31 de diciembre de 1969
Entrevista
“Cristina no pudo hacer los cambios que prometió”
Integra un clan de caudillos justicialistas, fue gobernador de
Salta, compartió con Menem fórmula presidencial y luego acordó con K
la vicepresidencia que ocupa en el senado. Juan Carlos Romero, un PJ crítico que adquiere protagonismo
Sobrio y conservador en sus modos,
en su vestir y en la decoración de su despacho, donde domina el tono ci-ruela y sólo se acepta un negro intenso en el sillón principal del lobby. Juan Carlos Romero es un hombre de fuerte pertenencia a su partido, el PJ, y a su tierra natal, Salta. También a su familia, un clan que desde los comienzos del peronismo se integró a la historia política del país.
Esto no se contrapone con su inquieta mirada, que observa siempre las nuevas tendencias, en los empresarial y lo institucional. Romero gusta de los cambios tecnológicos, de las vanguardias, una característica que por estos días ha dejado relegada por la labor legislativa que desempeña en el Senado de la Nación.
“Ahora estoy dedicado de lleno a mi ac-tividad parlamentaria, hay mucho por hacer”, dice. Y en esta conyuntura, el vicepresidente de la Cámara alta, un socio crítico de la gestión K, se posiciona como un referente ineludible en el nuevo escenario político.
-¿Cómo evalúa la situación social y la posición adoptada por el Gobierno?
-La sensación es que se ha tensionado demasiado la cuerda, y eso afecta a la gestión de la Presidenta, pero esta actitud de enviar el proyecto al Congreso puede ayudar a traer calma al conflicto; entonces, el Gobierno dispondrá de todo su tiempo para recuperar su imagen.
-¿Y respecto del desemvolvimiento de la Presidenta?
-Veo que está haciendo un gobierno nuevo, lleva pocos meses, y no ha podido dar la sensación de cambio que prometió en la campaña. Para el imaginario de la gente es como si fuera un mismo gobierno que lleva 4 años y 180 días, porque ha fallado la posibilidad de transmitirles a los ciudadanos que iba a ejercer una nueva realidad; ella dijo que iba a provocar cambios, pero no se los vio; eso, a mí en particular me ha dado un sentido de frustración, porque no ha generado la transformación que prometió en la campaña.
-¿Le gusta la figura política de Cristina Fernández ?
-Me parece una persona capaz, pero más allá de mi impresión personal, lo importante es cómo pueda desarrollar su gestión. Creo que tiene todavía oportunidades para recuperar la capacidad de consensuar políticas con la gente, porque fue en eso en lo que falló; se ha tomado la decisión de un ministro (de Economía, Martín Lousteau) que luego fue echado del Gobierno, pero faltó la capacidad de rever esas medidas; si se ha cambiado un funcionario también hay que modificar los errores que se supone él cometió, porque lo que es curioso es que habiéndose despedido al mi-nistro no nos hayamos despedido de la
resolución.
-¿Qué opinión tiene de Néstor Kirchner como titular del PJ?
-Tengo una buena relación con él. Cuando fui gobernador y él presidente tuvimos un trato respetuoso. He expresado muchas veces mis diferencias en mis puntos de vista, y lo seguiré haciendo; en ese sentido creo que el PJ es diverso, hay distintas opiniones, él podrá tener la opinión mayoritaria hoy en día, pero eso no implica que no haya un grupo de dirigentes que pueda pensar diferente.
Las retenciones en el Congreso
Romero fue uno de los primeros senadores justicialistas que se mostraron en contra de las medidas económicas vinculadas con el campo adoptadas por la presidenta Cristina Fernández. Llegó incluso a presentar un proyecto de ley para modificar el incremento y la movilidad de las retenciones. La llegada del proyecto oficial al Congreso no ha variado
su posición, pero sí su incidencia en el conflicto.
“En la Argentina tenemos el problema que nos enamoramos de los modelos económicos hasta que colapsan -afirma el senador-, sucedió con el plan Austral de Raúl Alfonsín, la convertibilidad de los ‘90, y ahora con éste de retenciones altas y subsidios enormes, pero es un modelo que se va agotando”.
-¿Y cuáles son las consecuencias?
-Que podríamos estar recibiendo mucha más inversión de la que tenemos, no hay un estímulo a la inversión, el único que ha habido en estos años ha sido la devaluación; el despegue de la economía argentina sucede más por la devaluación, los precios internaciona-les y el empeño de los productores que por la acción del Gobierno.
-¿No ha sido buena la política de los K?
-Lamentablemente el Gobierno se ha de-dicado, a través de políticas de comercio, a entorpecer los mercados, como el de las carnes, los granos.
-Usted siempre se mostró en contra de los cambios en las retenciones.
-Sí, porque en este contexto uno no
puede estar a favor de retenciones ilimitadas.
-¿Cree que se podría haber evitado
el enfrentamiento con los sectores rurales?
-Yo creo que el conflicto con el campo era previsible, porque tiene que ver con una cantidad de actitudes que ha tenido el Gobierno en estos años de intervención de la vida productiva argentina de una manera como no veíamos desde hacía mucho tiempo. Siempre que ha habido intervención del gobierno han faltado productos, siempre que ha intervenido en los combustibles ha faltado; el Estado tiene que estar presente, pero no para
entorpecer sino para contribuir al perfeccionamiento del mercado, no para alterarlo.
-¿Considera que en el Senado se va
a dar una posibilidad de discusión respecto de las retenciones?
-Creo que sí, es lo que esperan los ciudadanos, porque el Parlamento es el lugar donde se deben fijar los impuestos, y la ventaja que tiene es que acá participan distintas fuerzas políticas, distintas opiniones de zonas diversas del país.
-Pero hasta la fecha, la mayoría oficialista se ha mostrado consecuente con el Gobierno.
-Puede ser, pero creo que en este caso se va a notar una mayor amplitud.
-Usted mencionaba que era previsible el malestar del campo, ¿también eran previsibles los cacerolazos urbanos?
-No ha habido una cuestión única, aunque parezca que son las retenciones, hay varios años donde hubo un hostigamiento a la producción, a sectores de la carne, el trigo, el maíz, la leche; eso ha ido generando una sensación de malestar de mucha gente del interior; obviamente, las retenciones y la falta de diálogo han sido la gota que rebasó el vaso. No nos olvidemos de que las poblaciones urbanas están vinculadas a la actividad productiva, de una manera u otra.
-¿No cree, como acusó el ejecutivo, que se trata de sectores golpistas?
-No, en absoluto, no se puede pensar que el solo hecho de criticar al Gobierno sea una posición antidemocrática, no tiene nada que ver con intenciones de desestabilizarlo, y tampoco considero que el tema del campo deba servir para las acciones políticas de los candidatos.
-De los sectores opositores.
-De cualquiera, ninguno de los que somos dirigentes políticos tenemos derecho a sacar provecho de esta situación.
-¿Y considera viable la conformación de un partido del campo, como dijo la Presidenta?
-Bueno, no creo que sea de interés de la gente del campo armar ningún partido, por lo menos es lo que he captado de los productores de mi región, de todo el norte argentino. no se ve una actitud política partidaria, sí se puede apreciar una intención de pensar en lo que ellos consideran que son sus intereses. La Argentina es un país muy diverso; las distancias, la falta de ferrocarriles en el interior, el costo de transporte, las dificultades que tienen los productores de las zonas más alejadas es una realidad que a veces no se escucha.
-Usted no participó del acto “en apoyo a la democracia” que se realizó el pasado 18 en Plaza de Mayo, ¿no creía en esta convocatoria? (Con manifiesta ironía) -No, lo que pasa es que el amontonamiento de gente, las aglomeraciones, a mi edad ya me han cansado, por eso no fui. (Ahora argumenta, serio) Lo que sucede es que este tipo de manifestaciones es innecesario en este momento, ya se han hecho tantos actos, tantos cortes, que no puedo llevar la cuenta; creo que no es momento de actos ni movilizaciones, sino de trabajar, y en este caso, en el Congreso.