Con la campaña en marcha y las elecciones cada vez más cerca, las plataformas virtuales vuelven a cobrar protagonismo. Cuál es su importancia y qué incidencia tienen en las urnas.
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La incidencia de las redes sociales en los procesos políticos es una realidad: constituyen la nueva arena de quienes se disputan el poder. Así como el común de la ciudadanía, la política no fue ajena a la irrupción de la virtualidad en nuestra cotidianidad.
Sin importar género, edad ni color partidario, los políticos debieron adecuarse a la vorágine de las redes y acostumbrarse a mediatizar pensamientos, propuestas y experiencias personales. Facebook, Twitter, Instagram, Tik Tok y Twich, entre otras, se complementaron rápidamente con las vías de comunicación tradicionales, ofreciendo una alternativa atractiva y novedosa.
Los primeros en entender su funcionamiento y usarlas a su favor fueron los espacios opositores. Con una campaña que incluyó vivos en Facebook, posteos de su intimidad familiar en Instagram e interacciones casi diarias con decenas de usuarios en Twitter, Mauricio Macri lideró el ranking de candidatos con mejor imagen y se quedó con la victoria en las elecciones presidenciales en 2015. La tendencia continuó acentuándose.
En los últimos días, candidatos como Diego Santilli (PRO), Maximiliano Abad (UCR) y Horacio Rodríguez Larreta (PRO) optaron por lanzar sus candidaturas de forma exclusivamente virtual. Sin embargo, cada espacio tiene su red social predilecta.
Mientras los referentes PRO optan por una estrategia comunicacional basada en Tik Tok, donde buscan acercarse a los más jóvenes mostrando un perfil distendido, los libertarios se encumbran en Twitter con debates álgidos y que no se extienden más allá de los 280 caracteres, y los radicales lideran los números en Instagram, con publicaciones más tradicionales.
Por su parte, el oficialismo reparte sus estrategias en distintas plataformas pero no se destaca en ninguna. Con el foco puesto en informar sobre actos de gestión e instalar tópicos en la agenda mediática, gran parte de los funcionarios prefiere hacer de lado el marketing personal y evitar que la atención se centre en otro lugar que no sea el proyecto nacional y popular.
No obstante, dos políticos rompen el molde: Axel Kicillof y Victoria Tolosa Paz. El gobernador bonaerense cuenta con perfiles en todas las redes sociales: es el único que tiene Tik Tok. Y la ministra de Desarrollo Social de la Nación, quien comparte constantemente su cotidianidad con sus seguidores, no pasa inadvertida y se consolida como una de las usuarias más activas del Frente de Todos.
Y si bien está claro que la cantidad de seguidores nada tiene que ver con los votos, gestionar adecuadamente la virtualidad y captar simpatías es casi clave para hacer política en esta era.
Analía Del Franco: “El uso de redes trasciende géneros”
En diálogo con La Tecla, la politóloga Analía del Franco afirmó que “las redes llegaron (a la política) para quedarse”. Asimismo señaló: “El uso de redes surgió hace un par de años como un boom especialmente de la gente de Juntos por el Cambio, a partir del 2015, sobre todo. Hoy ya no hay diferencias, las usan todos.
Recordemos que Cristina, en 2019, anunció quién era su candidato a través de un spot en redes”. En este marco, Del Franco consideró que se trata de un fenómeno que “trasciende a todos los géneros, edades y partidos políticos. Hoy, cada funcionario o candidato tiene su asesor o community manager, antes no existía eso”. Asimismo comparó la irrupción de las redes con la de la televisión a color. “Me tocó vivir los años 80, la videopolítica: los políticos salían en la tele. En ese momento había muchos que me preguntaban ‘¿es necesario ir?’.
Mi respuesta siempre fue sí. Lo mismo pasa ahora: es necesario tener redes sociales. Se van incorporando nuevos canales de comunicación y hay que adecuarse”.
Gustavo González: “Las redes son importantes, pero no definen votos”
Gustavo González, politólogo e integrante del Centro de Investigación y Sondeo de la Opinión Pública de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), afirmó que actualmente “la política sabe que no puede no tener redes sociales, no tenerlas en cuenta, no emitir un mensaje o interactuar con el público”.
El especialista recordó que “con los medios de comunicación tradicionales, el plano político tenía una dinámica aceitada, pero con la llegada de las redes sociales se estableció otro tipo de lógica”. En este marco consideró que el PRO fue el partido que mejor comprendió el impacto de las redes en la política. “Desde un principio demostraron que saben trabajar bien en ese terreno. No obstante, durante su gestión se hicieron los ‘timbreos nacionales’, porque entendían que no se podían dejar de lado las campañas tradicionales: el puerta a puerta, los afiches, las pintadas”.
Indicó además que “en algunas encuestas que llevamos a cabo desde el CISEOP descubrimos que uno de cada dos personas tiene en cuenta a las redes sociales a la hora de votar. Sin embargo, eso se desacopla en las personas mayores. Eso quiere decir que sí, son importantes, pero no definen votos (…) Las redes sociales no determinan el triunfo, porque el voto es multicausal. El sujeto vota a partir de un montón de cosas: coyuntura, economía, ideología, contexto”. En ese sentido, González remarcó la necesidad de no abandonar las vías tradicionales, a través de las cuales sí es posible “entablar un vínculo más real con el electorado”.