El gobernador, Axel Kicillof, encara los últimos días antes de las elecciones en medio de reuniones para afinar detalles sobre el despliegue que hará Unión por la Patria (UP) este domingo. Con un cierre de campaña a toda mística peronista días atrás en el Conurbano, en la Gobernación se mantienen cautos con los pronósticos, pero se ilusionan con un resultado favorable en la provincia de Buenos Aires.

Desde el círculo íntimo de mandatario provincial dieron a conocer a La Tecla que durante la veda electoral Kicillof mantendrá “reuniones por temas de gestión y de armado electoral”. En tanto, en las últimas horas previo a la prohibición de actos públicos y proselitismo, brindará entrevistas a diferentes medios de comunicación.

Además de los encuentros propios del rol que ocupa, el Gobernador suele pasar el tiempo junto a su familia los días previos a la elección. Por lo que también no sería sorpresivo que en estos días de suma tensión y ansiedad se refugie en actividades con sus seres queridos en busca de distenderse.

Hasta el momento no se resolvió el horario en el que votará el domingo y, según adelantaron desde Calle 6, se confirmará durante el viernes. Al igual que en las primarias, el lugar donde sufragará será la Escuela Superior de Formación en Salud de la ciudad de La Plata, ubicada en calle 4 N° 962 entre 51 y 53. La mesa que tiene designada es la 9 y en el orden 24.

Para el cierre de los comicios, el mandatario se encontrará en la Residencia “hasta la hora de ir al búnker” de Unión por la Patria en la Ciudad de Buenos Aires. Asimismo, fueron invitados ministros y funcionarios del gabinete para esperar los primeros avatares de la jornada. De esta manera, repetirá la rutina tal cual la realizó el 13 de agosto. Tampoco se descarta un encuentro con Sergio Massa y Leandro Santoro, tal cual lo hicieron en Tigre en las PASO.

Los objetivos planteados por el oficialismo bonaerenses son claros: lograr la relección de Kicillof y aportar un caudal de votos a Sergio Massa para al menos llevarlo a una segunda vuelta. La incertidumbre a nivel nacional es mucho mayor que en la provincia de Buenos Aires. No obstante, desde la Gobernación no dan pronósticos y se mantienen cautelosos, sobre todo al no poder medir el impacto del caso de Martín Insaurralde.

La campaña estuvo signada por varios elementos y dificultades para el oficialismo provincial. Entre los escollos, además de lidiar con la oposición, también aparecieron las rencillas internas a medida que Kicillof cobraba mayor centralidad al tiempo que Cristina Fernández de Kirchner se corrió de la primera plana de la contienda electoral. 

La tensión causada ante la disputa abierta por el liderazgo en el peronismo en una nueva etapa política estuvo presente en gran parte del proceso electoral. El planteo de componer nuevas melodías generó rispideces el mandatario provincial y La Cámpora, liderada por Máximo Kirchner. 

La complejidad del escenario político y económico llevaron a generar un marco interno con una tensa calma en las últimas semanas. De todos modos, las señales en cada acción dejaron tela para cortar y presagian lo que podría suceder tras las elecciones. La denominada Mesa de Ensenada no solo se reconfiguró, sino que también comenzó a aportar volumen político a Kicillof. Compuesta por ministros, intendentes, organizaciones sociales y corrientes sindicales, el grupo funciona como un polo de poder que todavía se encuentra en plena construcción, pero con bases sólidas ya sentadas.

El último tramo de la campaña contó con tres jornadas que pintaron el cuadro de situación interno y las perspectivas de un sector cada vez más empoderado. Hubo actividades el 27 de septiembre en el Club Defensores de Cambaceres en Ensenada, el 7 del mes siguiente una caravana que cerró en La Matanza y el 17 de octubre en Avellaneda. Se trataron de actividades multitudinarias, con presencia de diferentes sectores y con mística peronista al palo. Mario Secco, Fernando Espinoza y Jorge Ferraresi se plantaron como los intendentes cercanos a Kicillof que fueron anfitriones de las actividades más representativas de UP en la provincia de Buenos Aires. 

Con el eje Ensenada – Matanza – Avellaneda alineado y la caída de las acciones de la dupla Insaurralde – Kirchner, la gestación de un nuevo campamento en el que también resalta la figura de Andrés “Cuervo” Larroque (conductor de La Patria es el Otro) comienza a generar la atracción de otros actores internos sueltos y descontentos. Incluso, ya hay varios que piden un cambio en la presidencia del Partido Justicialista bonaerense y hasta quieren que lo conduzca Kicillof.

"Puede haber puntos de vista distintos sobre temas, pero la verdad es que en nuestro frente político está el kirchnerismo, hay diferentes sectores del peronismo, está el Frente Grande, sectores del radicalismo; es un frente muy diverso", dijo el gobernador en la entrevista mano a mano que concedió a este medio. Luego, ante la consulta sobre si pensó en presidir al PJ, respondió: "No, la verdad que ni lo  consideré". Además, agregó: "Estamos en la recta final para las elecciones, y en este momento, mi único propósito es gobernar y seguir gobernando. No estoy pensando en reacomodamientos después de una elección que es muy incierta".

En este marco, entre reuniones por diferentes temas, Kicillof atraviesa los últimos días previos a la elección. El contexto económico es sumamente adverso para las grandes mayorías por lo que expresan su bronca con la dirigencia política en general y preocupa a Unión por la Patria. El lunes 23 será otra historia, mientras tanto la incertidumbre acompaña a todos.