Juana Repetto contó la angustia que vivió en pleno vuelo, tras no poder aterrizar
La actriz disfrutó de unos días en Disney junto a su hijo y su mamá, y luego viajó a Vail a reencontrarse con su marido pero no la pasó nada bien durante el vuelo y lo contó en sus redes sociales. Leé más.
Compartir
Unas vacaciones soñadas, para disfrutar entre madre e hijo, terminó agotando a Juana Repetto. Días atrás confesó que con su embarazo no estaba disfrutando mucho el ir y venir, las excursiones y entre otras cosas, narró el mal momento que vivió cuando el avión en el que viajaba junto a Toribio daba vueltas porque no podía aterrizar.
Entre los planes, de la actriz, estaba visitar Vail y disfrutar de la nieve junto a su marido, Sebastián Graviotto, pero antes de llegar, desbordó cuando su vuelo duró más de la cuenta; producto de las fuertes nevadas y las pistas colapsadas.
Una vez, en tierra firme, Juana, contó a sus seguidores la travesía que vivió y cómo logró llegar junto a su esposo. “Nosotros nos tomamos un vuelo desde Miami a Vail, que dura cuatro horas”, inició su video. Luego, contó como vivió un viaje de ocho horas arriba de un avión: “Estaba nevando mucho y nos dijeron que el avión no iba a poder aterrizar y empezamos a dar vueltas arriba del aeropuerto de Vail, aproximadamente una hora para ver si se despejaba para poder aterrizar”, indicó y luego afirmó: “Ya te da un poco de miedo, yo tengo cero miedo al avión, me encanta viajar. Pero te dicen una horita y si no se podía aterrizar, teníamos que regresar a Denver para cargar combustible, y luego, volver a Vail.”
“Toro ni se enteró porque estaba chocho jugando pero todo se hizo largo, terminamos ocho horas arriba del avión”, afirmó Juana y además, explicó el recorrido que hicieron, luego de varios intentos fallidos: “Nos dijeron ´vamos a aterrizar´y yo dije ¡qué bueno!, va bajando el avión, salen las alas; vimos la pista y sale volando de nuevo porque no se veía bien. Volamos media hora más. La segunda vez, que iba a aterrizar no lo hizo porque tampoco veía y tuvimos que volver a Denver porque no tenía combustible.”
“Son 200 kilómetros, estacionamos en Denver y estuvimos media hora. Ahí me dio angustia, yo ya quería aterrizar en tierra firme. Lo que más me angustiaba era el susto que tendría mi vieja porque tenía que llegar hace tres horas”, narró en una de sus historias.
Una vez, en Denver le confirmaron que el vuelo no salía hasta el otro día a las seis de la mañana. Entonces su marido quería sacarle pasajes en micro y no conseguía. La actriz, afirmó: “Yo ya estaba colapsada y recorrí todo el aeropuerto para saber si había un transporte para Vail porque no quería pasar la noche ahí.” Finalizó su historia, agradeciendo porque en medio de la angustia, se cruzó con una familia cubana y ellos le ofrecieron viajar con su Uber y además, le dieron un sándwich para ella y su hijo.