Las elecciones provinciales en Misiones, Jujuy y Salta marcaron una participación del electorado de menos de 65 por ciento. ¿Podrá suceder lo mismo en la provincia de Buenos Aires?
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Las tres primeras elecciones provinciales del año en Argentina, realizadas en Misiones, Jujuy y Salta, tuvieron un dato alarmante: en ninguno de los casos, la participación del electorado superó el 65 por ciento.
¿Se puede replicar este escenario en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) que se llevarán a cabo en la provincia de Buenos Aires? “Efectivamente, en las elecciones provinciales que se sucedieron vemos una baja significativa en la cantidad de personas que fueron a votar.
Esto no significa que automáticamente veamos lo mismo en las elecciones nacionales (en general son dinámicas diferenciadas), pero es un interrogante válido”, explicó a La Tecla María Esperanza Casullo, licenciada en Ciencia Política y docente de la Universidad Nacional de Río Negro.
Tratando de interpretar los posibles motivos para no presentarse se podrían enumerar el descontento por la profundización de la crisis económica, el escaso valor definitorio de las PASO, los montos ínfimos de las multas por no votar (50 pesos para las primarias y 100 para las generales), alguna posible falta de representación de los espacios políticos y sus candidatos y, por supuesto, el todavía presente coronavirus.
La pregunta es quién se beneficia o se perjudica con la apatía electoral y su posible replica en la provincia de Buenos Aires. Los dos polos mayoritarios, el Frente de Todos y Juntos, tienen sus propias dificultades para cautivar al electorado. El oficialismo tiene que lidiar con sus falencias en dar respuesta a la herencia macrista y los tiros en el pie de los primeros meses de gestión del presidente Alberto Fernández, como el “vacunatorio VIP” o la reciente difusión de las imágenes del cumpleaños de la primera dama, Fabiola Yáñez, realizado cuando regía el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO).
En tanto, el principal espacio opositor carga con el fracaso económico de la gestión de Mauricio Macri y la derrota de María Eugenia Vidal en la Provincia. En ese marco busca una reconfiguración de sus liderazgos, corriendo de escena al fundador del PRO. Casullo señaló que “no se puede saber de antemano a quién ayudará o no”, pero agregó que “a priori”, Juntos podría ser perjudicado si los mayores de 65 evitan ir a los comicios por razones sanitarias.
Según pudo observar en los sondeos de opinión, “en los momentos en que el Gobierno cae en las encuestas, esto no necesariamente se traduce en un crecimiento electoral del macrismo”. “Sin embargo -añadió-, si quienes no concurren a votar son jóvenes desencantados o aburridos podría impactar más al peronismo”.
En ese sentido, Hernán Reyes, de la consultora Reyes Filadoro, observó que hay “un bajo nivel de politización” de la juventud. “Diría que la falta de horizonte es el principal problema. Esto se ve en el rango etario: los jóvenes son los más decepcionados”, indicó el analista.
En cambio, algunos señalan que la apatía y el descontento pueden confluir en el voto en blanco o el respaldo a la figura del oustisder. “Lo que hay son dos frentes electorales. Juntos tiene una competencia con un fenómeno nuevo como Facundo Manes, que es algo distinto, que puede agrandar la participación en la PASO. Después hay un porcentaje importante, un 20 por ciento, que nos da como antisistema o antipolítica.
Quien ha logrado capitalizar esto es la fuerza liberal, con José Luis Espert en la provincia de Buenos Aires y Javier Milei en la Ciudad”, opinó, por su parte, Daniel Ivoskus. Las elecciones legislativas de 2001, previo al estallido social que decretó la caída del gobierno de Fernando de la Rúa, tuvieron una participación del orden del 75,47 por ciento y un voto en blanco de más de 23 puntos a nivel país, una cifra más alta que la de la Alianza, que era oficialismo en ese entonces.
Esos comicios marcaron un agotamiento con la representación política de la época del bipartidismo. Quizá no exista ese fastidio de los días del “voto bronca”, pero la pandemia profundizó una crisis económica existente, que se traduce en un malestar que se canalizará con el voto o con la ausencia. Como siempre, las urnas darán el veredicto.
Misiones, Jujuy y Salta
Baja participación: tres avisos
Tres señales de alarma tiene la previa de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) que se realizarán en la provincia de Buenos Aires. Las primeras elecciones provinciales del año, en Misiones, Jujuy y Salta, además de resultados favorables para los oficialismos locales, tuvieron una baja participación electoral.
El 6 de junio se realizaron los comicios en Misiones, las primeras en el marco de la crisis sanitaria del coronavirus. En estos comicios, la participación del electorado estuvo en el orden del 65 por ciento, y el voto en blanco fue tercera fuerza, superando los cinco puntos. Semanas después se llevaron a cabo las elecciones locales en Jujuy, en las que venció el oficialismo del gobernador Gerardo Morales.
Solo un 65 por ciento del padrón participó. La semana pasada se realizaron las elecciones legislativas en Salta. Allí hubo una participación del 64,4 por ciento, y el voto en blanco superó los doce puntos.
Hernán Reyes: “En las encuestas hay un nivel de indecisos muy llamativo”
Hernán Reyes, de la consultora Reyes-Filadoro, analizó la baja participación en las primeras elecciones provinciales del año y su posible impacto en los comicios de la provincia de Buenos Aires.
En las elecciones en Salta, Jujuy y Misiones se observó una baja participación del electorado en los comicios. ¿Cree que hay una apatía del electorado? -Lo estoy viendo también en las encuestas que estoy haciendo, porque se refleja en el nivel de indecisos, que en algunos casos es muy alto y llamativo.
Esto responde a un nivel de decepción muy grande porque las dos fuerzas políticas más importantes no dieron respuesta a problemas que tiene el país como la crisis económica y la inflación. Diría que la falta de horizonte es el principal problema. Esto se ve en el rango etáreo, los jóvenes son los más decepcionados.
También estamos viendo un bajo nivel de politización en los jóvenes, que es preocupante. Hay mucho pesimismo. Esto da lugar a que puedan surgir figuras por fuera del establishment político tradicional y que puedan captar a algunos de esos votantes decepcionados. - ¿A quien beneficia o perjudica esta apatía electoral? - La baja participación beneficia a los partidos que concentran la mayor cantidad de votos.
Pero la apatía es distinta, por que la pueden canalizar algunas terceras fuerzas que se muestran como outsiders, como en el caso de la Provincia, Facundo Manes. Ellos tienen una posibilidad de capitalizar la enorme frustración que hay con la política.
María Esperanza Casullo: “No se puede saber de antemano a quién ayudará la apatía”
María Esperanza Casullo, licenciada en Ciencia Política y docente de la Universidad Nacional de Río Negro, opinó sobre un posible escenario de apatía electoral en la provincia de Buenos Aires.
-Las elecciones en Salta, Jujuy y Misiones marcaron una escasa participación ciudadana. ¿Ve que esa apatía se pueda replicar en los comicios de la provincia de Buenos Aires?
-Sin duda, se puede replicar en provincia de Buenos Aires. Por motivos políticos (desencanto, falta de entusiasmo con cualquiera de las opciones), pero también por una comprensible preocupación sanitaria: estar un rato largo haciendo cola en un lugar cerrado o semicerrado. -¿A quién perjudica o beneficia esa apatía del electorado?
-La verdad, creo que no se puede saber de antemano a quién ayudará o no. Depende de los supuestos. A priori podría ser que en algunos lugares perjudique al macrismo, si uno supone que quienes más van a quedarse en casa serán los mayores de 65, por cuestiones sanitarias. Sin embargo, si quienes no concurren a votar son jóvenes desencantados o aburridos, podría impactar más al peronismo.
-¿Cree que influye la situación de pandemia?
-Creo que los partidos políticos deberían establecer marcos que apunten a dar ciertos mensajes positivos. No de que está todo bien, pero de algunos horizontes a futuro, algunas narrativas de mejora. Obviamente, además existen cuestiones básicas, como no sacarse fotos en un cumpleaños en Olivos en momentos de restricciones. Pero la oposición ahora también tiene una postura casi nihilista, sin narrativa de futuro, casi parece que la única opción es irse del país.
Una cosa que estoy viendo en las encuestas es que en los momentos en que el Gobierno cae en las encuestas, esto no necesariamente se traduce en un crecimiento electoral del macrismo.
Daniel Ivoskus: “No hay candidatos que representen una pasión política”
El consultor Daniel Ivoskus dialogó con La Tecla sobre la apatía electoral y su posible impacto en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) de la provincia de Buenos Aires.
-En las elecciones en Salta, Jujuy y Misiones se observó una baja participación en los comicios.
¿Cree que hay una apatía del electorado? -En primer lugar, claramente, no hay una pasión por la política ni hay candidatos que la representen. En segundo lugar, estamos en una pandemia con información confusa. Hay un malestar generalizado, y eso puede verse reflejado de dos formas el día de la elección: una menor participación o una gran cantidad de voto en blanco, como pasó en la elección de Salta. Sin duda, tendría que tener un porcentaje más bajo que la PASO anterior.
-¿Puede aparecer una tercera vía que capitalice el descontento o la apatía? -No hay espacios para terceras vías. Lo que hay son dos frentes electorales.
Juntos tiene una competencia con un fenómeno nuevo como Facundo Manes, que es algo distinto, que puede agrandar la participación en la PASO. Después hay un porcentaje importante, un 20 por ciento, que nos da como antisistema o antipolítica. Quien ha logrado capitalizar esto es la fuerza liberal, con José Luis Espert en la provincia de Buenos Aires y Javier Milei en la Ciudad.
La pregunta es a quién representa cada candidato. Ahí te das cuenta de que están el oficialismo; la oposición, encarnada en Juntos; y el voto antisistema o antipolítica, con los liberales.