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Sábado, 28 diciembre 2024
Argentina
11 de agosto de 2021
LA TECLA PATAGONIA

Crisis hídrica: el impacto en la Patagonia

Una sequía que se arrastra desde hace más de una década, intensificada por los faltantes de lluvia y nieve en la región, terminó con la declaración de la emergencia en la zona. Cómo afecta

Crisis hídrica: el impacto en la Patagonia
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El poco caudal de agua en la Patagonia, durante estas semanas, comenzó a preocupar a las autoridades tanto provinciales como nacionales. Por un lado, los distritos sureños saben que no se pueden dormir para abastecer a sus gobernados; por el otro, en Energía de Nación inquietan los niveles de producción energética. Los especialistas en la temática alegan un problema ambiental y climático que se arrastra desde hace 13 años y que parece seguir, al menos, un par de meses más. Se trata de una sequía de los principales afluentes del agua del continente, que se arrastran desde Brasil hasta el punto más recóndito de la Patagonia. Ninguno de ellos duda de que es el cambio climático el principal responsable de estas variaciones y saben que se trata de algo prácticamente irreversible. Esta realidad, claramente, se intensifica al conocer los números de las precipitaciones de la región. Para ser más claros, según la Autoridad Interjurisdiccional de las Cuencas de los ríos Limay, Neuquén y Negro (AIC), hay un déficit del 60 por ciento de las lluvias y nevadas en la región.  

Para entender un poco el porqué de esta sequía, La Tecla Patagonia dialogó con distintos especialistas en la materia, que permitieron una mayor amplitud a la hora de abarcar el tema. Para Elías Sapag, dirigente de AIC, el origen del problema no es por negligencia administrativa, sino que obedece pura y exclusivamente “al cambio de clima global que se está dando en el continente, que se manifiesta violento y a nosotros nos tocó la sequía”. Por otro lado, según aseguró el especialista y referente de la AIC: “Todos los pronósticos meteorológicos son adversos, y la meteorología es algo que no se puede cambiar. No llovió lo suficiente en mayo, abril, junio y julio, lo que nos trajo un déficit importantísimo”. Según el profesional, solo entre el 2020 y el 2021 se ha disminuido la cantidad de agua de la Provincia en unos 2700hm/3, lo que equivale a 2.700 millones de litros menos; una cifra extraordinaria y que no tiene antecedentes en la región. Para ello, desde la AIC intervinieron y tomaron cartas en el asunto para evitar que la emergencia se capitalice en un desastre hídrico y que, no solo la gente no pueda acceder al agua, sino que se sequen los cultivos establecidos en la región. “Alteramos las normas de manejo del agua y vamos a ser los encargados de dar las órdenes de despacho de agua”, avisó. Es decir que evaluarán la situación real de cada cuenca siempre priorizando “el consumo de los usuarios; luego, el agua para riego; y por último, para la generación de energía eléctrica”, disparó Sapag. Claro que no se trata de una decisión que perdure en el tiempo, sino que se irá analizando semanalmente, “dependiendo de si hay lluvia o no”. 

 De todas formas, esta posibilidad está prácticamente descartada. Si uno tuviera que explicar a qué actividad va destinado cada litro de agua que corre por los principales afluentes de la región, la división -en palabras del especialista Sapag- sería la siguiente: 70 por ciento del total para riego, 20 por ciento con fines industriales y el 10 por ciento restante para consumo urbano. Por esta razón, con el objetivo de administrar equitativamente el agua, desde la AIC ya comenzaron a tomar cartas en el asunto. “No hay que restringir el agua a nadie, vamos a darle a todos”, explicó Elías. A pocos kilómetros de allí, separados simplemente por un puente, la provincia de Río Negro atraviesa una situación más que similar, ya que utiliza los mismos ríos de la cuenca: el Neuquén, el Limay y el Colorado. Lo antes mencionado, sumado a “la baja precipitación tanto de lluvias como nieve en la cordillera hace una situación crítica y complicada desde el punto de vista de los caudales de los próximos meses.”, explicó a La Tecla Patagonia Fernado Curetti, subsecretario de Infraestructura y Recursos Hídricos de la Provincia. De momento, pese a que la situación atraviesa a todos por igual, en Río Negro cuentan con una mayor amplitud de obras que sirven de contención a la crisis hídrica.  

“Neuquén está en una situación un poco más compleja, por lo que no nos queremos descuidar en esa zona”, aseveró Curetti. Es que, dadas las cercanías, allí comparten el tramo del río Neuquén hasta su desembocadura en el Colorado. El primero se abastece principalmente de la nieve, no tanto de la lluvia, por lo que es de común conocimiento que no tendrá llegada de agua a su caudal habitual. “Nos preocupa mucho guardar el agua del río Neuquén porque el principal abastecedor de la Provincia está sobre ese río. El agua no va a tener una recarga y los pronósticos de lluvia son prácticamente nulos”, agregó el funcionario. “Esta situación de sequía tiene origen en el cambio climático, está absolutamente claro y fuera de discusión”, afirmó. Para conseguir el menor mal posible evitarán que la situación se traslade a la agricultura y, por eso, buscarán “priorizar el riego y guardar toda el agua posible”, cerró. 

 
Escasez de agua  

Cómo afecta en la producción en la producción de energía a las represas locales 


Pese a que uno de los principales miedos de los dirigentes patagónicos está puesto en cómo la crisis puede afectar a la producción energética, todo parece indicar que no habrá demasiado inconveniente, por ahora, para poner las turbinas en marcha y producir la electricidad que será distribuida en los distintos puntos del país. El alivio radica en que la generación de energía no es algo que consuma agua, al menos no una cantidad que sea imposible de asegurar en la crisis. De hecho, del agua de las cuencas patagónicas, solo un 20% está destinado a este tipo de actividad. Tal es así que para una de las únicas cosas que se necesita el recurso dentro de la actividad energética es para mover los motores de las turbinas y, así, comenzar con la generación. De todas formas, por estos días, la prioridad no la tiene la producción de energía local. Lo más importante para las autoridades es poder guardar el agua, ya que todo lo que se desperdicie durante estas semanas puede ser clave en los próximos tres meses. Cabe destacar que, a partir de agosto, la temporada de lluvias empieza en un gran declive. Esto, en un año de sequía, significa que, en otras palabras, los ríos no van a aumentar su caudal. Las entidades hídricas ya empezaron a controlar el caudal de agua que liberan por los ríos para poder abastecer en el tiempo a las necesidades provinciales, prioritariamente el riego. Sin embargo, esto no pone, bajo ningún punto de vista, en riesgo la producción energética regional, ya que basta con los niveles actuales. 

 

Yalil Bravo (Concejal de Sarmiento – Frente de Todos)  

“La emergencia no sirve si no hay medidas urgentes en la Provincia” 


Si bien Chubut ha declarado la emergencia, desde la oposición aseguran que, si bien son innegables las condiciones naturales de calentamiento global, el Gobierno provincial ha dormido sobre los laureles y no ha tomado medidas a tiempo. Fue el propio Yalil Bravo, concejal por el Frente de Todos, quien, en diálogo con La Tecla Patagonia, avisó: “No sirve de nada si no se empiezan a tomar medidas urgentes. Lo importante es ver qué alcance va a tener esta ley y bajo qué parámetros”. Distinto de lo que ocurre en el resto de las provincias en emergencia, donde se denota cierta unidad entre los distintos actores y fuerzas políticas, en Chubut afirman que en Provincia están durmiendo una siesta. “No es una situación nueva: en el 2017 se secó el lago Colhué Huapí y no hicieron nada. Quedó en una anécdota”, disparó Bravo. Han solicitado varios pedidos de informes sobre los niveles de agua utilizados para la industria, el riego y el consumo humano: “Las respuestas son poco claras y en base a censos del 2011”, se quejó el edil. La desconfianza está a flor de piel y desde la oposición no quieren que pase el tiempo sin que se tomen resoluciones inmediatas. “Es una situación de negligencia, quiero pensar que no es adrede. Necesitamos que se empiecen a hacer obras ya, hace años estamos esperando un subderivador porque se pierden miles de litros de agua potable en el mar y no podemos darnos ese lujo”, agregó. Por último, el concejal destacó la importancia de lograr una unidad y consenso en el trabajo por el cuidado del agua. “Si tenemos una cumbre por los hidrocarburos no entiendo por qué no se pueden juntar todos los funcionarios por el agua”, concluyó Bravo, quien desde hace años milita el cuidado del recurso natural más codiciado en este siglo. 


Medidas paliativas  

Qué implica la declaración de emergencia en las provincias del sur  


Ante la inminente crisis hídrica que azota a la región patagónica, desde el Gobierno nacional se vieron obligados a declarar la emergencia en la zona para evitar que la situación se descontrole. Río Negro y Neuquén fueron algunas de las principales apuntadas. ¿Qué significa estar en emergencia hídrica? En una primera instancia, eso depende de la realidad de cada localidad, pero, dentro de las atribuciones establecidas por Nación, se habilitan las líneas de crédito y asistencia financiera para atender las necesidades del sector productivo y evitar que, ante la crisis, colapse. Otro punto a descatar por la importancia es que, gracias a la emergencia, se ordena a los distintos ministerios nacionales a asistir con obras y fondos para las tareas de canalización y dragado, hasta la contención de posibles incendios producto de la falta de humedad. Retomando este punto, las autoridades rionegrinas y neuquinas ya se pusieron en contacto para añadir empalmes a los ríos para mejorar la circulación del agua y de los canales de riego y encauzar las tomas de agua potable, algo crucial. En tanto, en Chubut, donde tardaron un tiempo más en declarar la emergencia, ya se aprobó un fondo por 500 millones de pesos destinado a generar conciencia y campañas escolares. Además, no descartan realizar limpieza de canales y finalizar la obra estancada de un subderivador. 


Chubut apela al uso racional  

Si bien suelen presentarse sequías menores durante el transcurso del año, la situación que hoy atraviesa la provincia de Chubut es algo que, en palabras del director del Instituto del Agua, Nicolás Cittadini, “no se veía desde hace más de 50 años”. Por esta razón, por la faltante histórica en la cuenca Paraná, desde el Gobierno provincial ya declararon la emergencia, que “va a estar orientada principalmente a hacer un uso racional del agua”, y también intentar que “los productores que tienen canales hagan un uso más eficiente”. 


 

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