12 de octubre de 2020
PERMISO PARA REZAR
Los nuevos protocolos de los dioses
La Provincia anunció el regreso de la liturgia en los diversos cultos. Será con estrictas medidas sanitarias, también para municipios en fase 3. Algunos lo celebran y otros plantean dudas
La inesperada “nueva realidad” que originó la pandemia de coronavirus cambió hábitos, vidas y costumbres de personas que, hasta marzo de este año, transitaban un rumbo medianamente previsible.
La cuarentena implicó ceder movilidad, alejar afectos y, también, privar a los creyentes de actos tan humanos, hasta ese momento, como encontrar consuelo en la fe.
Tras varios meses de aislamiento, el gobierno de Axel Kicillof, en el punto más álgido de la curva de contagios en el país, accedió al pedido de la mayor parte de las congregaciones y cultos religiosos, permitiendo -con limitaciones y restricciones- el regreso paulatino de las actividades litúrgicas en templos de distritos que están en fase 3, sumándose así a los que transitaban ya por las etapas cuatro y cinco.
La chance de reintegrarse a los rezos y oraciones podrá realizarse con un 30% del aforo de los recintos en los primeros, mientras que en aquellos que se encuentren en fases menos complicadas desde lo epidemiológico podrán ocupar la mitad de su capacidad.
“Vamos a permitir la posibilidad de celebrar ritos religiosos, pero solamente al aire libre y con una cantidad determinada de personas”, anunció días atrás el jefe de Gabinete del Ejecutivo provincial, Carlos Bianco.
La buena nueva estuvo precedida por el envío a los diferentes cultos de los correspondientes protocolos, que sumaron exigencias específicas a prácticas que son comunes a todos los ciudadanos.
Así, deberá respetarse el distanciamiento de 2 metros, disponerse medidas de higiene como la provisión de alcohol en gel y alfombras sanitizantes, y el uso de tapabocas, nariz y mentón, en servicios que no podrán durar más de 60 minutos. Entre uno y otro deberán dejar pasar 30 minutos para aseo y desinfección del lugar.
La apertura, sin embargo, tiene sus bemoles, y no todos aplauden la forma en que podrán retomar las actividades litúrgicas. “Con respecto al protocolo de la Provincia, incluso hemos agregado otras precauciones que allí no están. Hemos decidido eliminar el saludo de la paz y todos los movimientos de la misa, de manera que los fieles estarán fijos en su lugar y a 15 metros cuadrados uno de otro, como mínimo”, aseguró el arzobispo platense, Víctor Fernández, quien adelantó que la reapertura podría demorarse unos días más.
Las nuevas disposiciones plantean dificultades según la dimensión de la congregación. Por ejemplo, el pastor evangélico Juan Zucarelli, quien puso en duda la posibilidad de volver a los servicios presenciales.
“Si la Provincia mantiene esos protocolos que nos envió, vamos a ver si abrimos el lunes. Una congregación o un cura que tienen 40 o 50 personas, no tienen problema, lo soluciona con dos reuniones. Pero yo, por ejemplo, tengo que hacer 20 reuniones, que duran hasta 60 minutos, y otros 30 minutos para limpiar el templo y que salgan todos. Entonces yo, que tengo como 700 personas, ¿cuántas reuniones tengo que hacer? Y otro problema es que si vienen muchos, yo dejo entrar a 20 y al resto lo tengo que dejar esperando en la calle”, comentó.
Otro tema a considerar es el “gustito” que le han tomado algunos cultos a la posibilidad de tener una audiencia virtual que supera ampliamente la concurrencia de fieles de manera presencial.
Tal es el caso de la comunidad judía de La Plata, donde el rabino (seminarista) Daniel Levin pasó de tener una treintena de personas a una platea por Zoom que superaba las 400, con unas 150 conexiones al mismo tiempo en servicios como el del Kabalat Shabat (ceremonia que se realiza el viernes con la salida de la primera estrella como bienvenida al sábado, día sagrado para el judaísmo).
A pesar de mostrar su satisfacción por la posibilidad de retomar el contacto personal con sus seguidores, el imán de la mezquita sufí de Glew, Ariel Ricardo Gambetta (su nombre islámico es Shahabuddin), afirmó: “Yo seguí la práctica a través de videos que difundimos por las redes sociales, algunos en directo y otros, no. Es como si fuese un sermón de los domingos de la Iglesia Católica, con algunas charlas”.
El líder de la congregación islámica explicó que “no somos muchos en la zona, apenas unos 30 o 35”, y añadió que vamos a tratar de mantener los oficios virtuales para aquellos que tengan dificultades para trasladarse.
Lo económico no es un tema menor, ya que la disposición oficial obliga a cada institución donde se realice un servicio religioso presencial a tomar la temperatura a cada feligrés antes de ingresar.
De acuerdo con lo que los diferentes cultos requirieron, las ya famosas “pistolas” tienen un costo que supera los 4.000 pesos; inversión que no todos están en condiciones de realizar, especialmente en cultos con varios locales, como algunos evangélicos con fuerte presencia en el Conurbano.
Al respecto, Zucarelli puntualizó que en todo este tiempo de cuarentena dañó la economía de las iglesias. “En mi caso, yo alquilo el local del templo, tenemos gastos de limpieza, y además están los servicios. Y lo tenemos cerrado desde marzo, siendo que nosotros nos mantenemos con las ofrendas y los diezmos. Incluso hay algunos que cobran un sueldo como pastores”.
Musulmanes, sin disidencias
En Glew, partido de Almirante Brown, funciona la congregración musulmana Sufismo Naqshbandi, liderada por el sheik Ariel Ricardo Gambetta (su nombre islámico es Shahabuddin). El líder de esa comunidad aseguró que “hasta ahora no podíamos tener la mezquita abierta por los impedimentos legales que había, sobre todo, por lo sanitario”. El también imán (quien tiene a cargo el oficio religioso) aseguró que la práctica virtual fue bastante útil, pero no le llega a la gente.
Shahabuddin sostiene que le parecen razonables los protocolos dispuestos por el Gobierno de la Provincia para la reapertura de rituales y oficios religiosos. “Yo me manejo con más gente que las 35 que pueden venir acá, y entiendo que es necesario un protocolo cuidadoso, que requiere también de nuestra responsabilidad, nuestra conciencia. Es lógico en cuanto al uso de barbijos, un límite en la cantidad de personas y la distancia prudencial; no es mucho más.
Al ser pocos, en nuestro caso, no nos molesta. No estamos en disidencia con las decisiones del Gobierno, para nada”.
“Hemos agregado precauciones que no están en el protocolo”
Acerca de las pautas dispuestas por el Gobierno bonaerense para la vuelta de las prácticas en los cultos, el arzobispo de La Plata, Víctor “Tucho” Fernández, aseguró que “seguiremos el protocolo de la Provincia, pero con mínimos ajustes en diálogo con los intendentes, porque, obviamente, hay cuestiones muy prácticas que se ven in situ”.
“Por ejemplo, tenemos templos inmensos, como la Catedral, el Sagrado Corazón, y otros que, en cambio, no tienen espacios adecuados al aire libre. Se trata de discernir qué es lo mejor en concreto con el objetivo de minimizar las posibilidades de contagio, y con ese criterio se decide cuáles son los lugares adecuados”, añadió monseñor Fernández.
En cuanto a los oficios, el religioso de la capital provincial indicó que “nuestra idea es multiplicar las misas de lunes a domingo y exigir una inscripción previa para evitar toda posibilidad de aglomeración”.
Acerca de las medidas exigidas indicó que “ya estamos buscando precios para comprar termómetros y así cumplir con el pedido de tomar la temperatura al ingreso, por ejemplo. Con respecto al protocolo de la Provincia, incluso hemos agregado otras precauciones que allí no están”.
Por otra parte comentó que, también, han decidido “eliminar el saludo de la paz y todos los movimientos de la misa, de manera que los fieles estarán fijos en su lugar y a 15 metros cuadrados uno de otro, como mínimo”.
“Por eso, esto no es comparable ni a las clases, ni a los recitales, etcétera. Ya estoy en conversaciones con los intendentes de La Plata, Berisso y Ensenada para que el día 12 de octubre podamos comenzar con este sistema”, explicó.
Para las iglesias evangélicas, el número es todo un problema
El presidente de la Federación de Consejos de Pastores de la Provincia de Buenos Aires celebró que se puedan “hacer casamientos, bautismos, todo lo que tenga que ver con sacramentos”; aunque dijo que “uno de los puntos que cuestionamos es que sólo podemos tener un máximo de 20 personas por reunión”.
El pastor de la iglesia Cristo Unica Esperanza sostuvo que “también hay una limitación para el ingreso de personas en riesgo, como las que tienen más de 60 años, las mujeres embarazadas, los que tienen enfermedades”.
En tal sentido refirió que “los que están en la puerta tienen que preguntarle a alguien si tiene diabetes, o si se está haciendo diálisis; casi hacerle una encuesta. Yo le puedo preguntar ‘¿Tenés diabetes?’, y si me dice que no, la tengo que dejar pasar. Lo mismo con embarazadas: si viene con 6 o 7 meses, te das cuenta, pero si son un par de meses es posible que no”.
“Otro problema es que a mí, por ejemplo, me acompaña gente que está a mi lado desde hace 30 años, y hoy tiene 70; le tengo que decir que no puede entrar cuando me ha ayudado toda la vida, que esto es para los jóvenes. O en las iglesias católicas, donde la mayor parte de los que van es gente mayor. ¿Les vas prohibir ir a misa?”, comentó.
Acerca de cómo se las arreglaron hasta ahora, el pastor evangélico expresó: “Nosotros nos estamos manejando por las redes sociales, tenemos varias reuniones por Zoom, por Instagram, por Facebook, especialmente los fines de semana”.
“Por el momento vamos a seguir con los servicios virtuales”
La comunidad judía, también se prepara para el regreso de la actividad religiosa de manera presencial, aunque en la capital provincial no será inmediata. Así lo aseguró Diego Lacki, vicepresidente de AMIA La Plata, quien sostuvo que “lo estamos articulando con la municipalidad de La Plata, especialmente con la Dirección de Cultos; es algo que tenemos que trabajar, porque al haber una limitación en cuanto a la cantidad de personas autorizadas para los servicios se torna más dificultoso”.
El dirigente comunitario explicó que “eso, por ahí está más destinado, por ejemplo, a los sectores ortodoxos del judaísmo, que venían exigiendo la forma presencial. A nosotros, esta autorización parcial nos complica, de alguna manera, porque vos no podés seleccionar a la gente. Si vienen 40, ¿cómo hacemos?. Tendríamos que hacer turnos o rotar, que un viernes vengan 20 y al siguiente otros 20”, evaluó.
Lacki fue rotundo al señalar que “por el momento, hasta que esto se aclare un poco, vamos a seguir con los servicios de manera virtual”.
En cuanto a la experiencia de estos meses relató: “Nosotros, lo que hicimos fue consultar con el Seminario Rabínico, que es quien nos da las pautas en cuestiones religiosas”.
Añadió en tal sentido: “A partir de allí se decidió autorizar a hacer los servicios, como el del Kabalat Shabat (ceremonia que se realiza el viernes con la salida de la primera estrella) por la plataforma Zoom”.