Argentina
Jueves, 28 marzo 2024
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31 de octubre de 2022

El poder adquisitivo, en caída libre

La inflación no cede y los gremios presionan para reabrir paritarias. El Gobierno anuncia medidas para frenar la pérdida de salario real, pero hasta ahora los resultados son poco efectivos.

Por Laura Funes

Pese a que el diagnóstico general de la economía argentina muestra, desde la pandemia a esta parte, una recuperación en la mayoría de los indicadores, el desplome de los salarios reales se convirtió en un verdadero problema, que el Gobierno de Alberto Fernández no ha podido resolver, y, por tercer año consecutivo, los sueldos no lograrán recuperar poder adquisitivo.

De acuerdo a un reciente informe que realizó el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), tanto durante el menemismo como el macrismo, empleo y salarios cayeron al mismo tiempo y, en sentido inverso, durante el período del kirchnerismo, cuando subió el empleo, también aumentaron los ingresos.

Es decir, en otros momentos se han movido a la par, pero en el presente contexto se da una situación particular: el desempleo baja y los salarios, también, lo que se ve agravado por una fuerte fragmentación del mercado de trabajo en su conjunto, y al interior de los empleos registrados.

“La caída del salario entre enero de 2015 y junio de 2022 fue de 16,3% para trabajadoras/es registrados y de 33,1% en trabajadoras/es no registrados. Este proceso se asemeja a los años 90: durante el período entre 1994 y 2001, la caída del salario alcanzó 16,6% para el salario de las y los trabajadoras/es no registrados y de 2,9% para el salario de las y los trabajadoras/es registrados privados”, señala el documento.

Frente a este escenario complejo es más que evidente la necesidad de poner un freno al ritmo inflacionario. Pero ¿de qué manera? En los últimos meses el Gobierno nacional ha probado con distintas recetas y mecanismos que, hasta ahora, no han dado mayores resultados, porque, si bien se hace un importante hincapié en las negociaciones paritarias, lo cierto es que muchas veces terminan perjudicando a los trabajadores si no van acompañadas de otras medidas complementarias.

“Cuando vos tenés un aumento paritario, mucha gente que iba a tener el aumento por la escala, obviamente, pasa a pagar Ganancias, y también es un desincentivo a trabajar, y nosotros necesitamos que haya un incentivo a trabajar y no a no trabajar. Si vas a hacer horas extras y eso se va a ir a Ganancias, dejás de trabajar. Nosotros necesitamos que la población económicamente activa sea cada vez más grande en Argentina”, reconocieron a La Tecla desde el Gobierno.

Recientemente, el ministro de Economía nacional, Sergio Massa, anunció que los trabajadores que perciban hasta 330.000 pesos dejarían de pagar Ganancias. De acuerdo a las estimaciones de la cartera, el beneficio alcanzará a partir de noviembre a 380.000 personas en todo el país, de las cuales 170.645 pertenecen a la provincia de Buenos Aires.

“Con esta medida de alivio fiscal logramos que las mejoras salariales no se vean afectadas por el impuesto”, argumentaron en Economía al momento de anunciar la medida.

Por eso, desde Casa Rosada aseguraron que la paritaria no es para recuperar el poder adquisitivo, ni para empatarle a la inflación, sino para ganarle: “Nuestro objetivo es que los trabajadores vayan ganando participación en el Producto Bruto Interno. Las empresas tienen que tener ganancias, pero deben ser acordes a esos salarios que nosotros queremos que haya en la sociedad. En Argentina, del Producto Bruto, aproximadamente, el 65 por ciento se explica por el consumo interno, entonces, claramente, necesitamos que haya buenos salarios para seguir motorizando esa economía”.


Lucas Romero: Baja conflictividad sindical en medio del deterioro del salario real

Para Lucas Romero, director de Synopsis, el proceso económico viene siendo condicionante del proceso político. “La Argentina viene atravesando una crisis económica producto de que su macroeconomía se fue desequilibrando, acumulando desequilibrios, entrando en una fase de desaceleración del crecimiento, sobre todo desde 2010 para acá. Desde 2018 la economía sufre una crisis producto de esos desequilibrios. El Gobierno de Macri logró acomodar algo la macroeconomía en los últimos dos años de mandato. Este Gobierno inició su ciclo con el desafío de terminar con esa corrección, pero vino la pandemia, lo que desequilibró la economía. En ese contexto de corrección forzada que viene sufriendo la economía argentina, una se da por el lado de los salarios. El salario real viene perdiendo poder adquisitivo desde 2018, y ese proceso no se ha detenido, sobre todo en este año, que se ha agudizado por el proceso inflacionario. En los últimos tres meses, los salarios corren detrás de la inflación. Hay un proceso de ajuste sobre el salario real que se da en este proceso de corrección”, dijo a La Tecla.

Frente a este escenario, el politólogo analizó que “la conflictividad registrada por el Ministerio de Trabajo de la actividad sindical es la más baja de los últimos 12 años. Eso se da simultáneamente con el deterioro del salario real. Es una paradoja que tiene una explicación política”. Finalizó Romero: “Los gobiernos no se pueden meter en la vida sindical. Trabajo homologa los acuerdos, hay un rol de auditar los procesos, pero no debe meterse en las negociaciones. Y los sindicatos no quieren que se metan”.

Martín Epstein: “La inflación es un factor que condiciona todos los niveles”

En conversación con La Tecla, el analista económico Martín Epstein, integrante de CEPA, habla de un escenario novedoso. “En general, cuando hay un aumento del desempleo hay una caída del salario, una especie de desbalance automático. Por el contrario, cuando baja el desempleo, los salarios tienden a mejorar. Lo que estamos viendo en el ciclo más largo es que hay un proceso de recuperación del empleo, pero no viene de la mano de mejores condiciones del salario. Hay un contexto particular, que es la salida de la pandemia, la guerra de Ucrania que golpea en términos inflacionarios y la inflación en sí que hay en nuestro país, lo que nos juega en contra”.

En este escenario consideró que “hay herramientas y recursos para revertir esta situación, y de momento no tiene un efecto significativo o favorable. Desde que empezó el Gobierno del Frente de Todos, en diciembre de 2019, el salario en términos reales perdió 4 puntos. En el empleo privado registrado sale casi empatado, el público está 3 puntos abajo. Pero el que peor la pasa es el que no está registrado, que perdió 14,5 puntos. Es un sector que ya había perdido más de 20 puntos con el ciclo macrista, al menos del 2018 en adelante. Insisto, en un contexto de recuperación económica”.

Asimismo consideró que si bien “la inflación es un factor que condiciona todos los niveles”, los sectores más altos, que recuperan salario por paritaria, “se ven en la decisión de discutir Ganancias para no perder en el otro lado. Esto, el Gobierno lo sabe, y de todas maneras habilita la paritaria. Quizás falta un rol más activo en esa disputa”.


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