La actriz reveló a La Tecla cómo se cuida en cuarentena después de haber atravesado un pico de stress en mayo. A sus 68 años se muestra radiante en sus redes y revela sus secretos. La acompaña Ricardo García mientras su divorcio sigue pausado por el contexto.
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Su imagen y su tono revelan una Adriana Aguirre jovial, que a sus 68 años y con más de cuarenta años en escena sigue espléndida y preparándose para nuevas obras de teatro. Se la puede ver posando en su Instagram con atuendos sugerentes, con mucha piel al desnudo y disfrutando de seducir.
Cuando el rol de vedette parece extinguirse Adriana Aguirre lo sostiene como lo ha hecho desde sus 20 años ininterrumpidamente, “la revista morirá conmigo”, dijo una vez y actualmente es lo que más le preocupa porque con la cuarentena obligatoria ha perdido esa posibilidad que es su modo de vida; ya es parte de su respiración.
“Me han propuesto algunos productores algunas cosas streaming, pero todavía no lo tengo muy resuelto, estoy esperando. Yo soy una mujer del teatro y el teatro es presencial, en presencia. El público paga una entrada, se sienta y te ve en persona. Te ve si sos más flaca, más alta, más baja, más esto, más aquello; eso es lo que ven primero, cómo estás, y luego toman tu parte artística, lo más importante de ser vedette y ser actriz.” De todos modos, intenta afrontar el presente con tranquilidad después de que en mayo tuvo que acudir a una guardia por un pico de stress causado por el encierro. No poder trabajar, socializar, es su talón de Aquiles.
Sin embargo, después del primer mal trago, ahora la vemos sonriente y encontrando la manera de vivir en el encierro: “Me he montado en casa un pequeño gimnasio, con un elíptico de costado, pesas, mancuernas, elásticos para hacer todo tipo de musculación, colchonetas. En fin, en un pequeño rincón armé un pequeño gimnasio y además salgo a caminar lo reglamentario como para airearme; con barbijo, bien protegida: barbijo, anteojos, guantes, abajo de los guantes me pongo alcohol en gel, arriba de los guantes alcohol en gel; es decir no hay un milímetro de aire que toque mi piel y me cuido muchísimo del contacto físico con los demás.”
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Durante el verano, mientras estaba trabajando en Mar del Plata, como parte del elenco de “La súper revista 2020” también tuvo que ser internada por un pico de presión. Se recuperó rápidamente, pero fue un llamado de atención. Adriana es una mujer con un estilo de vida muy sano: no bebe alcohol, no fuma, no consume carne ni harinas, pero en los últimos años su vida tuvo cambios de orden sentimental que no fueron sencillos de asimilar. Comenzó el proceso de divorcio con Ricardo García, luego de que él confesara una infidelidad en público. Ellos estaban casados desde 1998 y, según ella, fue el gran amor de su vida por lo que esa traición le resultó muy adversa.
La separación legal quedó frenada por la cuarentena, sin embargo, viven juntos este período, porque, a pesar de todo, se cuidan mutuamente y han forjado una sociedad de tantos años que les permite tener una relación respetuosa entre ellos. Aunque Adriana Aguirre aclaró suspicaz: “No tengo contacto físico, dos metros de distancia, no tengo ningún contacto”.
Oriunda de Santa Fe, Adriana eligió su destino cuando se preparó como actriz y participó de más de una docena de películas emblemáticas de Argentina. Debutó en el cine con “La sonrisa de mamá”, interpretada por “Palito” Ortega y Libertad Lamarque, recién llegada a la Argentina después de su exilio. También participó del clásico “El pinic de los Camapanelli” de 1972. En “Don Carmelo Il Capo” de 1976 tuvo su primer protagónico, haciendo de Lulú. Junto a Olmedo, Porcel y Moria Casán protagonizó “Encuentros muy cercanos con señoras de cualquier tipo” y su última película fue “Gran valor en la Facultad de Medicina” junto a Juan Carlos Calabró en 1981, a sus 30 años.
Paralelamente se consagró como vedette en el teatro, tuvo algunas participaciones televisivas y hasta editó un disco. Con tanta exposición y trabajo de su cuerpo, la actriz se preocupa por verse impecable y revela su rutina de belleza. Para cuidado facial usa ácido glicólico y ácido salicílico y en el cuerpo siempre alguna crema hidratante para revertir la resequedad que dejan los jabones.
Lo que a veces es más complejo de cuidar es la salud emocional. “He tenido mucho tiempo para reflexionar porque en realidad a mí me hace mucho mal el encierro, me da lo que a la mayoría: angustia, stress, me oprime muchísimo y entonces necesito salir, soy una mujer muy activa, he hecho gimnasia toda la vida y necesito salir, estar en contacto con mi trabajo, con mis amigas, con los almuerzos y cenas, que no tengo en este momento porque no se puede sociabilizar.”, explicó, aunque “he encontrado el mirar para adentro, leer, charlar por whastapp, por zoom, compartir con amigas, pero no es lo mismo, no es el contacto físico y el beso, extraño muchísimo eso”, aclaró con nostalgia.
Desde su casa, al lado del cuadro de su referente, Madonna, suspira y desea que todo mejore: “Deseo ser feliz creo que me lo merezco, soy buena gente y creo que lo voy a tener”.