La Tecla
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En conversación con La Tecla, la vicegobernadora de la provincia de Buenos Aires, Verónica Magario, puso sobre la mesa el debate por las elecciones indefinidas. Vale recordar que, en 2016, la Legislatura bonaerense le dio forma al proyecto que impulsó el Frente Renovador y rápidamente encontró la adhesión de María Eugenia Vidal y Cambiemos.
En aquel momento se puso un freno a la cantidad de reelecciones para “terminar con los dirigentes que se perpetúan en los cargos”, según decían los sectores que apoyaron la normativa. La medida generó revuelo y dividió las aguas de la política. Lo hizo en pleno debate legislativo y perdura con el paso de los años.
Por caso, la ex intendenta de La Matanza puso blanco sobre negro en el eje de conflicto. “La limitación la tiene que poner el conjunto del pueblo”, lanzó en la edición impresa de este medio. Y detalló: “En los últimos cuatro años, las leyes que se votaron acá (Legislatura), lo único que hicieron fue limitar si un intendente fue reelegido o no, y utilizaron la reelección como una bandera de la antipolítica; porque me parece que si a un intendente, en un pueblo, la gente lo quiere, lo va a votar, y si no lo quiere, no lo va a votar. Tampoco creo en esto de enquistarse en el poder, pero quien te saca y te pone son los ciudadanos, punto”.
De esa manera, Magario liquidó: “Si hiciste bien las cosas, te van a volver a votar, si no votan a otro; y esto lo vimos con Vidal, y con los intendentes que ganaron con Vidal”.
Asimismo, desde el PRO bonaerense reconocieron que se trabaja sobre la norma que acompañaron cuatro años atrás. Fue Ezequiel Galli, intendente de Olavarría, quien dio detalles sobre un trabajo partidario para buscar una solución al freno a las elecciones indefinidas.
El hombre de la Séptima Sección apuntó que existe una “interpretación de la ley que prohíbe la reelección por más de dos períodos de gobierno ya que no puede ser retroactiva”, es decir que se contabilice desde su sanción en adelante. Y agregó: “Existe un grupo de legisladores e intendentes que están en ese tema. De ser así, éste (2019) sería el primer período”. Claro está, quienes asumieron en 2015 podrían acabar con 12 años de mandato y no con 8 siempre y cuando hayan logrado revalidar las gestiones en las urnas.
Con dicho escenario, según pudo constatar este medio, la división se mantiene latente y produce una grieta interna en los dos sectores de peso en la discusión bonaerense. El consenso al respecto de las elecciones indefinidas no forma parte de la vida de Juntos por el Cambio ni en el Frente de Todos.
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Es que, el oficialismo maneja dos hilos disímiles. Por un lado, el Ejecutivo a cargo de Axel Kicillof, más el camporismo con Máximo Kirchner a la cabeza y el Frente Renovador de Sergio Massa no tienen en agenda el debate. La agrupación territorial lleva años en la arena política y el tope para las renovaciones le permite impulsar dirigentes de su espacio para la disputa. En contrapartida, el freno solamente pone en riesgo dos bancas legislativas para 2017, una intendencia (Mercedes) y dos escaños en 2023. Así, le podrán dar rienda suelta a las aspiraciones camporistas por cargos de poder.
Por su parte, el massismo apuesta a recuperar el mando en la cuna del Frente Renovador, hoy en manos de Julio Zamora. El intendente no podría renovar en 2023 y el camino quedaría allanado para que Malena Galmarini se haga cargo de la pelea comunal. Así, el massismo y La Cámpora evitan hablar sobre elecciones indefinidas para alimentar la estrategia propia en las elecciones venideras. Mientras que el Ejecutivo informó a los alcaldes que no intercederá en la derogación de la legislación. En calle 6 saben que el costo político y social es alto, no tomarán la posta ni intervendrán de manera negativa si algún jefe comunal avanza con reformas.
En tanto, la oposición ya trabaja sobre la medida. Así, lo graficó el mandamás de Olavarría, Ezequiel Galli y generó problemas internos. “El que esté trabajando sobre eso, está traicionando lo que resolvimos”, liquidó a este medio una figura de la Legislatura que no podrá renovar en 2023. De esa manera, desde la mesa política de Juntos por el Cambio consideraron que si un dirigente propio encabeza la modificación “está poniendo en riesgo 30 de los 40 puntos que conseguimos (en las elecciones)”.
Son media docena los legisladores de JxC que no podrán renovar su escaño en el proceso electoral del año entrante, mientras que en 2023 duplican el número más los alcaldes que correrán la misma suerte. En ese sentido, sostienen que la actual coyuntura social no es momento de asumir el riesgo de ingresar en ese debate. En el futuro y ya rumbo a los comicios ejecutivos, la historia puede modificarse.
En definitiva, el tope a las elecciones divide las aguas. Los intendentes con mandatos sobre la espalda mantienen la preocupación sobre el accionar y trabajan internamente en una solución. Además, hay espacios como Cambio Federal que aseveran: “la ley permite interpretaciones”. De esa manera, buscan el vacío legal que permita, a quienes vencen mandato el año entrante y no pueden renovar, volver a ser protagonistas de la puja electoral.
En reuniones silenciosas, ya se trabaja sobre la medida y la discusión promete dejar mucha tela para cortar. La rosca por las elecciones indefinida ya tuvo su punto de partida.