22 de noviembre de 2023
NOTA DE GRAFICA
Tras la derrota, el peronismo busca alambrar la trinchera
La provincia de Buenos Aires será el punto de repliegue del peronismo y lo tendrá a Axel Kicillof en la primera plana de la nueva etapa. La relación con Nación desde el 10 de diciembre y la interna en Unión por la Patria
El territorio bonaerense se convirtió en uno de los pocos reductos de poder en el que el peronismo deberá refugiarse tras la catastrófica derrota electoral sufrida en el balotaje. El escenario inédito implicará una serie de reacomodamientos de liderazgos, con disputas internas que deberán resolverse. Axel Kicillof tendrá que lidiar con el gobierno de Javier Milei para poder gestionar y, al mismo tiempo, consolidarse para conducir a su fuerza política.
“A los botes y a remarla”, fue la primera impresión de un dirigente del Frente Renovador ni bien se conocieron los resultados de la derrota de Sergio Massa. El repliegue es el movimiento espasmódico que realiza el justicialismo, y la provincia de Buenos Aires es la trinchera desde la que buscará reconstruir su proyecto nacional hacia el 2027.
El golpe recibido en las urnas provocó un silencio generalizado en Unión por la Patria (UP) y las lecturas compartidas por la dirigencia fueron a cuentagotas. Nadie quiere dar un paso en falso en momentos tensos, pero por algunas hendijas comenzaron a filtrarse algunos reproches que comienzan a marcar los contornos del estado de situación interno.
Un intendente peronista del interior admitió que es “difícil hacer un análisis rápido, pero se veía venir”. Otra confesión que trascendió desde otro distrito de las profundidades del territorio bonaerense fue tajante: “Se militó muy poco a Massa, no vi el fervor de la campaña anterior y creo que en todos lados fue igual”. Entonces, detalló: “Los que perdieron están en sus casas y los que ganaron están armando sus circos”.
Desde el Conurbano bonaerense, un jefe comunal ya mira hacia el futuro y trata de minimizar las rencillas internas. “Hay que empezar a reconstruir esto, son cuatro años los que tenemos por delante”, describió. Ante la consulta sobre cómo tiene que ser esa construcción fue tajante y no dejó lugar a dudas: “Es con todos adentro”.
El virtual empate técnico en donde el oficialismo se propuso ganar 60-40 también levantó más las suspicacias entre la tropa del peronismo. De hecho, la escasísima diferencia de poco más de un punto en la Primera sección electoral confirmó las sospechas que existían en la previa a la elección sobre un “relajamiento” con la militancia de la boleta de Massa. Como contrapartida, en la Tercera sección sacó una ventaja de 57% a 42% y los alcaldes de la región ya se paran de otra manera.
En este contexto interno, luego de obtener una amplia victoria en las urnas y ser reelegido, Kicillof es llamado a ser el conductor de un proceso complejo para el peronismo. Si quiere o si lo dejarán es la incógnita. Entre los obstáculos que se le aparecen -además de su tensa relación con Máximo Kirchner y La Cámpora- están el camino que opte tomar Cristina Fernández de Kirchner y el futuro incierto de Sergio Massa. También aparecen los gobernadores del interior.
Su primera prueba de fuego será la conformación del gabinete provincial a partir del 10 de diciembre. Cómo contener a los distintos sectores en una casa en la que no hay lugares para todos es el desafío. La puja por los casilleros se hará sentir y será un ejercicio importante en su rol de conductor. ¿Qué sucederá con quienes quedan afuera o no se sientan compensados como creen merecer? La respuesta comenzará a marcar el camino del Gobernador en una etapa en la que el Partido Justicialista necesita una urgente renovación dirigencial para los nuevos tiempos que corren.
Mientras estas circunstancias suceden, la gestión de la provincia más grande del país es fundamental para las aspiraciones del proyecto del mandatario. El plan de gobierno que encarna Javier Milei y que tiene el visto bueno de Mauricio Macri se encuentra en sus antípodas y representa una seria complicación. La dependencia de los recursos nacionales y el programa de ajuste salvaje propuesto genera una enorme preocupación por lo que deberá recalibrar el Presupuesto 2024. Asimismo, la relación que entable con la Casa Rosada será vital para sortear un obstáculo que podría generar un sinfin de complicaciones, que van desde dificultades para pagar salarios hasta la realización de obras de infraestructura en salud y educación.
El nuevo escenario para el peronismo cuenta con Axel Kicillof como un actor estelar que hace pie desde el territorio bonaerense para plantarse como oposición al gobierno nacional. Además, comienza el período de reconstrucción del partido con el horizonte puesto en el 2027, y en el que también deberá definir su conductor para dar las próximas batallas.
LA PUJA POR MINISTERIOS
El gabinete, otro dilema para Kicillof: un rompecabezas para armar
"No existe el más allá, con el resultado del domingo puede volar todo por los aires. El más confirmado puede ser el más despedido. Esto es así", aseguraban a La Tecla, en la previa al balotaje, fuentes de un ministerio bonaerense de peso ante la consulta sobre el armado del nuevo gabinete. Con la derrota consumada, ahora se complica aun más otro frente interno para el gobernador Axel Kicillof.
Con la Jefatura de Gabinete disuelta, son 18 los ministerios que componen la estructura del Ejecutivo provincial, además de las áreas neurálgicas y organismos descentralizados. Sin la presidencia de la Nación en manos de Unión por la Patria, las diferentes tribus ya miran a la provincia de Buenos Aires como un refugio de cara a los próximos cuatro años.
El achicamiento de la oferta para ocupar sillas abre un escenario en el que se alimentan la disputa interna y las presiones hacia el Gobernador desde los distintos sectores. Los que tienen intenciones de cobrar se multiplicaron y en la balanza pesará tanto el poderío territorial como los esfuerzos realizados -o no- en la campaña y en el balotaje.
Kicillof tiene sobradas razones para sostener a los suyos, e incluso ganar más terreno para quienes se encolumnaron detrás de él. Los intendentes identificados con Martín Insaurralde son otro grupo que pedirá que se le respete su lugar. La Cámpora, con Máximo Kirchner y sus aliados, hace gala de las intendencias que ganaron y empujarán para no ser relegados. Por su parte, el Frente Renovador solicitará lo suyo. Todo un dilema que envuelve al mandatario provincial.
TERESA GARCIA - SENADORA PROVINCIAL
“El peronismo se va a ordenar y hará los planteos que tenga que hacer”
La conducción del Partido Justicialista será una de las discusiones más candentes, y en la que se espera que el nivel de rispideces aumente entre los diferentes sectores. En la derrota las miserias quedan al descubierto y los pases de factura se apilan sobre la mesa. La tirante relación entre Axel Kicillof y Máximo Kirchner marcará el termómetro.
La jefa del bloque de senadores provinciales del oficialismo, Teresa García, evaluó el resultado de la elección y puso el ojo en el impacto en la provincia de Buenos Aires. En declaraciones a Radio Provincia, manifestó que “estimaba que en la Provincia íbamos a superar el número que tuvimos”.
“Es un nuevo capítulo, hay que repensar algunas cosas. La sociedad tomó una decisión masiva, tendremos que analizar hacia adentro qué cosas hay que discutir en el peronismo y ver cómo se reinterpreta la voluntad del pueblo”, añadió.
Sobre la situación del PJ, aseguró que “hay que comenzar el año que viene, esto es absolutamente personal, con un reordenamiento en el peronismo y una buena lectura de la realidad”.
En cuanto a los planteos de componer una nueva melodía realizados por Kicillof, respondió: “No sé si hay que componer una nueva canción, creo que hay que darle sentido a la letra que tenemos”.
En tanto, remarcó que “lo que hay que discutir profundamente es lo que le pasa a nuestra sociedad y cómo está en relación con el peronismo”. Y agregó: “Hay que charlar mucho en el peronismo y discutir mucho”. Finalmente, consideró que el partido “se va a ordenar y va a hacer los planteos que tenga que hacer en el ámbito que sea”.