Argentina
Viernes, 29 marzo 2024
JUNTOS POR EL CAMBIO
27 de septiembre de 2022

Si no hay PASO, ¿qué pasa?

Cómo afecta a la coalición opositora el posible cambio de las reglas electorales en la Nación y en la provincia de Buenos Aires. Los riesgos de ruptura, las alquimias para salir del atolladero y los ensayos que se hacen en otros distritos. La situación de la Legislatura para cambiar la ley

Por Hernán Sánchez

La política argentina está en un movimiento tectónico constante y el sismo es una posibilidad con la que se convive a diario, mientras las distintas placas geológicas de la dirigencia buscan posicionarse para alcanzar la cumbre el año que viene. Así, la posible suspensión de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), que el oficialismo empieza a insinuar cada vez con más fuerza con los gobernadores como punta de lanza, pone en mayor tensión a la ya complicada situación interna de Juntos por el Cambio.

“Es la jugada de pizarrón del Frente de Todos, que podría resignar el gobierno nacional pero se aseguraría la Provincia, conservaría los municipios y hasta ganaría distritos que hoy tiene la oposición, sobre todo el Pro”, analizan desde de la coalición opositora, donde prometen hacer todos los esfuerzos para mantener la unidad, pero donde nadie asegura que aquello que nació en 2015 pueda sostenerse en 2023. “Si sacan las PASO es imposible ordenar la interna en Juntos por el Cambio, esto se rompe”, pronosticó un legislador bonaerense alineado a los amarillos. 

“Si el gobierno suspende las PASO pone en tensión a la coalición, porque hoy los liderazgos se resuelven en el marco de una Primaria, pero si no está esa herramienta y no nos ponemos todos de acuerdo con las reglas de juego lo más factible es que se rompa”, completó un dirigente de la UCR. Incluso, ya se habla con fuerza de la posibilidad de una tercera vía, liderada por radicales y en la que confluyan los peronistas críticos. Esas charlas que tuvieron visibilidad a principios de año nunca se detuvieron. 

La presunción de un escenario parecido al de 2003, sin internas y con varias listas disputándose retazos de apoyo popular (ver aparte), tiene una importante barrera que podría llevar a mantener, aún con frágiles ataduras, el sello de Juntos por el Cambio. En aquella oportunidad la elección presidencial fue sola, separada de todas las provincias, y eso permitió tal atomización. Pero ahora, por caso, los comicios en el terreno bonaerense irán en simultáneo con los presidenciales; y eso supone para la oposición -si se divide- un abandono en la pelea por el sillón de Dardo Rocha. 

Aunque se presume como el principal beneficiado si se suspendieran las Primarias, Axel Kicillof prefiere esquivar la polémica y evita referirse a si su gobierno avanzará en una modificación a la Ley 14.084, que regula las PASO en el territorio bonaerense. Espera que avance Nación y después actuar en consecuencia. Y es bastante lógico que lo planteé de esa manera. En la alianza opositora prometen dar una lucha sin cuartel para evitar la modificación de las reglas electorales; sin embargo algunas voces reconocen que “si se suspenden las PASO a nivel nacional no tienen lógica en la provincia de Buenos Aires”. 

En ese marco, las complicaciones para la oposición son mucho mayores. El escenario de hoy marca que, por el lado del Pro, ni Horacio Rodríguez Larreta ni Patricia Bullrich están dispuestos a bajarse del caballo en la carrera por suceder a Alberto Fernández. Además, Mauricio Macri nunca desaparece como otra opción para dar la pelea. Bullrich y Larreta están preocupados por la posible jugada del Frente de Todos en cuanto al probable cambio de reglas electorales. Macri lo vería de otra forma.

Hay quienes aseguran que “si no hay PASO Cristina es tan beneficiada como Mauricio, que pude ir directo a la cancha en busca del balotaje o, como mínimo, tiene que ser sí o sí el ordenador interno, el que baje a alguno de los pretendientes”. Macri ya hizo el intento de sacar las internas abiertas y simultáneas en el 2019. La razón fue un informe del ministerio de Economía, que anticipaba una situación económica mucho mejor en octubre (elecciones generales) que en agosto, cuando deben realizarse las Primarias. La excusa, como ahora, el alto costo de la elección. No pudo. 

“Además, parte de nuestro electorado ve a las PASO como algo de la casta, cuando es al revés”, dijo un dirigente Pro, alejado del expresidente pero consciente de que no todos se oponen con fervor a la jugada que urde el FdT. Son muchas las alquimias frente a la conjetura del cambio de escenario electoral. La hipótesis de que los radicales den el portazo, cansados de los planteos del ala dura amarilla, es tan cierta como que por ahora todos aseguran que harán los esfuerzos necesarios para sostener la unidad. Por ello trabajan en diferentes alternativas para buscar salidas viables en la elección de los candidatos. El laboratorio son las provincias donde se sabe que no hay Primarias. 

Desde el Pro especulan en posibles fórmulas cruzadas, y se aventuran binomios como Patricia Bullrich -Alfredo Cornejo, u Horacio Rodríguez Larreta con Gerardo Morales o Facundo Manes (a quien todavía algunos quieren convencer que juegue en la Provincia, pero difícilmente puedan lograrlo). En el caso del jefe de Gobierno porteño, en su entorno aceptan como posible una negociación de estas características, no sin aclarar que “en los tiempos que corren parece difícil que haya una fórmula sin una mujer integrándola”. Sin embargo, en el radicalismo descartan cualquier negociación de este tipo. Un importante dirigente del partido le dijo a La Tecla que “hoy no hay posibilidades de que nosotros aceptemos integrar listas únicas colocando el vicepresidente, al vicegobernador y al primer candidato bonaerense a senador nacional, nosotros queremos competir por la presidencia porque tenemos candidato”. Y pese a que desde algunos sectores aseguran que el centenario partido podría quedar diluido en esa puja, desde la UCR aseveran que “estamos mejor que nunca y Facundo está entre los dos dirigentes con mejor imagen positiva del país”. 

Donde aparecen preocupados por el futuro de la alianza es entre los socios minoritarios, quienes juegan sus preferencias pero son conscientes de que su propio éxito va a atado a la permanencia dentro del espacio que comandan el Pro y los radicales. “El riesgo de ruptura está en la medida que el gobierno está desorganizado y busca desorganizarnos a nosotros. Necesitamos que el radicalismo no pierda competitividad, porque si eso pasa va a ser más difícil acordar para todos”, reflexionó un dirigente de peso en la Coalición Cívica. 

El tubo de ensayo lo pusieron sobre la mesa los gobernadores peronistas y el kirchnerismo. Saben del daño que le pueden hacer a la oposición si avanzan en la eliminación de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, y en Juntos por el Cambio reconocen las dificultades que le traería tanto a nivel nacional como en el territorio bonaerense. ¿Pero se concretará? Por ahora es uno de los tantos movimientos tectónicos que sacuden con frecuencia a la política nacional, aunque en este caso puede derivar en un terremoto de consecuencias impredecibles. Y puede que no solo afecte a la oposición.

TRES OPCIONES
Hacen gimnasia con las provincias donde no hay elecciones primarias


“En la coordinación de la mesa nacional estamos trabajando con todas las provincias que no tienen PASO, estamos trabajando en reglamentos y cada distrito debe proponer uno”, contó a La Tecla un miembro de la mesa nacional de Juntos por el Cambio. El espacio aceita el mecanismo en las provincias sin primarias. Una gimnasia interesante para que no los sorprenda la posible baja de las internas abiertas a nivel nacional y en el territorio bonaerense. Por ahora se manejan tres opciones para dirimir las cuitas internas donde no hay PASO por ley. Una es una elección interna en la que puedan participar tanto los afiliados a cada uno de los partidos de la coalición como las personas que no son afiliadas a ninguna fuerza política; de manera que se excluye a quienes tienen fichas de afiliación en partidos que integran otras alianzas. Es un modelo tomado de la provincia de La Pampa, donde hay Primarias Abiertas y Simultáneas, pero no son obligatorias y cada frente tiene lugares de votación separados. 

Otra alternativa es que se decida mediante encuestas, un mecanismo que a pocos conforma, sobre todo porque en los últimos años los sondeos no suelen ser demasiado fiables. Y la otra chance es que se hagan todos los esfuerzos posibles por consensuar y confluir en listas únicas. En todos los casos se exige un reglamento que determine cómo se hace el entrecruzamiento de candidaturas y qué le correspondería a cada espacio. Y en todos los casos la mesa nacional de Juntos por el Cambio aprobará los términos de esos acuerdos y los lineamientos reglamentarios. 

Donde las fuerzas que integran la alianza no consensúen el método de elección de los candidatos tomará intervención directa la mesa nacional y será la que resuelva, con una sanción para quien no acate la decisión: quedará afuera del frente y no podrá competir bajo el sello de Juntos por el Cambio.
 
El marco legal y las posibilidades de modificarlo

LEY 14.086 
Los números en la Legislatura son un problema para el oficialismo


El Frente de Todos (FdT), en el Congreso, podría conseguir el número de diputados y senadores para avanzar en una suspensión de las PASO nacionales, pero en la provincia de Buenos Aires las chances son más complejas y difíciles. El oficialismo necesitaría en la Cámara de Diputados del acompañamiento de bloques que por ahora se muestran reacios a suspender las Primarias por única vez y de manera excepcional, mientras que en el Senado podría llevar al desempate a la vicegobernadora Verónica Magario. Y todo eso siempre y cuando lograra conseguir los dos tercios para que el eventual proyecto de modificación de la ley 14.086 sea tratado en el recinto “sobre tablas”. Para pasar en limpio, todos tienen en claro que si el pedido de cambio llegara a la Legislatura lo haría bajo un acuerdo previo de la superestructura política, y que no pasaría por comisiones (donde las paridades son tales que será difícil conseguir avances rápidos), por lo tanto, debería tratarse “sobre tablas”. 

Si no hay PASO, ¿qué pasa?

De modo tal que para llegar a eso se necesitan previamente los dos tercios, y el oficialismo está lejos de ese número. Aun cuando se acordara el tratamiento, tampoco es fácil el poroteo para conseguir la “mayoría simple” que requeriría la aprobación de la modificación. En diputados se necesitan 47 manos alzadas, y el oficialismo cuenta con 42 bancas a las que sumarían los unibloques aliados de Débora Indarte y Fabio Britos, quien ya present ó en 2021 un proyecto para derogar las PASO (no les son convenientes al vecinalismo). Mientras que el principal bloque opositor, Juntos, tiene 41 escaños, y contaría con el acompañamiento de Espacio Abierto Juntos, donde reportan los legisladores Walter Carusso y Martín Domínguez Yelpo. Entonces, quienes inclinan la balanza son los tres legisladores de la bancada de Avanza Libertad y los dos que ingresaron por el FIT (que tienen unibloques pero votan alineados). Desde ambos espacios sostienen que no acompañarán una revisión de la normativa ahora, por considerar que el oficialismo solo propondría el cambio por conveniencia propia. En el Senado, el FdT y Juntos tienen 23 bancas cada uno, y si no hay desobediencias partidarias el eventual empate debería ser dirimido con el voto de la vicegobernadora y ganaría el oficialismo. De todos modos, esa alternativa no tiene antecedentes y difícilmente suceda.

FIT Y AVANZA LIBERTAD
Coincidencia en las antípodas: izquierda y derecha dicen “ahora no”


Guillermo Kane, diputado del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) se expresó en contra de suspender las PASO ahora, “porque entendemos que esto aparece, fruto de la crisis del gobierno del Frente de Todos, como una hipótesis para tratar de modificar la alección a su favor”. “Más allá de que nosotros no somos partidarios de las PASO, porque es una manera del Estado de intervenir sobre la forma de selección de candidatos de cada fuerza política, lo que rechazamos es que se modifiquen los reglamentos electorales según la conveniencia de la fuerza de gobierno”, remarcó el legislador. 

Ante la consulta de si las Primarias no contribuyen a ordenar a los partidos que componen el FIT, Kane sostuvo que “si no estuvieran podríamos hacer un congreso, y cada fuerza se puede dar la manera de discutir las candidaturas. No estamos de acuerdo en tener una única manera, impuesta por el Estado. Además, hay otros problemas, como los pisos, que hacen que algunas fuerzas no puedan participar de la elección general”. Por su parte, el presidente del bloque de Avanza Libertad, Guillermo Castello, aseveró que su bancada está “en contra” de suspender las Primarias para el año que viene, aunque su postura es que deberían erradicarse las internas abiertas y obligatorias, pero no en medio de un proceso electoral. 

“Me parece que las PASO son inútiles, costosas, y son antiliberales, porque se meten en la vida interna de los partidos políticos. Aparte, no resuelven nada, porque la mayoría de las veces se presenta lista única; y extienden el calendario electoral demasiado. Dicho esto, de que no estamos de acuerdo con las PASO, no nos parece bien cambiar las reglas de juego cuando falta menos de un año para las elecciones, porque queda claro que es por una cuestión de oportunismo electoral”, dijo Castello. Reiteró que si se planteara en 2024 votaría a favor de sacarlas, pero “ahora votaría en contra porque es evidente que lo hacen por una debilidad propia. Modificar las normas electorales por conveniencia de una facción es horrible”.

“DISCUSION QUE SE TIENE QUE DAR EN EL CONGRESO”
Kicillof espera los movimientos nacionales y no anticipa la jugada


El presidente Alberto Fernández dijo que el debate por la suspensión de las PASO nacionales “está abierto y hay que ver cómo evoluciona”, pese a que en noviembre del año pasado había señalado que su mayor aspiración era que en 2023 “desde el último concejal hasta el presidente lo elijan primero los compañeros”. Aquella frase le valió un nuevo distanciamiento con el kirchnerismo, la de ahora trata de acercar posturas con las demandas y necesidades de los K y de los gobernadores. 

En ese marco, Axel Kicillof salió por la tangente. “Sé que varios gobernadores lo plantearon en su provincia, nosotros venimos pegados al gobierno nacional por nuestra ley de PASO, por lo cual es una discusión que se tiene que dar en el Congreso de la Nación. Ahí veríamos qué ocurriría, porque no es una decisión independiente de la Provincia”, dijo el Gobernador la semana pasada. Kicillof sabe que si en la Nación se avanza en ese sentido el debate caerá con todo su peso sobre la Provincia y será el momento de poner sobre la mesa una negociación que le resultaría muy difícil, aunque no imposible. 

La puerta de salida son los intendentes y sus necesidades de gestión. Esa negociación que ha permitido sacar muchas veces leyes que el Gobierno necesitaba y que no siempre entiende la superestructura, sobre todo del Pro, poco afecta a la rosca.




LA BENDITA CALLE DEL MEDIO
Toma fuerza la chance de una tercera vía con radicales y peronistas críticos


En el marco de la posibilidad de suspender las PASO aparecen recuerdos cercanos que vuelven a tomar notoriedad. Por caso, en abril, Juan Manuel Urtubey juntó en torno de un asado en su casa al radical Gerardo Morales; al peronista Juan Schiaretti; a los PRO-peronistas críticos Rogelio Frigerio y Emilio Monzó; al intendente de Rosario, Pablo Javkin; a los diputados Florencio Randazzo y Graciela Camaño; y al exsenador Angel Rozas. Una noche de nostalgia sobre la tercera vía que nunca termina de conformarse, pero para la cual habría una carretera asfaltada si el gobierno decide sacar las Primarias. Después hubo otro encuentro del que se habló bastante, cuando se reunieron en Córdoba el gobernador Schiaretti y el diputado radical Facundo Manes. 

“Si se eliminan las PASO vuelve una tercera fuerza con votos, que en algunos sectores del Pro la ven liderada por los radicales junto al denominado peronismo blanco”, aseguró un legislador bonaerense que por ahora se encolumna detrás de la candidatura de un postulante amarillo. Es que si esa puerta se abre hay varios que hoy se alinean a dirigentes del Pro que podrían apostar por la vía del medio. Por ejemplo, Monzó, quien colabora con Patricia Bullrich pero desde hace mucho tiempo insiste en la necesidad de una alternativa por fuera de la grieta. 

En aquella cena, regada con vino salteño, se habló de que si no se rompían los frentes electorales seguirían ganando los extremos, es decir Cristina y Macri. “La eliminación de las PASO es la oportunidad para que eso se una, porque se arman 20 puntos afuera. 

Esos votos están y hay que ver quién los va a buscar, porque no pueden los dos espacios contener al chiquitaje”, comentó un dirigente de JxC bonaerense, que también ve con buenos ojos esa alternativa.


¿ESCENARIO COMO EN 2003?
El antecedente que varios miran como espejo 20 años después


“Si hay suspensión de las PASO va a terminar como en el 2003, con todos por afuera, porque con el 25 por ciento vas al balotaje” anticipó un dirigente del radicalismo. “Va a ser como en el 2003, todos se tientan a ser Kirchner, y llegar con 23 puntos”, reafirmó un dirigente de un espacio que orbita con el Pro. Lo políticamente correcto es decir que todos trabajan por la unidad y que se van a construir reglas de juego que contengan al universo opositor dentro de un mismo frente, pero en realidad son cada vez más las voces que por lo bajo admiten que sin Primarias el espejo de la elección de hace 20 años se hace cada vez más nítido. 

Si no hay PASO, ¿qué pasa?

En aquella oportunidad, cinco candidatos se ubicaron entre los 14 y 25 puntos: Carlos Menem (24,45% de los votos), Néstor Kirchner (22,25%), Ricardo López Murphy (16,37%), Adolfo Rodríguez Saá (14,11%) y Elisa Carrió (14,05%). El santacruceño accedió al poder por la renuncia del riojano a participar en el balotaje. Kirchner, que había arrancado aquella campaña con una intención de voto que rondaba el 7%, la triplicó con el apoyo de Eduardo Duhalde y votos que vinieron por fuera del peronismo, como por ejemplo del Frepaso. De producirse un escenario similar se invertiría la cantidad de opciones respecto al peronismo, que ahora tendría una sola (la del oficialismo PJ kirchnerista) frente a varias ofertas de la oposición; al menos una (quizá dos) del Pro, una de la UCR, por lo menos una de los libertarios y otra de la izquierda. 

Con un techo bajo para todos, la pelea será por llegar a la segunda vuelta, y no pocos imaginan una tómbola que puede dar lugar a la sorpresa, como finalmente fue 2003. Claro que eso tiene un costo alto para la oposición. Sería resignar toda lucha por la provincia de Buenos Aires y arriesgar distritos que hoy están en manos de Juntos.

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