Argentina
Sábado, 20 abril 2024
NOTA DE TAPA
26 de abril de 2022

Massa, en el peligroso desafío de hacer equilibrio en la tormenta

El presidente de la Cámara de Diputados pone demasiado en riesgo si se juega por uno u otro lado en medio del intenso oleaje que sacude al Frente de Todos. La estrategia para subsistir sin morir en el intento y la búsqueda de sumarle músculo a su espacio político

Para transitar en el mar embravecido del Frente de Todos y llegar a puerto sin morir en el intento, Sergio Massa debe hacer un equilibrio fenomenal. Un error táctico puede hundirlo y quitarle la última bocanada de oxígeno que le queda a su obsesiva aspiración presidencial. Una mala maniobra puede hacer colisionar a su Frente Renovador (FR) contra una ola que lo devore, y se lleve con ella los cargos y el poder que el tigrense ha sabido acumular pese a contar con una humilde embarcación frente a los transatlánticos que son el PJ y el kirchnerismo. 

Con la proa puesta en Balcarce 50, el massismo busca fortalecer su base territorial en la provincia de Buenos Aires, y también extiende redes hacia el resto del país, para ganar musculatura. Mientras, ese rumbo se ve alterado por la interna feroz entre Alberto y Cristina Fernández. Equilibrar entre el Presidente y la vice es una premisa, que lo ha llevado, por ejemplo, a postergar el Congreso nacional del FR para evitar más ruido inteno. 

En este contexto, Massa no puede soltar amarras. Todos reconocen que hay 2023 en tanto y en cuanto se sostenga la unidad. Tampoco puede virar a estribor y mostrarse alineado a Alberto a consecuencia de sufrir los desplantes de Cristina, romper con Máximo Kirchner e hipotecar la chance de que, finalmente, ella le dé un voto de confianza para erigirlo su candidato el año que viene. 

Girar a babor, armar definitivamente una alianza con la vicepresidenta y alejarse de Alberto tiene el riesgo de que si el Gobierno decidiera cerrarse, Massa podría perder muchos lugares de poder y caja (ver aparte). 

Un poco de ese equilibrio debió ejercitar la semana pasada con el ya trillado conflicto del Consejo de la Magistratura. Massa cumplió con la palabra empeñada con Juntos por el Cambio y nombró a la radical Roxana Reyes, porque tiene que demostrar que es un tipo confiable para los acuerdos (precisamente esa faceta de la confiabilidad debe recuperar de cara a la sociedad). En la misma maniobra se diferenció de Cristina y de su jugada de dividir los bloques en el Senado para quedarse con una silla en el organismo que designa a los jueces. Y, aunque tensionó al bloque propio con ese nombramiento, todavía ha sabido mantener la unidad de los 118 diputados del FdT en el Congreso. 

No es novedad que Massa haga equilibrio en los maremotos internos del oficialismo. En otros momentos, por ejemplo, mandó a su tropa a no involucrarse en la interna peronista. Juan Manuel Cheppi andaba con ganas de jugar en la interna marplatense que dirimieron Fernanda Raverta y Manino Iriart, pero nolo hizo; tampoco el intendente de Chascomús, Javier Gastón, intervino demasiado en la contienda que hubo en su distrito. 

Hasta desde el mismo FR reconocen que han logrado “mucho volumen de cargos sin que crezca el espacio”, con relación a los puestos que el massismo ocupa tanto a nivel nacional como provincial. Hablan de la pericia de su líder para lograr esos lugares, pero, a la vez, de la necesidad imperiosa de hacer crecer al partido que ya se erige como una fuerza nacional. Sostener los espacios de poder es una premisa para Massa. Los necesita para demostrar que su gente puede administrar y gestionar. Les pide constantemente que muestren lo que hacen y aparezcan activos. Y los necesita para hacer política.

En lo que respecta a la provincia de Buenos Aires, la bitácora de viaje marca varios desafíos. Uno es contener en los distritos, donde hay enojo por la gestión del Gobierno y por peleas con sectores en los que el massismo también tiene arraigo y cierta base de votos. 

“Estamos muy preocupados con la inflación, que afecta transversalmente toda iniciativa, sobre todo en los distritos más chicos, porque el 90 por ciento de las familias del interior son de clase media. Y eso, muchas veces opaca el trabajo muy bueno que se hace en otras áreas, como infraestructura o salud, por ejemplo”, se quejó un jefe comunal. Un legislador mencionó que “es innecesario pelearse permanentemente con el campo, donde hay sectores que nos acompañan”. 

También está en la carta de navegación posicionar a algún candidato a Gobernador para una eventual PASO, sin pelearse ahora con Kicillof. Por eso los propios sacan de la probable grilla, por el momento, al ministro Jorge D’Onofrio y tiran sobre la mesa varios nombres, ninguno confirmado, entre los que figuran Malena Galmarini, Juan Andreotti, José de Mendiguren y Alexis Guerrera. Pero la prioridad hoy pasa por los distritos y por sumar representatividad legislativa. 

“Quien se anime y tenga vocación, que lo diga y salga a la cancha, porque no vamos a esperar a último momento”, les dijo Sergio Massa a sus dirigentes en diciembre. “Hay que poner candidatos a intendentes en todos los distritos para una eventual PASO, como prometió Alberto”, sentenció ante La Tecla un legislador de vasta experiencia. “Vamos a tener candidatos en casi todos los municipios”, agregó. En algunos, el Frente Renovador dice tener un faro más iluminado que el resto de los espacios del FdT, como sucede con Nicolás Russo en Lanús, por caso. 

“En 2023 fuimos de punto dentro del FdT; no decimos que ahora vamos a ser banca, pero pelearemos por estar más cerca de eso. Tuvimos un legislador por sección, y ahora queremos más”, reconoció uno de los renovadores que transitan los pasillos de la Legislatura. “La prioridad -añadió- es una eventual candidatura a Presidente de Sergio, fortalecernos en los distritos y, sobre todo, en las secciones, más que centrarnos hoy en un candidato a Gobernador”. 

En el círculo estrecho del presidente de la Cámara de Diputados de la Nación indican que se han acercado dirigentes provenientes de otros espacios internos del Frente de Todos, e incluso de afuera de la alianza gobernante, pero no es el momento de mostrarlos o de anunciar su incorporación, en medio de tanto seísmo. 

Sumar tripulación a su balsa y armar desde allí una embarcación que no sea furgón de cola de la flota del FdT es un objetivo que el capitán del Frente Renovador se ha trazado desde el primer día. Pero las conflictividades extremas en los altos mandos de la armada frentetodista llevan a que esas premisas sufran alteraciones en el camino, producto del equilibrio al que está obligado Massa para sostenerse y sostener a su partido frente a una guerra interna que amenaza con hacer naufragar al Gobierno y en la cual, por ahora, es mejor demostrar neutralidad.


Massa, en el peligroso desafío de hacer equilibrio en la tormenta


ORGANIZACION INTERNA
Congreso postergado: mejor no abrir nuevos frentes de conflicto

El primer aniversario de la muerte de Mario Meoni, el sábado pasado, le permitió al massismo evitar excusas incómodas de por qué se postergó el Congreso Nacional del Frente Renovador en Mar del Plata, pautado para ese día, 23 de abril. 

Muchos dirigentes están embalados en realizar ese encuentro, que imaginan como una demostración de fuerza hacia el interior del Frente de Todos. Sin embargo, el equilibrio al que se ve obligado Massa pesa más a la hora de dilatar el Congreso que, de todos modos, alumbraría en mayo o junio. “El congreso no se hizo porque no era el momento. Hay cuestionamientos internos sobre lo que se hace en el Frente de Todos, con algunas políticas y algunas formas con las que no coincidimos”, dijo a este medio un legislador del Frente Renovador. “Podría ser difícil administrar las demandas sin que se genere otro foco de conflicto interno en el oficialismo; ya hay demasiado fuego como para echar más nafta”, remató. 

En marzo, cuando se programó la juntada en Mar del Plata, operaron desde el espacio que la conclusión sería una advertencia: “Si no hay unidad, nos vamos”; además de la intención de algunos de plantar un candidato a Gobernador. Pero en el ínterin pasaron cosas, la pelea entre Cristina y Alberto dejó a Massa en el medio y prácticamente sin chances de abrir un debate que podría disparar para cualquier lado y profundizar la crisis. 

Desde el espacio hay críticas fuertes al desempeño del Gobierno nacional, sobre todo por la marcha de la economía, pero también las hay respecto a posturas del kirchnerismo, como la pelea con el campo. El Frente Renovador sigue teniendo un anclaje fuerte en el interior provincial, y el discurso talibán va en contra del pragmatismo extremo que practica el hombre de Tigre. 

“Hacer una reunión provincial es la posibilidad de poner a Sergio cerca de la dirigencia”, destacó un intendente, quien agregó que antes del congreso se terminarán de realizar los encuentros seccionales, que comenzaron en Las Heras (Primera sección) y siguieron en Maipú (Quinta), Médanos (Sexta) y Arrecifes (Segunda).



EL VINCULO CON KICILLOF E INSAURRALDE
Un buen momento con las cabezas políticas de la Provincia

“Tenemos una relación de primera por la capacidad de Sergio para construir consensos, hacer acuerdos y mantenerlos en el tiempo”, respondió a La Tecla un dirigente bonaerense del Frente Renovador al ser consultado por el vínculo que une a ese espacio con Axel Kicillof. Agregó: “En la provincia de Buenos Aires no tenemos el nivel de discusión que hay en el Gobierno nacional. Hay una integración nueva con equilibrio en el gabinete, eso le ha dado más volumen político al Gobernador”. 

Esa relación se aceitó en el momento que se concretó el desembarco de Jorge D’Onofrio al frente del nuevo Ministerio de Transporte. Hasta ahí, el massismo solo contaba como cargo importante en la Provincia con la administración de Aubasa (primero Javier Osuna y actualmente Ricardo Lissalde) y cargos en directorios, destacándose el de Sebastián Galmarini en el Banco Provincia. 

“Teníamos algunos preconceptos con respecto a Kicillof, pero vemos que es un tipo metido en la gestión, que se dedica muchísimo a eso”, ponderan ahora desde el renovadorismo, donde destacan que “la convivencia es muy buena”. 

Con quien hubo más altibajos es con el jefe de Gabinete bonaerense. “Con (Martín) Insaurralde, Sergio ha tenido momentos malos y momentos buenos, pero ahora la relación parece atravesar un buen momento”, destacó un operador del tigrense y ratificaron desde el entorno del ministro. 

La relación de Massa con el grupo de intendentes que encabeza Insaurralde se tensó por las demoras en algunos acuerdos y, principalmente, cuando Leonardo Nardini se quedó sin Transporte en la cartera de Infraestructura para cederla al massismo. Esa estructura, que parece poco trascendente, administra millones en concepto de subsidios. 

El presidente de la Cámara de Diputados y el exintendente de Lomas se juntaron a almorzar hace un par de semanas para reencauzar la relación. Convinieron ahí participar juntos en un acto en Cañuelas, pero finalmente Massa no pudo concurrir por una convocatoria sobre la marcha que le hizo Alberto Fernández. De todos modos quedaron en volver a programar una actividad juntos para los próximos días.


Massa, en el peligroso desafío de hacer equilibrio en la tormenta


PARTIDO NACIONAL
Expansión territorial: el desembarco en las provincias de la Patagonia


Sergio Massa necesitaba sumar una provincia más -obtener personería jurídicapara consolidarse como partido a nivel nacional. Lo logró recientemente con Chubut, conducida por Mariano Arcioni, amigo de la juventud del exmandamás de Tigre. A pesar de que Arcioni está afiliado al partido provincial creado por Mario das Neves, Chubut Somos Todos, se encargó de que sea su propia mano derecha, Alejandro Sandilo, quien arme el Frente Renovador a nivel local. Aún no hay definiciones respecto a cómo jugará en la Provincia, ya que el peronismo está abiertamente enfrentado a Arcioni. Lo seguro es que, solo o acompañado, será una opción en 2023. 

En Río Negro y Neuquén, el Frente Renovador también tiene presencia y ha ampliado en los últimos meses sus espacios de poder. En la primera cuenta con tres representantes en la Legislatura, que llegaron de la mano del Frente de Todos, pero a los pocos meses decidieron abrirse para conformar una bancada propia. Se trata de Luis Albrieu, Nicolás Rochás y Alejandro Ramos Mexía. 

La decisión respondió a fuertes diferencias con la conducción del peronismo local y la figura de Martín Soria, actual ministro de Justicia nacional y referente de ese espacio. En este sentido, durante las últimas semanas, el Frente Renovador se amplió con la incorporación de varios concejales. En esta provincia, el proceso legal para el reconocimiento como partido está avanzado y podrían llegar a término para ser una opción el año que viene. 

Por último, en Neuquén el massismo está referenciado con Unión Popular Federal, que cuenta con un representante en la Cámara de Diputados, Carlos Sánchez, además de algunos ediles en el interior. También se encuentra en proceso de expansión. El crecimiento del espacio en la región ha sido lento pero constante, lo que le permitiría al tigrense ir ganando sectores nuevos de cara a una eventual postulación presidencial.


Massa, en el peligroso desafío de hacer equilibrio en la tormenta


JORGE D’ONOFRIO
“Los argentinos se merecen tener a Sergio de Presidente”

El ministro de Transporte de la Provincia, Jorge D’Onofrio, dialogó con La Tecla acerca de la intención del Frente Renovador de que Sergio Massa sea el próximo jefe de Estado. Al respecto señaló que “los argentinos se merecen tener a Sergio Massa de Presidente, porque no solo es el argentino que más se preparó sino también porque le pone el cuerpo para resolver los problemas a la gente”. De todos modos agregó que eso “puede suceder en el 2023, en 2027 o nunca”. 

Lo que está claro es que el espacio se ilusiona con que Massa sea el bendecido de Cristina para reemplazar a Albero Fernández, quien ya tiene el boleto picado por parte del kirchnerismo. Pero también apuestan alguna ficha a que finalmente en el frente oficialista haya PASO.

“Creo que tenemos a la persona con más formación, capacidad y con gran talento político para resolver los grandes problemas que tiene la Argentina. Sergio ha sido un tipo que ha sabido escuchar a todos los sectores y siempre promover la unidad y los acuerdos, y eso es parte de la identidad del Frente Renovador”. El párrafo, que en este caso dijo un intendente, se reitera como un eslogan que busca posicionar a Massa, quien ve resurgir una oportunidad para ser el bendecido. 

En ese aspecto miran de reojo y con desconfianza el vuelo que ha tomado en los últimos tiempos el exgobernador Daniel Scioli. La relación del presidente de la Cámara de Diputados de la Nación con el ahora embajador en Brasil nunca fue buena, y sería una puñalada para Massa que Cristina bendijera a Scioli. La vicepresidenta, en rigor, desconfía de los dos, pero tiene pruebas más palpables de lealtad por parte del exmotonauta. Y si ella se inclinara por Scioli, Massa exigiría PASO, con la presión de irse si no se la concedieran. Todos saben que con unidad 2023 será difícil, pero sin unidad será una utopía.


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