la Argentina, además de otros tantos en los países vecinos. En cifras, el mes de abril significó un déficit operativo de más de 3.500 millones de pesos mensuales con un parate total por la cuarentena, y cada día sin operar implica para el sector una pérdida de facturación de $126 millones + IVA. Si, en cambio, consideramos coeficientes de ocupación de fines de semana largos, la pérdida de recaudación diaria debe ser estimada en $185 millones + IVA
 

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