En la previa a las PASO se intensifican los reacomodamientos en los diferentes partidos y frentes, con serios cuestionamientos a los dueños de la lapicera y el látigo.
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Los últimos tiempos evidencian un serio deterioro de algunos liderazgos, un efecto alentado por la multiplicidad de opciones electorales (2023 marca un récord de postulados).
En diálogo con La Tecla, el director de la consultora Circuitos y analista político Pablo Roma aseguró que “en Unión por la Patria el liderazgo, la lapicera, la tiene Cristina, o la tiene Massa, y ahí hay una dificultad. Y lo de Grabois sí expresa un cuestiona miento a la conducción de Massa como candidato del espacio, un espacio más heterogéneo, con diferentes visiones. Y ahí veo un cuestionamiento a esa homogeneidad, y es disruptivo”. Añadió: “En el caso de Juntos veo que hay una discusión, una disputa no solamente electoral sino por el liderazgo y el poder dentro del PRO”.
Roma explicó que “hay un debilitamiento de los partidos tradicionales, que ninguno puede gobernar por sí solo, que hay un pro ceso de heterogeneidad muy grande, sobre todo en el peronismo; un proceso de distorsión que hace muy difícil que un sector pueda, sobre todo después del 2015, animársele al kirchnerismo. Hay más discusión por el poder, y eso genera crisis, que rompen situaciones que parecían más claras”.
Al respecto, el consultor Aníbal Urios, director de DC, afirmó: “Lo que se está observando es que la gente ve personas, no ve más a los partidos. Y esta elección es una trampa, en esta elección no podés elegir personas porque eso se puede dar si fuese voto electrónico, son muy pocos los que cortan boleta. El tema es que las personas están sobre las estructuras, y al caerse las estructuras conocidas se caen los líderes, que son los que tenían las lapiceras partidarias”.
Agregó que “en el caso de Cristina, Macri o Alberto son líderes en retirada, ninguno se presenta porque a ninguno le da para ganar. Empiezan a ser cuestionados, cada vez los líderes son más fugaces, no existen más los Alfonsín o Menem. El de Cristina podría ser algo parecido, el último que queda parecido a esos”. Y explicó que “están asomando otros liderazgos que son jóvenes, muchos por debajo de los 40 o 50 años, que entienden el juego y hacen campañas de otra manera. Pero si a la gente no les gusta, se los saca de encima enseguida”.
Jaque a los referentes El desafío a conocidos dueños de la lapicera en varios espacios
* En el oficialismo, la vicepresidenta Cristina Fernández sigue manteniendo su centralidad, aunque no pareciera ser la dueña y señora única al momento de las definiciones. Así, tras la sorpresiva irrupción de Sergio Massa como pre candidato de Unión por la Patria -con Agustín Rossi como copiloto y la efímera precandidatura de Wado de Pedro, algunos sectores “se le animan” a la hasta hace poco hacedora única de candidatos. Pese a la existencia de quienes ven una mano de Cristina y Máximo Kirchner en la postulación de Juan Grabois, lo cierto es que el dirigente de UTEP se le anima al ministro de Economía, sacando los pies del plato, y se anota en la primaria del oficialismo.
* Algo similar ocurre en Juntos. Horacio Rodríguez Larreta puso en cuestión el liderazgo de Mauricio Macri y disputa con Patricia Bullrich ese privilegio. La riña en el PRO no es la única: el titular del Comité Nacional de la UCR, Gerardo Morales, dirime el poder con otros sectores internos, que contaba hasta hace poco con las aspiraciones de Facundo Manes.
El exprecandidato presidencial acaba de dar su apoyo a Rodríguez Larreta, mientras que su tropa bonaerense, liderada por Maximiliano Abad, cerró acuerdos con el sector de los halcones amarillos. A nivel provincial, el “vidalismo” quedó desdibujado en las últimas horas, cuando María Eugenia Vidal se alineó con Larreta y Santilli y fue repudiada por sus muchos de sus leales. al menos hasta ese momento. “Estoy decepcionado”, aseguró Cristian Ritondo, una de sus principales espadas y que adhirió a la propuesta de Bullrich y Grindetti, rompiendo con su lideresa.
A nivel municipal sucede otro tanto, con antiguos “pollos” desafiando el poder de sus mentores. Tigre es un caso testigo, con Julio Zamora retobado y dispuesto a disputar la hegemonía a Sergio Massa y a su esposa, Malena Galmarini, su rival local, por el control de ese distrito del Conurbano.
Desplantes a derecha Liberales y libertarios, en la picota
El jaque mate a los líderes se extendió a la derecha, afectando a dos referentes del liberalismo. Uno de los más cuestionados es el economista José Luis Espert, quien sumó su sello, Avanza Libertad, al sector de Juntos que comanda Horacio Rodríguez Larreta (encabeza la lista de postulantes a senadores nacionales).
La jugada provocó la reacción del último diputado provincial que tenía, Guillermo Castello, quien abandonó el bloque y armó su espacio, Libre. Antes había sufrido el exilio de los otros dos liberales en la Legislatura: Nahuel Soleto y Constanza Moragues, quienes emigraron al espacio de Javier Milei.
En el caso del libertario fueron decenas las denuncias que recibió por manejos inadecuados en su política de alianzas y hasta por compra-venta de candidaturas, varias de ellas en la provincia de Buenos Aires.
Además, en varias provincias le dieron un portazo en la cara, con mayor o menor virulencia, que pusieron en jaque su liderazgo en el espacio que podría terciar en las elecciones y convertirse en una sorpresa, según las encuestas.