Para nadie es un secreto, a estas alturas, que la irrupción de intendentes en el gabinete de Axel Kicillof produjo un cisma en el seno del Ejecutivo provincial.
En este contexto, la relación entre algunos de los miembros del equipo de colaboradores del Gobernador parecería estar en un punto álgido. En otras palabras, algunos de ellos no pueden ni verse.
Como informó La Tecla, un caso paradigmático de este escaso feeling es el que tiene como protagonistas al jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, y el ministro de Seguridad, Sergio Berni, y van más allá de las ocasionales fotos de protocolo en el que comparten actos oficiales.
La situación pareciera ser tan tirante que el responsable de la seguridad de los bonaerense habría afirmado su decisión de dejar el cargo tras las elecciones del 14 de noviembre. Sin embargo, algunos van más allá y le adjudican haber confesado que está pensando en abandonar el Frente de Todos.
En esta misma línea, también se rumorea que el jefe de Policía, Daniel García, también tendría las horas contadas. La carta de renuncia habría llegado al escritorio de Berni, que definiría su suerte en las próximas horas.
Los cambios serían inminentes tras una semana de fuertes cruces entre el titular de Seguridad con los popes de La Cámpora y los nuevos integrantes del equipo de Axel Kicillof, a lo que se suman hechos que tuvieron fuerte repercusión mediática.
En las últimas horas, la visita del ministro al distrito de Esteban Echeverría disparó uno y mil rumores, habida cuenta de que el jefe comunal, Fernando Gray, se enfrentó a las intenciones –exitosas, por cierto- de Máximo Kirchner por conducir el PJ bonaerense, con el apoyo de Insaurralde y de la mayoría de alcaldes del Conurbano.
Tras fracasar en su intento por bloquear la llegada del diputado nacional a la conducción partidaria provincial, que incluyó presentaciones ante la Justicia, Gray decidió llamarse a silencio, aunque con ocasionales dardos disparados hacia sus compañeros.
Incluso, hay quien cree que el jefe comunal del Conurbano medita una salida del espacio que lo contuvo y que integra hasta hoy, y no faltan quienes han tomado la foto de ambos dialogando como un gesto de acercamiento político.
Claro que no son los únicos sobre los que sobrevuela el fantasma de la ruptura o el alejamiento: días atrás, el mandamás de Escobar, Ariel Sujarchuk, estuvo envuelto en rumores sobre un posible portazo, tras lanzar críticas a la gestión bonaerense.
“El gobernador se encerró junto a su anterior gabinete, muchos de los cuales siguen en otros puestos de la administración. A nosotros nos oía pero no nos escuchaba”, señaló el Intendente de Escobar, quien reclamaba reconocimiento en el Ejecutivo, bajando luego los decibeles.
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