¿Kicillof presidente del PJ?: el inicio de un operativo clamor que profundiza la interna
La versión trascendió luego de un encuentro entre el Gobernador y el dirigente sindical Facundo Moyano. El objetivo sería destronar a Máximo Kirchner, con quien el oficialismo mantiene sus diferencias.
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Si algo le faltaba al escenario político actual, era una nueva interna. En realidad, se trata de una vigente, pero que podría escalar a otros niveles si se confirma la versión que el gobernador Axel Kicillof podría postularse para presidir el PJ Bonaerense.
Como se sabe, el partido debe renovar sus autoridades, pero todavía no hay fecha de elecciones. Sin embargo, desde un sector del peronismo ya se puso sobre la mesa una eventual postulación del mandatario provincial.
La idea es que Kicillof compita en una interna con la actual conducción del PJ Bonaerense, en manos de Máximo Kirchner, con quien el mandatario y parte de su equipo mantiene ciertas diferencias.
La noticia se dio a conocer luego de la reunión que el Gobernador mantuvo con el dirigente sindical Facundo Moyano en Casa de Gobierno. Según expresa el comunicado que publicó el propio ex diputado, en el encuentro “se pusieron en común diferentes posturas con respecto al contexto sociopolítico actual, el futuro de cara a las próximas elecciones y sobre la conducción del Partido Justicialista”.
“Sobre este último tema, según trascendió luego de la última reunión del Consejo Provincial del PJ, las elecciones se adelantarían a diciembre de este año para que otros sectores del peronismo busquen tener representatividad en ese esquema partidario”, añade.
Y destaca que “en ese sentido, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, se perfilaría a ser el elegido en una interna con el actual representante, Máximo Kirchner. Lo cierto es que aún no hay certeza sobre la fecha para definir la renovación de autoridades en el peronismo bonaerense, aunque se daría luego de la definición electoral nacional y provincial”.
Axel, el compositor
La reconfiguración del espectro político es inminente, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, que tiene sus elecciones el 22 de octubre. El peronismo atraviesa momentos de suma delicadeza, luego del escándalo de las tarjetas de la Cámara de Diputados y del affaire de Martín Insaurralde, que provocó su salida abrupta del Gobierno bonaerense.
La sociedad de Máximo Kirchner con el ex jefe de Gabinete quedó bajo la lupa en plena carrera electoral y en medio de la disputa interna en Unión por la Patria (UP). Axel Kicillof pilotea en la tormenta y busca construir una base de poder sólida. La pelea por el bastón de mariscal, las intenciones de componer nuevas melodías y la fidelidad a Cristina Fernández forman parte de la agenda.
“Los que mandan son los resultados, y si gana Axel es natural que sea conductor”, manifestó un viejo lobo de mar que navega por las aguas del peronismo. Nada que sorprenda si se recurre al manual del justicialismo, pero sí grafica los tiempos que se viven en el oficialismo. Las señales de acercamientos y distanciamientos son varias, por lo que tiñen la campaña de UP de una puja sin cuartel -que ahora entra en una nueva fase- por la conducción del espacio.
El acto realizado en el Club Defensores de Cambaceres la semana pasada dejó una fotografía de cómo se encuentra UP. Hubo presencia plena de las tribus, pero las incomodidades se hicieron notar. Por eso, en medio de un clima tirante, cada cual eligió sentarse con el que mejor se lleva. Incluso llamó la atención que en la imagen final solo estuvieran Axel Kicillof - Verónica Magario, Sergio Massa - Agustín Rossi y el anfitrión, Mario Secco.
“Todos y Unidos”, fue el lema de la jornada, pero -a diferencia de otras puestas en escena- no contó con una foto en la que aparecieran candidatos y dirigentes a otros cargos, entre los que se encontraba Máximo Kirchner, primer postulante a diputado nacional.
“El peronismo tiene un proceso electoral enfrente que nos fuerza a estar todos ahí, algunos con más ganas y otros con menos; y cuando se termine este proceso está claro que nuestro espacio político no va a seguir tal cual llegó hasta acá. Así como también veo enfrente la misma situación”, describió un dirigente con despacho en la Legislatura. “¿Es lo mismo Máximo que Massa y Axel Kicillof, que son los que pusieron la cara? Está claro que no, y eso es lo que reconfigura el mapa”, sentenció.
La Mesa de Ensenada cobró gran protagonismo luego de llevar adelante, junto a organizaciones sociales y sindicales, un acto multitudinario como hace tiempo no se veía. De hecho, en el círculo íntimo de Kicillof lo comparaban, por la gran convocatoria que tuvo, con aquel que hizo Cristina en La Plata en diciembre de 2022, llamado “La fuerza de la esperanza”.
Quienes frecuentan al grupo señalan que “no es una estructura cerrada” y recuerdan que, entre otros, se encuentran Mario Secco, Jorge Ferraresi, Fernando Espinoza, varios intendentes del interior, Gabriel Katopodis, la Corriente Federal de los Trabajadores, el Frente Sindical para el Modelo Nacional, las dos CTA y La Patria es el Otro.
“Claramente es el grupo que jugó hasta el último minuto para que la candidata fuera Cristina”, contaron a La Tecla, y afirmaron que “hubiera sido un gran error abrirse de la coyuntura política porque no se dio lo que en su momento se planteaba”. Asimismo añadieron que “no podemos quedarnos sin iniciativa, estamos en la provincia de Buenos Aires y Axel está a la cabeza”.
La discusión tensa la cuerda con Máximo Kirchner, quien preside el PJ bonaerense y lidera La Cámpora. Además, dentro de sus sectores afines, entre otros, aparecen Nuevo Encuentro y la estructura que aporta Martín Insaurralde junto a los intendentes con los que posee lazos cercanos.
La controversia que envolvió al alcalde en uso de licencia de Lomas de Zamora no sólo provocó su salida del gabinete -aparte de la renuncia a su candidatura a concejal-, sino que también generó una fuerte caída en las acciones del tándem M y M en el esquema de poder del oficialismo bonaerense. El campamento de la dupla Máximo - Martín, junto a sus terminales territoriales y sectoriales, es mirado de reojo por las huestes del mandatario provincial, y el enojo crece también en otros cuarteles. Con la polémica del fin de semana, “el que más pierde es Máximo, porque apostó todo a Insaurralde. Eso le termina de dar la razón a Axel”, sentenció un jefe comunal encuadrado bajo la figura del Gobernador.
Desde otra perspectiva, fuentes cercanas al pensamiento de Kirchner señalaron que “no tenemos una confrontación con Axel, pero tenemos distintas posiciones; creíamos que era bueno que participara como candidato nacional y que había que priorizar eso”. A su vez, para dejar en claro su postura, afirmaron que “quien conduce es Cristina o quien ella elija para esa responsabilidad”. De todos modos admitieron que “la discusión por la conducción es lógica y entendible, hay que darla”, pero advirtieron que “nos parece meterle un quilombo más a una situación delicada en términos políticos generales. La discusión es con la derecha”.