Escrache “mugriento”: por un basural y un contrato, ambientalistas arrojaron residuos a ediles
Los concejales necochenses dieron el visto bueno a la realización de una planta de disposición de basura y aprobaron un convenio con la empresa recolectora, criticado por reconocer deudas y eliminar multas. Quejas de vecinos y escándalo legislativo.
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Vecinos de un barrio de Necochea se manifestaron durante la última sesión del Concejo Deliberante, donde se aprobó la instalación de una planta de separación de residuos en las cercanías del Paseo de la Ribera.
Además de la queja de los habitantes de esa zona se sumó la amenaza por parte de la oposición PRO de llevar el tema a la justicia.
Al respecto, desde el Movimiento Evita señalaron: “El derecho a un medio ambiente sano es un derecho fundamental. Actualmente, el basural a cielo abierto es la única estrategia de abordaje para “solucionar” el problema de la basura. Los basurales a cielo abierto resultan un foco enorme de contaminación de la tierra, el aire y el agua”.
“Se están discutiendo medidas que no apuntan a resolver el problema sino que son viejas recetas que nos han traído hasta donde estamos hoy. Y cuya responsabilidad es de las sucesivas gestiones que han administrado el estado municipal hasta nuestros días”, agregaron.
A la queja vecinal se sumaron las protestas de grupos ambientalistas por un convenio firmado entre el municipio y la empresa encargada de la recolección de basura, con quien mantuvo un largo conflicto.
El nuevo contrato fue denunciado por la oposición, además de los movimientos ecologistas, ya que -aseguran- algunas cláusulas que beneficiarían al concesionario.
La oposición criticó que se le reconozca a la empresa Relisa una deuda de casi $ 1.000 millones por servicios de disposición final que, según sostienen, nunca fueron realizados en los últimos 20 años.
Además, señalaron que el contrato elimina las multas que la comuna conducida por el independiente Arturo Rojas, e incluso por sus antecesores, había intentado cobrarle por el daño ambiental ocasionado.
En medio del debate de este punto, los movimientos ambientalistas arrojaron bolsas de basura, botellas y otros elementos residuales en el recinto, además de abuchear a los concejales del oficialismo y la oposición que levantaron la mano para aprobar el convenio.
La iniciativa fue acompañada por 17 de los 20 ediles, con votación nominal, y contó con el rechazo de los ediles Juan Pedro Arabarco y Mariela Meceiro, de Agrupación Comunal Transformadora y Felicitas Cabretón, una de las cuatro que integran el bloque de la UCR.