31 de diciembre de 1969
Entrevista
“Hay que asociar inseguridad con desigualdad”
El ministro de Desarrollo Social vacacionó por unos días en Pianamar junto a su familia. Allí recibió a La Tecla y ahondó en uno de los temas más sensibles en los que trabaja desde su área: los jóvenes.
“Vine con Alejandra, mi mujer, y mis dos hijos: Lucía, de 15, y Martín, de 11. En general, vamos a Valeria del Mar. Pero los últimos años tuve que traer a mi hija todos los días a Pinamar, a ver a sus amigos. Me la pasaba haciendo de remissero. Así que, esta vez, decidimos vacacionar acá”, comienza Daniel Arroyo, mientras sirve una Coca Light desde el frondoso jardín de la casa que alquiló en esa ciudad.
“Estoy yendo y viniendo permanentemente a La Plata, por trabajo. Pero ahora trato de estar con ellos. Intento estar más con la familia. Igual, mi hija está siempre con amigos, así que tampoco hay tanto espacio para hablar”, agrega el ministro de Desarrollo Social, con la resignación propia de un padre de adolescentes.
-¿Qué hace durante las noches en vacaciones? ¿Sale?
-Poquito. Lucía sale todos los días. A mí me gusta hacer asados y comer acá. En general, recibimos gente o vamos a la casa de amigos a comer.
-¿Amigos del ámbito político?
-No, amigos de la vida.
-¿Van a la playa?
-Sí. A una cercana. Pero a mi mujer no le gusta mucho el agua fría. Vamos un rato y volvemos. No somos de estar todo el día en la playa o tener carpa. Llevamos a mi nene a una playa que tiene juegos para chicos, donde juega al fútbol.
-¿En enero realiza alguna actividad que durante el resto del año no hace?
-Leo bastante. Leí la novela Una muerte sospechosa. Ahora estoy con Perder, novela premiada por Clarín. Trato de caminar. No soy muy bueno, porque no lo mantengo. Una de mis deudas, producto de la gestión, es la falta de ejercicio físico.
-¿Alguna vez hizo deporte?
-Sí. Jugaba al tenis. Los últimos años lo abandoné. Y es un problema. Uno va creciendo en edad y debería hacer más ejercicios. Pero a mí me pasa todo lo contrario.
Balance
-¿Qué saldo le dejó 2008?
-Estoy contento. El Gobernador me planteó hacer grandes cambios en la política social, y la Tarjeta Alimentaria lo fue. Sacamos los bolsones de alimentos y llegamos a 570.000 madres. Había un mito en la Provincia de que eso era imposible por los intereses que había en juego. Pero logramos hacerlo, con mucha aceptación. Ahora la extenderemos a 5.000 personas con discapacidad.
-¿Está conforme con el funcionamiento del Régimen Penal Juvenil?
-Sí. Pese a las dificultades que hubo en su implementación, es algo que se venía pateando desde hacía rato. Hay defensores y jueces especializados para chicos que delinquieron. Hay problemas operativos y mucho para mejorar, pero estoy contento porque es un cambio de avanzada.
-Desde el Fuero cuestionan la falta de operadores de calle con quienes poder interactuar. ¿Aumentarán la cantidad?
-Sí. Entre 2008 y este trimestre incorporamos 120 personas nuevas. La idea es sumar luego 120 más. El sistema vinculado con la niñez tiene seis patas: familia, escuela, política social, policía, justicia y medios. Todas están complicadas y todos tenemos mucho para mejorar. Debemos escuchar más a los jóvenes. Vamos a incorporar más gente. Pero todos tenemos que cambiar, no sólo la política social.
-¿Podrá implementarse un sistema así a nivel nacional?
-Debería. Nosotros avanzamos mucho, pese a que se le dio al tema una escala que no tiene. Tenemos 350 chicos de 16 a 18 años en situación de encierro. Hay 1.700 chicos que cometieron delitos leves en centros de día (que entran y salen). En una provincia de 15 millones de habitantes, eso no es significativo. Sí para quien le mataron un hijo. Pero la escala no tiene la relevancia que se le dio.
-¿Mejoró la situación de los jóvenes que no trabajan ni estudian?
-Hoy tenemos más programas para ellos. Enganchate es un plan en el que se les da hasta 10.000 pesos para actividades productivas. Hay 42.000, llegaremos a 130.000 en marzo y a 400.000 en 2011. La situación de los chicos que no estudian ni trabajan es compleja. Muchas veces ven en la droga y en la violencia lo que no ven en la escuela o en el trabajo. Mi tarea no es sólo trabajar con los chicos sin trabajo, sino con los jóvenes en general. Desarrollo Social no es
el ministerio de los pobres, exclusivamente, sino de la gente. Si a distintos sectores les va bien, le va bien al resto.
-¿De qué forma contrubuyen desde
su área para fomentar el empleo?
-Hicimos programas para jóvenes de en-tre 18 y 25 años, pusimos en marcha un plan de microcréditos, y cerré el año muy contento, con el programa de Derecho Garantizado para la Niñez. La idea es lograr que los menores de 16 tengan derecho a una asignación familiar básica, independientemente de la condición del padre. Hoy sólo cobran el salario familiar quienes tienen trabajo formal. Ahora lo cobrará también el que no tiene recibo de sueldo. Llegará a 1.700.000 chicos en toda la Provincia. Calculamos que hay entre 500.000 y 550.000 pibes cuyos padres no cobran ninguna asignación.
-¿En 2009 incrementarán lo que se paga por planes sociales?
-Sí. Tenemos una partida de 2.200 millo-nes de pesos. Una parte de ello será para minoridad y para mejorar la situación de los chicos que están en institutos. Queremos institutos pequeños, con espacio deportivo, escuela y capacitación laboral. Deben salir con herramientas para poder trabajar.
-¿Se destinará una partida para la compra de esas herramientas?
-Sí. Con 70 millones de pesos financiaremos 28.000 emprendimientos en general, y una parte irá para los institutos. Otra parte del presupuesto se destinará a mejorar los planes sociales, la tarjeta de alimentos, los comedores escolares y el plan Barrios Bonaerenses, modificándolo.
-¿En qué aspecto?
-Se les da una beca y, mientras, se los capacita laboralmente en una agencia. Luego, van a una bolsa de trabajo. Son las empresas quienes dan la capacitación.
-¿Qué empresas participan?
-Armamos un consejo con 35 empresas muy grandes que prestan asistencia técnica para capacitar emprendedores. Hicimos 15 agencias, y llegaremos a 30.
-¿Cómo se promueve luego el empleo para esas personas?
-Les proponemos a las empresas que to-man jóvenes hacer un convenio con nosotros y la organización social que elijan para hacer la tutoría social. Es decir, si el chico hace tres días que no va a trabajar, la empresa avisa, el de Cáritas va y le golpea la puerta para fomentarle que regrese o preguntarle qué le pasa y ayudarlo. Hace un proceso de acompañamiento, porque a los jóvenes no les cuesta aprender la tarea, sino ir a trabajar todos los días ocho horas.
-¿Los empresarios muestran predisposición para incorporar jóvenes con una formación técnica o profesional quizás más precaria que la que pueden tener quienes pasaron por la universidad?
-La primera mirada no es ir a buscar a los chicos que no estudian ni trabajan, que se vinculan con nuestro ministerio, sino ir a buscar jóvenes capacitados. Pero como en los últimos años esos chicos consiguieron trabajo, las empresas empezaron a necesitar trabajadores. Nuestra tarea, este año, donde la actividad económica tendrá vaivenes, es que sigan buscando a los jóvenes que no estudian ni trabajan. La pobreza tiene un fuerte componente juvenil. La desocupación y la pobreza en los jóvenes duplican a la general. Entonces, nuestro gran desafío es que las empresas contraten chicos o contactarlos con bolsas de trabajo para que consigan empleo.
-¿Cuál es el objetivo central para 2009?
-Llegar a todos con el acceso garantizado e impactar sobre los indicadores de pobreza. Todo lo que estamos haciendo tiene que generar que haya menos pobres en la Provincia. Fundamentalmente, poner prioridad en el tema de los jóvenes y en lo productivo. Lo social y lo económico son lo mismo. Tenemos que generar trabajo, dar créditos, dar máquinas, herramientas y sistemas de comercialización. Esos son los temas de 2009. Que haya menos pobres no depende sólo de un ministerio ni de un gobernador, pero si llegamos masivamente sobre la población, sentiré que nuestra tarea está encaminada.