Las encuestas marcan una creciente indiferencia de los argentinos con respecto a los políticos y sus propuestas. Se suma a otros datos negativos, como un latente voto castigo y la decreciente participación en los comicios. Estrategias para romper el cerco
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Por Juan Manuel Suárez y Javier Garbulsky
La Real Academia Española de la lengua define como indiferente a quien “no se inclina a una persona o cosa más que a otra”. Y tiene una segunda acepción: “Que no muestra interés o afecto por alguien o algo”. El escenario preelectoral 2023 muestra algunos signos preocupantes de apatía y distancia entre la dirigencia política y el votante, un fenómeno que no por ser de vieja data deja de estar presente en el diseño de las campañas. Aunque los tiempos y el calendario permitan ajustar las estrategias, lo cierto es que muchas de las últimas encuestas, realizadas por las principales empresas, marcan un descreimiento, cuando no apa-tía, respecto de los políticos y su agenda. La sienten alejada de las necesidades de la gente de a pie y, en muchos casos, rechazan hasta escucharlos.
El relevamiento de Synopsis, dirigida por Lucas Romero, fue contundente al contrastar los datos fríos sobre participación electoral desde el regreso de la democracia a nuestro país, en el histórico 1983. Entonces, el 85,6 por ciento de los argentinos participó de las generales, en las que el radical Raúl Alfonsín se alzó con la victoria ante el candidato del peronismo, Italo Luder. Las cifras muestran una presencia de votantes que no bajó del 80% hasta 1989, cuando la afluencia de argentinos a las urnas se ubicó por debajo de ese guarismo (excepto un pico de 81,4% en las presidenciales de 2015, cuando Mauricio Macri dio el triunfo a Cambiemos).
En el caso de las legislativas, la tendencia fue en sintonía con las presidenciales: una baja constante de participación, con un descenso pronunciado en aquel triste 2001 (fue del 57,4%) y algunas marcas bajas, como en 2005 y 2009.
En las nacionales del 2021 solo votó el 71,7% del padrón, el porcentaje más bajo desde el ‘83, con una salvedad, aclara Synopsis: en el 2001 votó el 75% del electorado, pero solo el 57,4% tuvo participación efectiva. Sin embargo, el dato de participación no es el único que retrata el descreimiento y la lejanía que tiene la sociedad argentina respecto de su dirigencia, especialmente la política. También la falta de representación de la sociedad con los partidos políticos es un signo de la apatía por el acto eleccionario. Así lo reflejó el sociólogo Miguel Oliva al explicar a La Tecla que “la representación política queda fuera de foco y se genera un desinterés, ya que los grupos que quedaron por fuera de los sindicatos no encuentran representación, ni en el kirchnerismo ni en JxC”. También dejó conceptos claves para entender el descreimiento que atraviesa la política actual, al señalar que antes “había una serie de valores con una orientación determinada, como parecida a la religión, entonces eso se está secularizando. Se está perdiendo la identificación definitiva con algún partido político”.
En tanto que Gustavo Marangoni ensayó otro análisis sobre la apatía que se percibe y fue directo al considerar que “la política es una actividad que no le interesa a tanta gente como a los que nos gusta creemos”. En esa línea dejó en claro que “una parte muy importante de la sociedad está con otras preocupaciones, lejos de la discusión política”. Evidentemente, la crisis económica a partir de la inflación descontrolada es una de las principales motivaciones para comprender la falta de entusiasmo para con los comicios. Aunque los analistas también destacaron que es una tendencia mundial la baja participación en las contiendas electorales.
n el plano local, Marangoni explicó que “el vínculo con la política tiene sus altas y sus bajas, hubo momentos de que se vayan todos en el 2001 y después se recuperó el tema de la pasión por la política, y me parece que estamos en un momento de baja”. Este argumento tiene su correlato en lo que fue la escasa participación en la última elección legislativa, de 2021, y también en lo sucedido durante la reciente PASO de Juntos en La Pampa, donde votó apenas el 20% de un padrón habilitado de 265.000 electores.
Los especialistas consultados por La Tecla también se refirieron a las herramientas que tienen los equipos de campaña para contrarrestar la falta de entusiasmo de un sector de la sociedad, y consideraron que todos estos recursos de marketing político que se utilizan en las campañas están muy sobredimensionados. Observando la creciente apatía frente a las elecciones que se aproximan, los equipos tendrán que poner en juego todo su ingenio para crear un escenario que seduzca a un electorado que se muestra mucho más preocupado por llegar a fin de mes, con comida en la alacena y la heladera, que por tener que ir a votar una vez más.
GUSTAVO MARANGONI “Para los menores de 30, la política es aburrida, les suena a chamuyo”
El analista Gustavo Marangoni consideró los motivos de la apa-tía en la sociedad de cara a las elecciones. “Hay que hacer un corte en la franja de los 30 años: para abajo, la relación con la política es de escepticismo y distancia. No solo por los resultados económicos o la expectativa de futuro, sino más por una cuestión de lenguaje que marca más la distancia”, aseveró. En ese sentido, el expresidente del Banco Provincia insistió en que “los jóvenes dicen que además de no entender la forma en que plantean los temas, los aburre, hay una incomprensión en general. Cuando les hablan del largo plazo, no les interesa”.
En contraposición planteó que “de los 30 a los 60 años, todavía hay parte de una cultura más del siglo XX en cuanto a la forma de comunicar”, aunque evaluó que “si yo uso las redes sociales, las utilizo con el formato de una persona de mi edad, pero hay muchos políticos que utilizan el Twitter como la vieja gacetilla de prensa, y cuando quieren comunicarse con los jóvenes utilizan las herramientas que utilizan ellos, pero, en realidad, la usan con la lógica de 30 años atrás". Para graficar esta situación, Marangoni sostuvo que “hoy en la Argentina, el 50% de la población es menor de 30 años”. Enfocado en esa línea insistió en que “para los menores de 30 años, el tema de la política es aburrida, les suena a chamuyo. No se informan por noticieros ni por medios papel, lo hacen por las redes; está más fragmentada a la parte emocional, y los mayores les hablamos desde una parte pretendidamente racional”.
Finalmente recalcó que “los pibes están todo el día con el streaming: con el Kun Agüero, con Coscu. No es imposible conectar, pero es difícil, para eso están los equipos de campaña”.
MIGUEL OLIVA - ASOCIACION DE SOCIOLOGOS DE LA RCA. ARGENTINA “La crisis económica hace que los lazos sociales se debiliten”
El presidente de la Asociación de Sociólogos de la República Argentina, Miguel Oliva, afirmó que “hay un descreimiento en el sistema político que se refleja en el desinterés en el acto eleccionario. Hay una apatía muy grande”. Para sostener esa definición destacó que “eso se condice con la cantidad de jóvenes que se van al exterior, hay muchos indicadores que nos hablan de una falta de perspectiva a futuro que impacta en la poca participación en la vida política”. Oliva advirtió que “los procesos económicos son interacciones sociales, y cuanto menos intercambio económico hay significa menos trabajo, todo eso implica menos interacción social y más descreimiento sobre el futuro”.
En ese sentido, el sociólogo recordó que “en otros tiempos, todo lo que era la inserción en el mercado de trabajo te organizaba la vida en cuestiones de tener un seguro de salud y otros derechos, que te permitían ser pobre pero con una vida previsible; lo que ha pasado es que el crecimiento de la informalidad y la desocupación sacó a mucha gente del mundo laboral y se ha perdido la previsibilidad a futuro”. Por otra parte consideró que “hay una masa de gente sin representar. No hay un partido político que represente a las organizaciones de trabajo, a los sectores pobres o a los piqueteros, por ejemplo”.
También alertó que “la crisis económica hace que los lazos sociales se debiliten, porque tenemos menos intercambios”. Finalmente dijo que “hay un proceso importante de descreimiento, porque acá nadie sabe qué va a pasar en el país en los próximos 30 años”.
CARLOS GERMANO “Un sector grande de la sociedad no está percibiendo el futuro”
El analista político Carlos Germano se expresó sobre la falta de interés de muchos argentinos de cara a las elecciones: “A mí no me llama la atención que un cuarto de la sociedad argen-tina no tenga definido el voto; al menos, en mi experiencia profesional no es nuevo. Esto sucede, y se puede agravar más, con la desconexión que hay entre sociedad y dirigencia polí-tica. A los dirigentes les está costando mucho mirar las necesidades y preocupaciones de la sociedad”.
En ese sentido atribuyó el desinterés y la apatía al “grado de profundidad de la crisis que vive la Argentina”, aunque aclaró que “faltando varios meses para las elecciones es bastante normal”. De esa forma, Germano precisó que el grueso de los indecisos se ubica en la franja etaria que va desde los 20 hasta los 40 años. “Es un sector grande de la sociedad que no está percibiendo futuro. Y con una situación cada vez más crítica, me pa-rece que el candidato que pueda empezar a definir una salida va a poder conquistar a este electorado”. En esta línea aseguró que “el discurso menemista de ‘si decía lo que iba a hacer no me hubieran votado’ quedó en desuso, ya que lo que está pidiendo hoy la sociedad es cómo seguimos para adelante y hacia dónde”.
Para Germano, “en la medida que el candidato pueda responder a eso, los niveles de indecisión irán bajando claramente”.
DANIEL IVOSKUS “Ningún ciudadano está queriendo escuchar propuestas todavía”
El experto en comunicación política Daniel Ivoskus sostuvo que “no es raro lo que está pasando, porque la política y los partidos políticos quieren meter temas que le interesan a ellos, y no a la gente. Ningún ciudadano está queriendo escuchar propuestas todavía, ni saber qué quiere un candidato, ni verlos en formato candidato. Porque no estamos en el escenario electoral, hoy es tiempo de posicionamiento. O sea: ¿A quién vas a representar?, ¿Qué posiciones tenés frente a los determinados temas que van surgiendo?”. El exdiputado provincial cree que irá disminuyendo el número de “apáticos”, y recomendó a quienes quieran ser candidatos “trabajar en tu identidad, es una cuestión de posicionamiento, cuando ponés la palabra lanzamiento de candidatura ya está, todo lo que viniste haciendo lo tiraste a la basura”.
En referencia a los caminos para llegar a ese voto distante, Ivoskus dijo que “hay distintas formas de conectores de poder interpelar a ese público que no tiene que ver con el discurso político tradicional. Milei le habla desde la antipolítica, hay otros que le pueden hablar a través del deporte, por llamarlo de alguna forma, en términos de actividades que convoquen a sectores juveniles, cul-turales. Pero no es en los formatos tradicionales, no es pintando una pared o colgando un pasacalle”.
Por último consideró que “hoy las campañas modernas buscan la construcción de sistemas de comunicación, que tengas digital, medios tradicionales y contacto territorial. Y no descartar nada, como TikTok, que es algo de lo más moderno. A veces te dicen ‘no, yo en TikTok, no, no voy a hacer el ridículo’, y podés tener un mercado de ocho millones de jóvenes, tal vez sea el único canal para hablarles”.
LUIS ROSALES “Si ven algo de marketing político, no te lo van a escuchar”
El periodista y jefe de campaña de José Luis Espert , Luis Rosales, aseguró que la apatía “es una realidad que comparten prácticamente todas las democracias occidentales. En Europa, en EE.UU., donde el voto es voluntario, puede llegar a haber un 40 o 50% de la población que no participa. El drama se da cuando el voto es obligatorio y hay un 20% o más que no vota ni se informa”.
El también excandidato a vicepresidente sostuvo que “en el mundo hay un fenómeno creciente de descreimiento de los electorados respecto de las dirigencias en general”, y añadió que “se nota una especie de gatillo que desciende, que estaba dando vueltas, y necesitaba un disparador para que explotara ese enojo, y fue la pandemia”. En cuanto a la población que no acepta un panfleto, no ve ni escucha nada relacionado con la política, Rosales consideró que “es cierto que eso existe, pero esa gente tiene redes sociales, y los candidatos van a tener que empatizar con esa emoción dominante. Ahora, bien, tenés que jugar con la verdad, no tenés que armar nada de marketing político. Si huelen algo de marketing político, no te lo van a escuchar; se avivan en dos minutos de que hay producción, de que hay un guion, hay camelo; si hay un discurso estructurado, armado, con estrategia política”.
El comunicador agregó que “la única forma de seducir al que está enojado es con alguien a quien acepten. Y aceptan muy poco. Aceptan al que ve que puede patalear o ir en contra del objeto o el tema por el que está enojado”. En cuanto a la interna de Juntos en La Pampa, donde hubo bajísima participación, dijo: “Hay que ponerlo en relativo, porque es La Pampa, es chico, es una interna; pero es una señal y hay que prestarle mucha atención”.