31 de diciembre de 1969
Informe
Fútbol y política, una relación muy cercana
El fútbol es pasión de multitudes, y en esas multitudes están incluidos muchos políticos argentinos: intendentes, ministros, dirigentes oficialistas y opositores que, por una cosa u otra, siempre están cerca del club de sus amores
“El que sacó a Banfield del infierno fue Duhalde, de eso no tengo ninguna duda. El, como cabeza, le volvió a dar vida al club en un momento crítico. Banfield es Banfield por Duhalde. Logró salir de la convocatoria, levantó a un club que estaba prácticamente en la quiebra, descendido; recuperó el predio, que es importantísimo para el club, porque ahí están las inferiores, el futuro. Es un hombre con mucho poder, pero que lo manejó bien y dio una mano para ayudar al club del cual es hincha”, decía, con verborragia, hace un par de años Carlos “Gato” Leeb, ex jugador y técnico
del Taladro.
Al igual que el ex presidente Eduardo Duhalde, muchos de los políticos argentinos se mantienen cerca de los clubes de sus amores. Y cuando pueden colaborar, lo hacen. Algunos con ciertos intereses de por medio. Otros sólo por amor a la camiseta.
Intendentes
Los jefes comunales tratan de estar siempre. Sobre todo cuando son hinchas del equipo de la ciudad. Meoni hará hasta lo imposible por el bienestar de Sarmiento; Granados realizará lo propio por Tristán Suárez, el “Japonés” García por Platense, Darío Díaz Pérez por Lanús (el estadio lleva el nombre de su tío abuelo), Mussi por Berazategui y Secco por Defensores de Cambaceres. Este último, entre otras cosas, gestionó para el estadio la construcción de dos tribunas de cemento que reemplazarán a las existentes de madera. “Tenemos que salvar a Cambaceres”, dijo tras el anuncio.
Sindicalistas
También los sindicalistas tienen su lugar en el fútbol. Tales son los casos de los titulares de las CGT: Hugo Moyano en Independiente y Luis Barrionuevo en Chacarita Juniors.
Dicen que la barra del Rojo trabaja para el líder camionero. Se trataría de un grupo de choque integrado por unas cien personas que responderían al vicepresidente del PJ y a su hijo Pablo, que siempre tuvo intenciones de presidir el club.
El flamante titular de la CGT disidente, Luis Barrionuevo, fue presidente de Chacarita. En su momento se animó a blanquear que les daba dinero a los hinchas. Según su criterio, de esa forma erradicaba la violencia.
Rosario
No sólo en la provincia de Buenos Aires los políticos le rondan al fútbol profesional. Rosario Central y Newell´s, de Rosario, y Talleres y Belgrano, de Córdoba, también tienen adeptos dentro del mundo de la política. El presidente del Canalla, Horacio Usandizaga, fue intendente de Rosario del ‘83 al ‘87 y del ‘87 al ‘89, año en el que renunció. Lo había anunciado: “Si Menem se consagra como presidente, renuncio”. En el ‘91 perdió las elecciones a gobernador a manos de Carlos Reutemann.
En la vereda de enfrente, pero en esta oportunidad en contra de la política oficial del club, se encuentra Rafael Bielsa, que mantiene un enfrentamiento verbal abierto con Eduardo López, presidente de Newell's. El ex canciller llegó a declarar que “López es el único presidente de facto que queda en el país”.
Córdoba
También del lado opositor, pero esta vez en lo que respecta a la política de Talleres de Córdoba, se encuentra el carismático Luis Juez. Cuando un periodista le preguntó si a los jugadores había que aplicarles alguna multa “por jugar mal”, Juez respondió: “No. A éstos hay que matarlos, la multa no alcanza, la verdad que no”. En otra oportunidad dijo que Belgrano era “el mejor equipo de Bolivia”.
De Belgrano es simpatizante el titular de Arba, Santiago Montoya, que hace un tiempo declaró: “Me propuse hacer algo por Belgrano, quiero ser presidente de Belgrano”. El recaudador aclaró que “en diez años estaría bien”.