Vía La Tecla Mar del Plata
"No sé quiere lo que no se conoce", reza el dicho popular. En el lenguaje de la política el cariño podría ser reemplazado por el convencimiento o la persuasión, potenciados en años electorales. A solo semanas de las generales las cuatro listas en competencia buscan conquistar la voluntad popular, en especial de aquellos que no asistieron a las urnas, votaron en blanco u optaron por otra fuerza. Con la oferta sobre la mesa, ¿quiénes son los sujetos de demanda?
Según la Cámara Nacional Electoral, General Pueyrredón cuenta con 569.590 electores a los que hay que sumar casi 20.000 extranjeros que cuentan con padrón propio. De esta manera la comuna se ubica como el segundo distrito en tamaño de la Provincia solo por detrás de La Matanza, lo que convierte al Municipio en una pieza clave no solo por la intendencia en sí sino para la lucha para meter legisladores de la Quinta Sección y apuntalar las chances en la elección de Gobernador.
En total hay 296.429 mujeres (52%) y 273.135 hombres (47,9%). En términos de edad, el grupo más amplio es el que va de 40 a 69 años que acumula 250.407 electores, es decir, 43,9% del padrón. Por su parte, 233.300 votantes (41%) corresponde al segmento de los sub-40, uno de los grupos más estudiados por el peso a nivel nacional y por los canales de circulación de información propios del siglo XXI. El podio lo completan los mayores de 70, es decir, los nacidos hasta 1953 y que se encuentran exentos de votar. Este sector está compuesto por 85.778 ciudadanos, el 15% del total.
Los estudios del padrón marcan que Libertad Avanza mide mejor entre hombres jóvenes, en especial en el segmento de 16 a 34. Unión por la Patria, por su parte, gana vigor entre 35 y 60 y es quién tiene mejor referencia ante las mujeres. Juntos por el Cambio se impone en los mayores con una leve ventaja para el género femenino.
No obstante, la foto del padrón excede la cuestión de género y edad. ¿Cual es la realidad del electorado? El último dato laboral provisto por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) volvió a ubicar a la comuna en la “cima” de distritos en materia de desempleo a nivel país: 8,3% (26.000). Por su parte, los subocupados llegaron al 10,5% (33.000) y los ocupados demandantes de otro empleo fue del 13,9% (44.000). Esto abre varias aristas a la hora de ir a conquistar al voto que se encuentran ancladas a lo nacional como la pérdida de poder adquisitivo y la informalidad. En cuánto a la responsabilidad local, la tendencia de los últimos 10 años marca que la política no puede salir de la estacionalidad. El verano funciona como paliativo para el comienzo del año que no logra sostenerse en el segundo, tercer y cuarto trimestre.
La pobreza es otro de los ejes que atraviesa al padrón. El índice de los primeros seis meses del 2023 develó que el 31,5% de marplatenses y batanenses no logran hacerse de la Canasta Básica Total (CBT). Se trata de 207.000 personas a las que se suman 42.899 (6,5%) bajo la línea de indigencia, es decir, que no pueden acceder a la Canasta Básica Alimentaria (CBA). Si bien no todos los ciudadanos afectados por la problemática están en condiciones de votar, la variable continúa siendo alta en relación a los electores.
La tarea para las cuatro listas en pugna no es solo la de ir a la caza sino también retener un electorado que se muestra más reacio y divorciado de los comicios, algo reflejado en las casi 200.000 personas que no asistieron a las urnas en las primarias. ¿Dónde va el voto joven? ¿Dónde el de los adultos mayores? ¿Cómo impactarán la pobreza y el desempleo? ¿De qué modo direccionarán el voto las preocupaciones del electorado? El final es abierto.
¿Qué preocupa a los electores?
El Observatorio de la Universidad Fasta realizó un relevamiento acerca de las preocupaciones de los marplatenses en torno a la realidad nacional. La inseguridad se ubicó como principal inquietud entre los encuestados, con un 73% de menciones. El segundo lugar fue para la inflación, con el 55,3%. Ambas variables mostraron un crecimiento respecto
al 2022. Más atrás quedaron la infraestructura y la calidad educativa (37%), la desocupación (32,7%) y la pobreza/indigencia (29%). En el plano local, la inseguridad repite el “oro”, siendo la problemática más mencionada (80%). El estado de las calles aparece segundo, con 36,7%, y la desocupación completa el podio, con 32,7%. La inflación vuelve, pero recién en la cuarta posición, lo que habla de un anclaje más atado al país que a la Comuna. Quinto y sexto puestos son para educación (25%) y salud (22%).
La visión negativa aparece como
otro eje transversal: respecto a lo nacional, el 25% cree que se va a mantener igual y el 42% que va a empeorar. En cuanto a lo local, los valores se invierten: 42% advierte continuidad y 25%, agudización. Solo el 13% piensa que la situación puede cambiar a nivel país y el 16%
a nivel Comuna. Los de la categoría “no saben” promedian 20%
El desafío de los exentos: jóvenes y jubilados
En un ya de por sí difícil escenario para la política, distanciada de la gente, hay dos grupos de electores que representan un desafío doble: quienes están exentos de votar. En primer
lugar están aquellos mayores de 70 años, que acumulan la friolera de 85.778 votantes (15%) del padrón. Si se toma el número de forma absoluta representa casi dos concejales. Por otro
lado se ubican jóvenes entre 16 y 17 años (con DNI actualizado), que tienen el derecho, mas no la obligación, de votar. Dicho grupo, nacido entre 2006 y 2007, llega casi a 15.000.
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