31 de diciembre de 1969
Entrevista
Mussi, un intendente amante del verso
Mussi se autodefine como un poeta popular. Dice que no le interesa la poesía abstracta. Sus rimas hablan del barrio, el perro, la mujer, el amigo, Evita, el soldado de Malvinas, entre otros cientos de temas.
Es intendente de Berazategui y fue ministro de Salud bonaerense. Además se desempeñó como Director del hospital San Martín. El tiempo pasa y los cargos, también. Lo que queda intacto es el amor por la poesía. Juan José Mussi recibió a La Tecla en su despacho y alabó
a Gagliardi, a Perón y a sus amigos, a su barrio y a Juanita, la cocinera. A todos les dedicó versos alguna vez. La mayoría pueden apreciarse en Vivir... Sentir... en Poesías, publicada a principios del año pasado.
-¿Cómo nació su relación con la
literatura?
-Según me decían las profesoras de Literatura del Colegio Nacional, tenía cierta facilidad cuando se hablaba de las composiciones y de los temas para escribir. Honestamente, era una materia en la que me iba muy bien. Después comencé a escribir poesías. Siempre con carácter popular
y en base a algún tema. No entiendo de po-esía abstracta. Simplemente escribo, trato de que rime. Y escribiéndole a mi barrio, a los clubes, a los lugares donde iba cuando era chico. Estaba a punto de recibirme de médico cuando escribí la primera. Se la hice a Plátanos, el pueblo donde nací y donde vivo.
-¿Qué otros temas tocan sus poesías?
-Le escribí a mi papá, a mi madre, a los clubes del barrio, a los lugares a los que íbamos a bailar, al hospital San Martín, del que fui Director; al ministerio de Salud, de donde fui ministro; al Berazategui de antes, al de ahora; a Evita; al soldado de Malvinas, a los jubilados, a las manzaneras, a mi vecino, a la mujer, al amigo, a la cocinera.
-¿A qué cocinera?
-A Juanita, que hace un montón de años que está acá, en la Municipalidad. Estaba inspirado, tranquilo en mi despacho, y salió una linda poesía.
-¿Cuándo decide comenzar a publicar sus libros?
-El primer librito lo publiqué dedicado a todas las cosas de la zona, cuando Hudson fue declarado ciudad. Y después, el año pasado, presenté el otro libro, agregándole todas las demás poesías que tenía escritas. Lo publiqué recién el año pasado, cuarenta años después del primero. Nunca había pensado en publicarlos, siempre lo hice para mí. Incluso muchas las tenía en
borrador. Ni siquiera las había pasado a máquina.
-¿Quién es su referente dentro de la poesía?
-Me gustaba mucho Héctor Gagliardi. Era un admirador. No solamente lo leí muchas veces, sino que también llegué a recitar po-esías de él. Fue el mejor pintor de la vida cotidiana que tuvo la Argentina. También de carácter popular, como mis poesías.
-Hace unas semanas inauguró un
monumento al perro callejero y leyó una poesía. ¿Era suya, también?
-Sí. Al perrito callejero le escribí una larguísima. Me gustan mucho los animales. Berazategui es una ciudad que prácticamente tiene todas las ordenanzas de protección de los animales. Yo tengo cinco perros. Dos de ellos vienen de la calle. A una de las callejeras, a la Yuli, le hice una poesía.
-¿Cuál es su momento preferido para sentarse a escribir?
-Cualquiera. Por ahí estoy un rato solo en mi despacho y me pongo a escribir. A veces en casa, a la noche. Si me levanto muy temprano los sábados, también suelo escribir.
-¿Siempre poesía?
-Escribí también un libro en homenaje
a los caídos en la lucha dentro del Movimiento peronista, a los caídos el 9 de junio de 1956, que fueron fusilados en José León Suárez. Se trata de una gran recopilación de datos con opiniones. Se llama La resistencia de la Lealtad. Habla de toda la etapa de la resistencia del peronismo sin Perón, la lucha por “el Perón vuelve”. Después de ser director del hospital San Martín estuve seis meses refugiado en la montaña. No había hecho nada, por diferencia políticas. Me salvó un cura, que era conocido de uno de los tantos pesados de la época. Antes lo había salvado yo, de un coma diabético.