31 de diciembre de 1969
Entrevista
“El Gobierno quiere dar una señal al Vaticano”
Juan Pablo Cafiero llegó al Vaticano como embajador argentino.
Antes de partir habló con La Tecla
sobre los objetivos fijados, sus expectativas, la dificultad de alejarse de la familia y hasta de la emoción de su padre cuando se enteró de
la designación
La casa de los Cafiero es un verdadero caos. Maletas, maletines, valijas y
bolsos desparramados por todos lados. Ocurre que Juan Pablo ultima los detalles para emprender el viaje. El Vaticano lo espera. En un par en horas se tomará en Ezeiza el vuelo que lo depositará en Roma. De trabajar junto a Scioli en la provincia de Buenos Aires pasará a ser el embajador argentino en la Santa Sede. En una entrevista con La Tecla, a sólo dos días de emprender una nueva e intrincada tarea, el hijo de don Antonio Cafiero cuenta, entre otras cosas, cuáles son los objetivos que deberá cumplir en su nuevo cargo y lo difícil que se le hará estar lejos de la familia. También habla de la relación del gobierno argentino con la Iglesia, y da su opinión acerca del desempeño del papa Benedicto XVI.
Luego de la renuncia del gremialista Carlos Custer y de que el Vaticano rechazó el plácet del ex ministro de Justicia Alberto Iribarne, la embajada argentina en el corazón de la Iglesia Católica quedó acéfala por un largo tiempo. Hasta que la Presidenta pensó en Juan Pablo Cafiero y le ofreció el puesto. La respuesta del ex ministro de Seguridad bonaerense fue positiva, su plácet fue aceptado y desde el martes 11 es el nuevo embajador argentino en funciones en el Vaticano.
-¿Fue difícil tomar esta decisión?
-Fue sorpresivo, porque yo estaba trabajando con el gobernador Scioli. Me llamaron de la presidencia de la Nación para contarme sobre esta situación, que estaba pendiente de resolución la designación de un titular en la embajada argentina en la Santa Sede. Lógicamente, me parece que es un desafío importante, y que voy a tratar de cumplir la tarea de ayudar y de intentar poner las relaciones bilaterales en una mejor sintonía. Aunque no es mala, ni nada por el estilo. Sólo que hacía meses que Argentina había propuesto un embajador y ese embajador no recibía el plácet de la Santa Sede.
-¿Por qué crees que se fijaron en vos?
-Es una combinación de factores. Lo primero es que hay dedicarse al tema con profesionalismo, tener una simpatía política con quien te llama, en este caso, la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
-El hecho de que tengas una familia bien conformada, ¿también tuvo mucha incidencia?
-Creo que no es una condición sine qua non. Está dentro de los requisitos del país receptor.
-¿Crees que va a resultarte muy difícil estar lejos de la familia?
-Separarme de mi familia me cuesta muchísimo en este momento. Es una cosa muy personal. Lo vamos a poder solucionar. Lo hace mucha gente, creo que también lo voy a poder hacer yo.
-¿Como te llevás con internet, messenger, webcams?
-Muy bien, no tengo problemas.
-Tu padre estuvo muy cerca de desempeñar este puesto.
-Fue designado días antes del golpe de estado del 24 de marzo de 1976, y no logró en ese plazo presentar sus cartas credenciales al Santo Padre, en ese momento, Paulo VI.
-¿Qué fue lo que te dijo cuando se enteró de que ibas a ocupar ese cargo?
-Está muy entusiasmado. Mucho más entusiasmado y contento que yo. A mí me sorprendió un poco el volumen de la decisión. Se trata de una definición muy importante del Gobierno. Que hayan confiado en mí me da mucha fuerza y confianza para encarar esta nueva tarea.
-Estabas trabajando junto al gobernador Scioli, ¿qué dejás en la Provincia?
-Nosotros trabajamos junto al equipo del jefe de Gabinete en el tema de la reforma política y reforma del Estado. Los proyectos fueron entregados, y estimo que se seguirá trabajando en forma conjunta con los bloques legislativos.
-¿A qué se tiene que dedicar la persona que ocupe el cargo que vos dejás?
-Tiene que continuar con el mecanismo de diálogo que habíamos instalado con la Legislatura provincial y tratar que se transformen en leyes todas las cuestiones vinculadas con consultas, iniciativa, presupuesto participativo, proyecto de creación del organismo de estadística y censo de la Provincia; normalizar la cantidad de representantes en los concejos deliberantes sin modificar el gasto político; en fin, toda una serie de iniciativas que fueron presentadas y que fueron bien vistas por el gobernador Scioli.
-¿Este es el comienzo de una carrera diplomática?
-No, yo no pertenezco a la carrera diplomática. Es una especialización. Se trata de personas que han dedicado toda su vida a estudiar el servicio diplomático y tienen una dedicación que es completa a esta tarea. Yo pertenezco, como otros, al grupo de embajadores que son designados porque el Gobierno quiere dar una señal política importante al estado receptor. Soy un embajador más del sector político del Gobierno que de la carrera de servicio exterior. Muchas veces, es una forma de encarnar una relación más privilegiada y de ofrecerle al otro estado un vehículo mucho más directo para resolver cualquier diferendo.
-¿Ya tenés mucha tarea asignada para cuando pises la Santa Sede?
-Tengo una agenda de trabajo importante. Hay que hacer hincapié en una serie de temas que están pendientes y que queremos resolver. La agenda es, sobre todo, política; busca encontrar acuerdos, consensos, evitar desacuerdos, comunicarnos las cosas con anticipación. Creo que vamos a profundizar lazos, porque tenemos muchas cosas en común.