13 de noviembre de 2023
INTERNA
El PJ bonaerense, la casa que a Máximo Kirchner le va a costar defender
Varios sectores del peronismo comienzan a evidenciar un disgusto cada vez mayor con la conducción del Partido Justicialista. El jefe de La Cámpora es uno de los principales apuntados ante los últimos hechos que pusieron al kirchnerismo en el ojo de la tormenta.
El proceso electoral en el que Sergio Massa busca derrotar a Javier Milei y llegar a la presidencia tiene a todo el oficialismo dedicado casi exclusivamente a lograr tal objetivo. Sin embargo, las tensiones internas afloran y no pueden -o no quieren- ocultarlas. En los últimas días Máximo Kirchner comenzó a ser apuntado por algunos sectores del peronismo que cuestionan su rol en plena batalla política contra La Libertad Avanza (LLA) y el macrismo.
Fuentes de un sector del peronismo bonaerense señalaron a La Tecla que “hay mucha bronca con Máximo” ante la polémica desatada por el caso de supuesto espionaje ilegal a funcionarios y dirigentes. El caso tiene como detenido al expolicía Ariel Zanchetta y ente los implicados se encuentra Fabián Rodríguez, el actual funcionario de AFIP mantuvo conversaciones con el principal acusado y entregó su teléfono a la justicia el viernes pasado con el objetivo de colaborar en la investigación.
De esta manera, en medio de la batalla judicial entre el oficialismo y la oposición con el juicio a la Corte de por medio, el camporismo se ve inmerso en una controvertida situación en la que se los acusa de montar una estructura para espiar a una larga lista de personas vinculadas a la política tanto del peronismo como del macrismo.
Tal situación estalló a pocos días del balotaje presidencial y es otro de los elementos por los cuales generó malestar en parte de Unión por la Patria que miran al jefe de La Cámpora como una de las figuras que deben dar respuestas al respecto. Del mismo modo, también dejaron trascender la bronca por la falta de combustibles que se dio recientemente y el rol que jugó YPF al respecto. Incluso, tal enojo también se hizo notar desde las filas del massismo.
En medio de esta situación, Máximo Kirchner se presentó este lunes como querellante por haber sido víctima de espionaje ilegal. En la presentación ante el Juzgado Federal N°8 a cargo de Marcelo Martínez de Giorgi, sostuvo “vengo a solicitar se me informe si aquella información resulta veraz y se me permita tener acceso a la documentación referida, a los fines de poder ejercer mis derechos procesales como particular damnificado (art. 82 del CPPN)”.
El presidente del Partido Justicialista bonaerense suma nuevos rechazos hacia el interior del peronismo. Su forma de conducir es cuestionada hace tiempo y el cierre de listas que diagramó lo distanció más de gran parte de las tribus. Por ese motivo, no son pocos los que ya piensan en un cambio de mando.
El propio Kirchner adelantó hace meses en diferentes reuniones que su intención es abrir el juego para que si hay dirigentes que quieran conducir el partido puedan presentarse a elecciones. El mandato del camporista concluye en el 2025 y sostenerse en la conducción comienza a ser más complejo. En ese marco, tiene en mente convocar a comicios entre diciembre y marzo de 2024.
Un intendente del Conurbano bonaerense dijo a este medio que la posible elección de autoridades podría ser en marzo de 2024. Sin embargo, no dio ninguna pista sobre lo que podría suceder a sabiendas que también será vital esperar el resultado de la segunda vuelta presidencial.
En la previa a las elecciones generales, había sectores del oficialismo que ya miraban se reojo a Kirchner y ponían en duda su compromiso para lograr la victoria de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires. Al mismo tiempo, también anotaron en una libreta para posteriores pases de factura el acuerdo político con Martín Insaurralde luego de que diera un paso al costado de la Jefatura de Gabinete con escándalo mediante.
Ahora esos fantasmas vuelven a la escena a días del balotaje y salen a relucir más críticas sobre el camporista. De esta manera, hay sectores que comienzan a sembrar el terreno para lograr un cambio de mando en el PJ bonaerense para la nueva etapa política que se abre.
Kicillof se encuentra fortalecido tras lograr la reelección y gana volumen político con la Mesa de Ensenada, el grupo impulsado por intendentes y dirigentes políticos y sindicales de peso. El gobernador dijo semanas atrás que no está en su mente presidir el PJ, pero algunos ya comienzan a impulsarlo como el conductor natural.
El resultado del 19 de noviembre marcará a fuego los destinos del país y también será otro paso más hacia la reconfiguración del escenario político. Por lo pronto, en el peronismo los movimientos no pasan desapercibidos y marcan el termómetro de lo que se vendrá.