Argentina
Jueves, 28 marzo 2024
LA TECLA PATAGONIA
21 de noviembre de 2021

Amores, familia y recorrido: el otro costado de Nacho Torres, el pibe que llegó a Senador por Chubut

En un mano a mano con La Tecla Patagonia, Ignacio Torres (33), cuenta que su primer acercamiento a la política fue por amor. Habla de sus amigos, de su pareja y de su familia. Infancia, vida cotidiana y sueños de quien será el senador más joven de la historia del país

Amores, familia y recorrido: el otro costado de Nacho Torres, el pibe que llegó a Senador por Chubut - La Tecla

Vía La Tecla Patagonia

Son las cuatro de la tarde del viernes en Capital Federal. La cita es en el despacho que tiene en la calle Rivadavia, justo enfrente del acceso lateral del Congreso nacional. El actual diputado y senador electo, Ignacio "Nacho" Torres llega caminando, de remera gris, jeans y zapatillas. ´Me olvidé la llave´, dice entre risas. En un café muy pintorezco justo debajo de su despacho y luego de pedir un ristretto , se dispone a esta charla íntima. 

Nacho tiene apenas 33 años. Es el presidente del PRO en Chubut; desde 2019 ocupa una banca en Diputados y en las elecciones pasadas, fue electo Senador. Le ganó la interna a los grandes popes del radicalismo provincial. Será el varón más joven de la historia argentina en ocupar una banca en la Cámara Alta. Asegura que trabajará en la conformación de un espacio amplio, que sobrevuele la grieta. En esta nota, cuenta que varios de sus colaboradores e incluso su novia, Ornella, son peronistas, "kirchneristas de Néstor".
No oculta sus sueños y aspiraciones política futuras aunque sostiene que es necesario de "un gran acuerdo con al menos el 70% de la dirigencia" para poder transformar realmente Chubut. 

En este mano a mano con La Tecla Patagonia, el joven habla de su vida personal, de su familia, de cómo llegó a la política y de los desencantos que sufrió dentro del PRO. Además, revela que por su juventud, las cosas le cuestas mucho más, pero que lo toma como un gran desafío. 

-¿Cómo llegas a la política y cómo empezó tu vinculación con el PRO? 

-Llego a la política por amor. En la secundaria me gustaba una chica que estaba en el Centro de Estudiantes. (N.del.R: Torres cursó sus estudios en la Escuela 199 de Trelew). Así me empiezo a meter en la política estudiantil, por una chica (risas). Después, en la Universidad conozco a Daniel Amoroso, del sindicato de Juegos de Azar, que venía del peronismo y estaba armando un partido propio. Nos pusimos a trabajar juntos. Él tenía un acuerdo con (Cristian) Ritondo. Finalmente, a la primera no se dio, seguimos trabajando. Y, en 2009, entra como diputado. Empecé a trabajar con él, armamos una agrupación dentro de lo que era Unión Pro, donde estaban (Francisco) De Narváez, (Felipe) Solá, (Mauricio) Macri, en esa ensalada estábamos nosotros también. Entonces tendría 19 o 20 años. Después de eso me fui un año a estudiar a Australia y volví. Cuando volví me puso a laburar un poco de lo mío también, estudié Administración de Empresas, iba y venía a la provincia. Después me llamó Ocaña, con quien habíamos laburado juntos en la campaña de De Narváez, y me invita a formar un partido que se llamaba Confianza Pública, actualmente forma parte de la coalición de Juntos por el Cambio. Hicimos una buena elección, fui candidato a legislador, presidente de la Comuna 14. Luego,  por un tema laboral me volví a Chubut y me dediqué al sector privado. Armamos lo que era la Fundación Pensar, el partido estaba en formación.
En 2017 quiero dar la interna y me bajan. Estuve un año como director de PAMI y renuncio para ser candidato. Me llaman a la Rosada y me bajan, no me daban la boleta. Ahí tuve cierto desencanto con el espacio. 


(Adolescente, Nacho fiscalizando una elección en el Centro de Estudiantes de la Escuela 199 de Trelew) 

- ¿Te explicaron por qué te bajaban? 

-Por un acuerdo, porque en esa época había un acuerdo donde se cambiaban figuritas como jugando al TEG. Entonces Córdoba era amarillo, Chubut era rojo, y así. Son esas cosas de la política que me dejaron un trago amargo. Pero bueno, la política también siempre da revancha. En el 2019 pasó algo parecido, pero ya con otra expertise. Y jugamos, ganamos la interna, creció el partido, pudimos sumar dos intendencias. Y acá desde el Congreso siempre pensamos en una construcción frentista. Desde que empecé en política nunca estuve en un partido dogmático, nunca me fanaticé. Aprendí a hacer política siempre dentro de esquemas frentistas, por eso creo en un frente chubutense que exceda a los partidos más importantes y para eso estamos trabajando. Desde el Senado le daremos mucho más protagonismo a la Provincia.  

-¿Cómo fue tu infancia? Contame de tus padres, cómo son, qué hacen...  

-Mi vieja es un tana. Esa típica de película, protectora. Tengo una hermana cinco años más grande que yo. De hecho, tuvimos un bache importante porque cuando ella se va a estudiar, yo empezaba el secundario. Tuve una linda infancia. Mis viejos se divorciaron cuando yo era chico, que creo que es algo que pasa el 99% de las familias argentinas, pero siempre estuvieron muy presentes.  
 

Mi papá tiene una historia familiar muy jodida y compleja. En la época de los militares, mi abuelo y él, estuvieron dos años presos. No por militancia, sino por un tema de apropiación de la empresa. También tengo un tío que falleció corriendo en lancha, que es una historia muy conocida en la provincia, un tipo muy querido. Mi abuela, se suicidó cuando mi papá tenía 15 años. La verdad una historia muy trágica, pero es un tipo muy fuerte.  Soy cuarta generación de Torres del Valle, mi abuelo de Puerto Madryn, mi viejo de Trelew.  

Mis viejos se conocieron muy chicos, a los 13 años. Se criaron juntos, estuvieron casi toda la vida juntos. Cuando se separan me voy a vivir con mi vieja y jugaba un poco a dos puntas (risas). Cuando no me gustaba algo ahí, me iba con mi viejo, y así. La gente se daba cuenta porque cuando me quedaba con mi vieja iba al colegio impecable, peinado, prolijo. Cuando estaba con mi viejo iba siempre con la misma remera (risas).  

Tuve una linda infancia con dos padres muy presentes. Valoro mucho que me hayan hecho ir a una escuela pública, creo que se aprende mucho más de la vida. Reivindico la educación pública porque la heterogeneidad te nutre. Tenes amigos de todos lados, creo que es muy importante. Además, mi escuela tenía una gran carga política. Teníamos una materia que era Educación Cívica donde hablábamos mucho de política. Tuve una profesora (Bascuñan) con la que hablábamos mucho de política. Esta última parte fue medio troska, creo que todos pasamos por esa etapa. Me apasionó mucho y creo que ella fue la que plantó en mi la primera semillita política.  

Mi etapa en la secundaria fue muy linda. Sigo manteniendo esos amigos, que no son muchos, son diez amigos a los que veo todas las semanas. Amigos de verdad. Algunos están en CABA, otros en Chubut, pero trato de mantener esos momentos siempre y me sirven como cable a tierra. Son los que te conocen de verdad y los que están siempre.  

- ¿Sentís que por tu edad te ningunean o te ningunearon en la política? 

-Si, recién de hecho en el Senado me hicieron entrar por la puerta de servicio. No me creían que era Senador electo. `Me dijeron pibe por la otra puerta´ (risas).  Esto me pasó mucho, pero lo vivo como una ventaja porque el hecho de tener que estar demostrando capacidad todo el tiempo por mi edad, que es algo que también les pasa mucho a las mujeres en política, te da otro roce, otra experiencia. Todo cuesta más pero también llegas con otra preparación. Yo no sé lo que es por ejemplo ganar una elección sin ir a internas. Creo que es valioso porque endureces más el cuero.  

-Sos bastante crítico con el PRO original, el que se pensó en un principio... 

-No, hoy se habla de halcones y palomas. Y la verdad que para nosotros es igual paloma, halcón o canario porque nunca tuvimos padrinos políticos. No tuve padrinazgo.  

- ¿No te sentiste respaldado por ninguno de los referentes nacionales?  

-Hoy por todos (risas). En las malas, ninguno. De hecho, me bajaron como te conté. Creo que fue un error porque en una verdadera construcción federal hay que dar chances de competir. Los acuerdos de café en una mesa chica, no sirven.  



-Contaste en otra nota que tu novia es kirchnerista, igual tu más estrecho colaborador (Guillermo Aranda), ¿podría decirse que sos de una generación que sobrevuela la grieta? 

-Sin ninguna duda el amor vence a la grieta, con Ornella estamos juntos hace diez años. Nos conocimos en el edificio y tuve que remarla mucho. Casi un año (risas). Los que la conocen a Orne saben que ahí robé.  La conocí cuando era subsecretaria de Relaciones Internaciones con Sergio Berni y yo estaba trabajando con Graciela Ocaña. Ellos se odiaban. Tenemos una historia muy graciosa un día que ellos dos fueron al programa A Dos Voces, nos encontramos nosotros ahí y ellos se puteaban mal. Siento una profunda admiración y respeto por ella. Es una kirchnerista de Néstor, nació en Rio Turbio, Santa Cruz. Se desencantó mucho con el kirchnerismo que vino después, es bastante crítica, pero es peronista. No es fanática. No está ahora en la política, es abogada, Licenciada en Relaciones Internacionales, está muy preparada y es 20 veces mejor cuadro que yo, pero la política no necesariamente premia eso. Nos complementamos bien, es un buen cable a tierra y es muy crítica.  Quise reconocer su inmenso trabajo, porque la política te quita mucho tiempo y quienes no están metidos en esto, muchas veces sufren. Mi mamá también sufrió mucho, tuve que pararla algunas veces porque se iba a encarar a los periodistas de una radio (risas).  


(Nacho junto a Ornella en los festejos en Trelew tras el triunfo) 

Guille (Aranda) es mi amigo de primer grado. Me manejo mucho por relaciones personales, después la pertenencia política es secundaria. Con Guille, crecimos juntos. En la Universidad militamos en lugares diferentes, pero también creo que es un cuadro muy interesante. Es peronista, pero antes de ser de un partido, es amigo. Tiene un futuro muy importante en la política chubutense y particularmente en Dolavon.  

Trato de rodearme de buena gente, en política hay mucho falluto. No tengo tantos amigos en la política por eso. Tengo otro perfil, no me gusta mucho la franela. Es blanco o negro.  

- ¿Qué te gusta hacer cuando no estás en política?  

-Entreno, ahora no se nota (risas). Salgo a correr y me gusta jugar al futbol, aunque hace mucho que no lo hago.  Y después me gusta mucho leer, pero me está costando la concentración últimamente. Me gustan las novelas y me gusta la historia económica.  

- ¿Qué dijo la familia del ´pibe senador´?  

-Están felices. Mi mamá me pudo acompañar a pesar que la operaron diez días antes de las elecciones. Mi papá también. No vienen de la política y desconfían. Son prudentes porque saben cómo es esto, hoy te aplauden, mañana te putean.  Son compañeros incondicionales, aunque al venir del sector privado, a veces sufren los embates (N. Del. R. La familia se dedica a la venta de combustible) en estaciones de servicio. 
 

- ¿Hay planes a nivel pareja?  

-Venimos postergando el hijo hace tres años. Tenemos ganas. Ese es el proyecto de vida más importante que tengo, formar mi familia.  A mí me gustaría casarme, con fiesta, con todo. Ella es más moderna, piensa que es un simple trámite.  


Elecciones, política y algo más...

- ¿Qué análisis haces de las elecciones en Chubut y cómo quedan vos y el espacio parados de cara a 2023?  

-El espacio queda con un plafón mucho más importante que antes donde tenemos muchos candidatos. Eso es bueno, tenemos muchos candidatos en distritos importantes. Juntos por el Cambio va a llegar con Intendentes nuevos, con muchos diputados. Para mí va a ser gobierno en 2023, todos tenemos sana vocación de poder, pero soy de los que creen que cuanto más amplia es esa construcción, más volumen se puede lograr. En Chubut necesitamos un consenso de al menos el 70% de la dirigencia para lograr una transformación real. Por eso di la idea de hacer un gran frente, con una gran PASO de cara al 23, necesitamos pensar en una coalición de gobierno no un frente electoral. Creo que todos los intendentes lo ven y esa madurez se vio plasmada después de las PASO con el acompañamiento que tuvimos.  

- ¿Cómo quedó tu relación con los radicales más duros?  

-Bien, muchos se acercaron después y me dijeron ´La verdad pibe, tenías razón´. Maestro, sin ir más lejos con quien compartimos una cena. Tuvimos una charla muy linda y lo considero una parte importante de cara al armado futuro. Con Jacqueline (Caminoa) tengo una excelente relación, con Damián (Biss) también; con Gustavo (Menna), de diez. Él va a tener un rol protagónico en el armado también. Menna es uno de los cuadros más importantes que tiene el radicalismo a nivel nacional. 



- ¿Y al peronismo cómo lo ves?  

-No me gusta lo que le hicieron a Carlos (Linares). Nunca desconocería a uno propio. Nos acusan de marketineros, pero creo que ellos fueron los que escucharon a los gurues porteños. Creo que se equivocaron en no dejar jugar a (Julián) Leunda. Las internas son sanas, pero no quiero opinar mucho del peronismo porque no soy peronista.  

Nosotros tenemos un grupo de Whatsapp Sub35 donde estamos todos, Leunda, yo... se dan discusiones muy interesantes. Generacionalmente se está dando esto del contacto, de la discusión más allá de la grieta.  

- ¿Qué representa para vos asumir siendo uno de los senadores más jóvenes de la historia?  

-Tenemos el récord masculino (risas). Hasta antes de esta elección el senador más joven era De la Rúa, con 36 años. Ahora lo desbanqué. Pero hay una mujer, Sagasti que, si bien ahora no está, entró con 31. Es importante para mí, el Senado por lo general contiene a los políticos que están por retirarse. Hay dos o tres jóvenes y creo que podemos aportar otra mirada. Una agenda disruptiva, con otra cabeza. La renovación no se trata de una cuestión etaria solamente. No se trata de tirar por la ventana a la gente de 60 por dos de 30. Edith (Terenzi) es parte de la renovación.  

Ya se están enojando algunos. El Senado es muy de los usos y costumbres. Me parece que molesta un poco que vengamos a pelear lugares. Ya he escuchado algún ´quién es este pibe´.  

-Contame alguna anécdota política que ye haya marcado, que tengas muy presente... 

-Con Mario das Neves cuando estaba en PAMI. Hay una frase que él me dijo que me quedó muy grabada y fue ‘pibe en política el que se enoja, pierde´. Tenía un problema con los anestesistas, yo les decía la Triple A. No querían entrar en el mismo convenio que el resto. Estábamos dando esa pelea y cortan en toda la Provincia. No se podía operar, un quilombo importante. Entonces me llama Das Neves y me dice: ´Pibe, tenes pelotas, pero te van a cortar en toda la provincia. Venite ya para Rawson que tenemos que resolver esto´. Fui, ganamos esa pelea, pudimos tener un nomenclador unificado. Pero, a la semana ese Das Neves que bancaba, del lado de enfrente empezó a pegar. Todos los días abría el diario y estaba yo sacudido. En una que fue muy mala leche, me enojé y me fui hasta Fontana. No me dejaban entrar, hasta que al final Das Neves dice que me iba a recibir y cuando entro para putearlo mal y ahí me dijo esa frase, `el que se calienta, pierde´. Tuvimos una charlita de 40, 50 minutos, esto fue cuando él ya estaba muy enfermo. Increíble, pero a lo Nostradamus me dijo muchas cosas que después pasaron, algunas que no puedo contar. Me dijo que escuchara a la gente, que los aplaudidores cuando él se muriera, le iban a mear la tumba. Y fue verdad, muchos después lo desconocieron.  

Otra es con mi abuelo. Fui a votar con el viejo, siempre por cábala voy con él. En 2019, pedí que me dejaran entrar con él porque no ve nada. No me dejaron. Entra, vota. Cuando salimos vinieron los medios que le preguntaban si había votado al nieto. Obvio dice que sí. Cuando volvíamos en el auto, me dice ´te dejaste la barba en la foto de la boleta, por la barba te reconocí´, y yo estaba afeitado en la boleta (risas). Me dice ´No, yo te v{i en la boleta roja´, el viejo había votado a Del Caño (risas). 

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