7 de septiembre de 2021
LO QUE VIENE
Análisis: las elecciones, en un mar de desafíos
"...La crisis en la economía y la inseguridad en aumento, producto de que cada vez más ciudadanos engrosan la triste estadística de la marginalidad, son olas gigantes con las cuales choca el Gobierno. Hasta ahora, la pandemia aplacó las repercusiones de esas crisis, pero, a medida que la vacuna avanza y la normalidad se hace cotidiana, sube la demanda por un freno a la inflación y a la pérdida de poder adquisitivo..."
*Por Hernán Sánchez
El océano está agitado. El oficialismo hace esfuerzos por esconder bajo las olas los constantes choques entre las corrientes internas, y las PASO pueden ayudar a calmar las aguas turbulentas. Si hay resultado adverso o con poco margen en la provincia de Buenos Aires, para el presidente Alberto Fernández será difícil frenar el embate del kirchnerismo (aliado con el massismo) sobre su gabinete y, principalmente, sobre la política económica.
La crisis en la economía y la inseguridad en aumento, producto de que cada vez más ciudadanos engrosan la triste estadística de la marginalidad, son olas gigantes con las cuales choca el Gobierno. Hasta ahora, la pandemia aplacó las repercusiones de esas crisis, pero, a medida que la vacuna avanza y la normalidad se hace cotidiana, sube la demanda por un freno a la inflación y a la pérdida de poder adquisitivo. Si las PASO no dan buenas noticias aparecerán medidas espasmódicas para intentar retomar el rumbo de cara a las generales. Una fiesta que después habrá que pagar, aunque en la bodega cada vez quedan menos recursos.
El principal espacio de la oposición, hasta ahora entretenido en dirimir la interna que lideran el PRO y la UCR, tendrá el enorme desafío de dejar atrás las chicanas de la campaña para mostrar una propuesta férrea y consolidar la unidad. Si bien hasta el momento Juntos por el Cambio se ha mantenido en una sola estructura, los vientos cruzados entre los distintos partidos que componen la alianza pueden generar turbiedades de las que será difícil salir, más cuando en el PRO se agiganta la brecha entre moderados y radicalizados.
Con esas cuitas, los dos trasatlánticos electorales deben lidiar con un nuevo frente de alta presión que amenaza con convertirse en huracán: la apatía del electorado. A menos de una semana, la elección no parece ser un tema en la calle; el rechazo a la política va en aumento y los antecedentes en otras provincias sobre la baja participación encienden todas las alarmas. La oposición es la más preocupada por esta tendencia, aunque también es un llamado de atención para el oficialismo. Con todo, el domingo se vuelve a votar. Y esa es una muy buena costumbre que, por esfuerzo, hemos adquirido los argentinos.