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Viernes, 29 marzo 2024
NOTA DE GRAFICA
27 de noviembre de 2022

La mayoría ¿Una misión imposible?

Desde que asumió, Kicillof tuvo que negociar todas las leyes que envió a la Legislatura. Qué posibilidades hay de que el oficialismo logre el control del parlamento en las elecciones de 2023.

Por Laura Funes

El bloqueo de la oposición a la modificación de la Ley 15.008, más conocida como Ley Bapro, fue una nueva demostración del poder de fuego que Juntos por el Cambio preserva en la Legislatura bonaerense desde la era Vidal. Pese a haber cosechado el 52 por ciento de los votos en 2019, el gobernador Axel Kicillof y, por ende, el Frente de Todos no lograron conseguir la mayoría en el parlamento, lo que imposibilitó al oficialismo aprobar una serie de proyectos impulsados desde el Poder Ejecutivo .

Y si bien en las elecciones de 2021 el Frente de Todos al menos alcanzó la paridad en el Senado, no fue suficiente. El 2023, en este sentido, será una nueva oportunidad para sumar voluntades y prescindir de las negociaciones con la oposición; siempre y cuando se logre la reelección, claro está.

Como cada vez que hay comicios, la Legislatura renovará la mitad de sus miembros; es decir, la Cámara de Diputados deberá elegir 46 legisladores, y la Cámara de Senadores, 23. El año próximo se les vence el mandato a 21 diputados y a 13 senadores de la bancada oficialista, un número que deberá superar si desea conseguir la mayoría. Ahora, bien, ¿es posible? La respuesta no es tan sencilla, por supuesto.

Más aún teniendo en cuenta que hace cuatro años el actual Gobernador hizo una elección histórica. Hoy, siendo oficialismo y con la actual crisis económica y política que atraviesa tanto el país como la Provincia, todo está cuesta arriba. En 2019, el Frente de Todos cosechó un total de 5.274.511 votos, de los cuales poco más de dos millones corresponden a la populosa Tercera sección. Allí, Kicillof obtuvo 2.111.760 sufragios (59,68 por ciento). Sin embargo, dos años después el oficialismo apenas superó el 45 por ciento, con 148.000 votos.

El próximo año, la Tercera elige nueve senadores y el Frente de Todos pone en juego seis. Pero no es allí donde puede hacer la diferencia si quiere lograr la mayoría. Será una verdadera hazaña si logra retener los que tiene. En cambio, Kicillof deberá apostar a la capital provincial, que renueva tres bancas, de las cuales una pertenece al Gobierno. Si consigue ganar en la Octava sección sumaría una voluntad y rompería la paridad en el Senado.

Esto solo es posible si no pierde terreno en otras secciones. En la Cámara Baja el escenario es aún más complejo. Actualmente, el Frente de Todos tiene 42 legisladores, de los cuales 21 deben renovar su mandato. Para lograr la mayoría, Kicillof debería retener los que pone en juego y sumar cinco. La Quinta sección es, en este sentido, el territorio a conquistar. Allí se eligen 11 diputados y el Frente de Todos solo tiene cuatro.

Sin embargo, teniendo en cuenta que el oficialismo perdió 140.000 votos entre elecciones, será difícil. Frente a este escenario, la mayoría parece una misión casi imposible.


Elecciones 2021: una oportunidad perdida

En los últimos comicios legislativos el Frente de Todos tenía la posibilidad concreta de alcanzar la mayoría parlamentaria, sin embargo, el electorado le dio la espalda y el oficialismo perdió en las urnas a manos de Juntos por el Cambio. La alianza opositora se alzó con una ajustada victoria (apenas 1,3 por ciento), pero le alcanzó para evitar que la Legislatura se tiñera de celeste. Lo cierto es que entre elecciones, el oficialismo sacó dos millones de votos menos.

Pese a que la mayor pérdida se dio en la Tercera sección electoral, fue la única donde el Frente de Todos se impuso a la boleta que lideró Diego Santilli. En la Primera sección, en tanto, perdió 600.000 votos; en la Octava, 50.000, y en la Quinta, poco más de 140.000 votos. Con esta oportunidad perdida, el 2023 se manifiesta como una proeza, ya que el desafío no solamente será ganar la elección, sino también superar lo obtenido en 2019.


Proyección: la oposición, ante la necesidad de sumar y llegar al control

En las elecciones de 2019 María Eugenia Vidal obtuvo 3.852.624 votos y perdió la posibilidad de renovar su mandato al frente de la provincia de Buenos Aires. En aquel entonces, pese a la derrota, logró sumar 22 legisladores en la Cámara de Diputados (dos de ellos, luego formaron el bloque Espacio Abierto Juntos, y una se pasó al Frente de Todos) y un total de 10 senadores.

Y si bien dos años más tarde la coalición superó al Frente de Todos en las urnas, lo hizo por 3.480.198 votos, es decir, 400.000 más, y no perdió significativo terreno parlamentario. No obstante es la oposición la que tiene mayores chances de sumar adhesiones en la Legislatura de cara a 2023, teniendo en cuenta estos antecedentes.

Probablemente el gobernador Axel Kicillof no consiga repetir el batacazo de hace cuatro años -al menos así lo reflejan todas las encuestas-, lo que le deja el camino allanado a Juntos por el Cambio, no solo de retener el poder que tiene ahora sino de crecer. Ahora, bien, ¿puede llegar a tener mayoría?

En Diputados, Juntos necesitaría sumar siete legisladores; en el Senado, en tanto, con uno más alcanza para la mayoría simple. Sin embargo, Avanza Libertad tiene altas chances de crecer, lo que dejaría a Juntos en problemas para obtener su mayoría.

Legislatura: De los proyectos bloqueados a la negociación con los radicales

La modificación de la Ley 15.008, que pretende cambiar (una vez más) el régimen previsional de los trabajadores del Banco Provincia, no fue el primer proyecto que la oposición logró bloquear al gobernador Axel Kicillof. Todo parece indicar que la iniciativa que busca crear el Instituto Tomás Perón correrá idéntica suerte.

La misma pretende convertir al organismo en una Sociedad del Estado para producir medicamentos a gran escala y tiene el absoluto rechazo de los propios trabajadores. Tampoco vio la luz la Ley de Cannabis, a partir de la cual el oficialismo pretendía crear una agencia y un registro provincial. Allí radicó el problema con la oposición, que volteó el proyecto y este nunca llegó al recinto.

A la misma situación se enfrentaría el Gobernador si pretende modificar el sistema electoral de la Provincia y eliminar las PASO. Tanto el PRO, como la UCR y la Coalición Cívica manifestaron su oposición a cualquier reforma en este sentido y, al no contar con los votos necesarios, no podría llevarla a cabo.

La única posibilidad con que cuenta ahora Kicillof para aprobar proyectos de su interés es, indefectiblemente, negociar con Juntos por el Cambio o, al menos, con una parte de ellos, como sucedió con la votación de las reelecciones indefinidas de los intendentes. Para que los jefes comunales que asumieron en 2015 puedan tener “una vuelta más”, el Frente de Todos negoció con el radicalismo, que acompañó el proyecto, a diferencia de sus principales socios amarillos.

A este mismo esquema buscará apelar el mandatario bonaerense en las próximas semanas para intentar avanzar con la Ley Bapro, un proyecto que busca dar marcha atrás con una reforma que promovió María Eugenia Vidal y generó una catarata de amparos en la Justicia bonaerense. Por ahora, el acuerdo político no llegó. El PRO ya ha manifestado su rechazo, y no dará el brazo a torcer.

La Coalición Cívica irá en el mismo sentido. La izquierda y los liberales podrían llegar a acompañar, pero aun así no garantizan los números. Al no tener mayoría, Kicillof necesita sí o sí de la Unión Cívica Radical.


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