María Eugenia Vidal: “La democracia ha sabido en cada momento generar alternativas"
La exgobernadora bonaerense dialogó mano a mano con La Tecla y reflexionó sobre las cuatro décadas ininterrumpidas de gobiernos constitucionales. El análisis sobre los logros, los fracasos, su rol como mandataria, los nuevos desafíos y lo que viene para el país y la provincia
Compartir
Por Hernán Sánchez y Juan Pablo Carvajal
La exgobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal dialogó mano a mano con La Tecla y reflexionó sobre las cuatro décadas ininterrumpidas de democracia. El análisis sobre los logros, los fracasos, su rol como mandataria, su mirada de mujer, su opinión sobre la actual gestión, los nuevos desafíos y lo que viene para el país y la provincia.
-¿Cuál es la primera reflexión que se te ocurre cuando te dicen 40 años ininterrumpidos de democracia?
-Lo primero que pienso es en dos palabras: logro y deuda. Creo que es un logro para una Argentina que durante casi un siglo consideraba como una opción el golpe de Estado y de repente pasamos entre todos a sostener 40 años de democracia continuado. Para nosotros hoy es obvio que haya elecciones y que la gente elija por el voto cada cuatro años y cada dos años se pueda dar una señal en las intermedias. Eso en el 83 no era obvio, veníamos de muchos intentos de gobiernos democráticos que no habían terminado de partidos que ni siquiera podían competir en la elección eso se terminó en Argentina de hoy y nadie imagina que los militares pueden tener un rol en el gobierno más allá de ser las fuerzas armadas que nos protegen que nos cuidan que nos defienden y que son de la democracia.
Hay generaciones que ni siquiera se lo cuestionan, como la de mis hijos que nacieron en democracia, que no se imaginan un golpe de estado ni siquiera lo pueden pensar. Eso durante décadas estuvo en discusión y creo que eso es un logro. Tener una de las democracias más estables desde los 80 en la región, creo que es un es un logro de los argentinos una maduración de no volver nunca más atrás en eso de considerar la posibilidad de si un gobierno funciona mal, un grupo de militares no elegidos por la gente lo puede hacer mejor. Eso creo que es un gran avance, ese es el logro.
Pero no puedo dejar de pensar en una deuda de la política democrática y de los partidos con la gente, porque así como tuvimos 40 años de estabilidad política sin golpe de estados, tuvimos 40 años donde el progreso y el bienestar para los argentinos no se logró.
Hoy tenemos más pobreza hoy tenemos peor sistema educativo, hoy tenemos una Argentina que en muchos aspectos retrasó, no evolucionó y eso creo que es una deuda que nos pesa a todos los argentinos, Por eso estamos desconformes por eso estamos enojados y no sólo porque tenemos más pobreza, porque tenemos un problema económico con inflación no resuelto cíclico, porque estamos más endeudados, no sólo por todo eso,a no porque además hay una percepción de que no nos fue a todos mal, de que a la política si le fue bien, mientras que a todos nos fue mal.
En términos de progreso y bienestar somos más pobres de lo que éramos hace 40 años atrás. A la política le fue mejor, los políticos viven mejor, las familias de los políticos viven mejor y entonces eso genera mucha disconformidad, mucho enojo. Por eso las opciones nuevas que aparecen en su momento como fue el PRO y el kirchnerismo, fueron algo nuevo en la política y hoy es Milei. Por eso las opciones nuevas crecen rápido, porque hay una disconformidad en como la política trabaja para la gente no y dar respuestas o su capacidad de dar respuestas así que creo que esa es la deuda de la democracia, no es del sistema democrático que con todas sus debilidades sigue siendo el mejor sistema entre los que existen porque te da la oportunidad de cambiar un gobierno que no te gusta cada cuatro años y te somete a examen a todos los que queremos gobernar, nos somete a examen cada cuatro años, pero no ha sido suficiente y la dirigencia política o no ha estado a la altura para darle ese bienestar y ese progreso a la gente.
-La gente también desde el 83 aprendió a votar, pero aprendió a cambiar…
-Si, sin duda. Otra cosa positiva de estos 40 años de democracia es que hubo alternancia, hubo un partido político que se quedó para siempre, más allá de los 20 años de kirchnerismo. En el medio hubo un gobierno, el de Cambiemos, de otro partido político y luego de Menem vino De la Rúa y después de Alfonsín vino Menem y ahora que los argentinos no están conformes con el gobierno del kirchnerismo vino Milei.
La democracia ha sabido en cada momento generar alternativas cuando el gobierno a la gente no le gustaba eso no garantiza la resolución de los problemas. Porque también es cierto que se necesitan consensos más amplios que solo el del que gobierna para hacer transformaciones y esta dinámica de cuando gobierna uno, otros, lo único que se proponen es que le vaya mal también genera una dificultad para que las cosas funcionen por ahí dentro de las deudas.
-¿Por qué cuesta tanto en la Argentina un consenso a largo plazo sobre determinadas políticas públicas que debieran ser para todos los gobiernos o para toda la sociedad?
-Nos ha costado mucho el diálogo honesto. Creo que a la política le ha costado mucho asumir costos, porque en general las políticas que la Argentina necesitan suponen asumir costos y suponen discusiones difíciles, si tenemos problemas no es porque son fáciles de resolver, es porque el camino para resolverlos es difícil. Ahora en la medida que no lo hacemos se van profundizando y están cada vez peor. Seguramente si hubiéramos resuelto a tiempo el problema de la economía, porque no es lo mismo resolver hace 10 años el problema de la economía argentina que resolverlo hoy, porque tiene mucho más costos que hace 10 años entonces en la medida que lo vamos postergando y los gobiernos van postergando la toma de decisiones difíciles, los problemas se profundizan.
Además en la medida que la oposición ve que los problemas se profundizan, porque los gobiernos no quieren asumir los costos empiezan a especular que pueden ser ellos gobierno y es un círculo vicioso que no tiene consecuencias concretas y positivas para la gente. Creo que también eso genera el descrédito de la política, porque la gente percibe esa especulación la del que gobierna la economía argentina y no quiere tomar decisiones difíciles y la del que se opone y prefiere no acompañarlas o no exigirlas que las tome el otro o que le vaya mal y ver si gobierna en el próximo periodo, creo que también en esto influye mal el sistema. Yo creo en que se puede elegir a un gobierno nuevo cuando uno que tenés no te gusta.
Ahora creo que las elecciones cada cuatro años han sido un sistema muy desgastante, tanto para la gente, como para el oficialismo y para la oposición. La gente necesita tiempo para que determinadas políticas maduren. Yo estoy a favor de periodos de gobierno de seis años sin reelección, creo que seis años son tiempo suficiente para que un gobernador, para que un presidente pueda mostrar resultados y al mismo tiempo no se quede en el poder, y que la intermedia a los tres años le da tiempo de gobernar y que sus políticas maduren. Esto de estar un año gobernando y el año siguiente con elección, también es un sistema que te va reduciendo los incentivos al consenso y a tomar decisiones difíciles.
-¿Volver al esquema previo al 95?
-Sí.
-Una de las deudas es cómo debe resolverse la elección, las PASO...
-Creo que avanzamos, mucho pero creo que hay que hacer correcciones. Está claro que desde el 94 tenemos que dictar una ley de coparticipación, que tiene que ser votada por unanimidad o aprobada por todos los gobernadores va a ser imposible sacarla. Es muy difícil sacarla difícil lograr el consenso de 24 gobernadores cuando para que una provincia tenga más le tenés que sacar a otra, porque quien vuelve a su provincia a decirle a sus a sus gobernados `tuve que ceder recursos de la provincia´ entonces si algo no funcionó y pasaron 20 años y no nos podemos poner de acuerdo en una ley de coparticipación, es evidente que la manda constitucional nos está poniendo una traba, lo mismo con lo que te decía de los períodos electorales, lo mismo con el sistema de votación. No resiste más en argentina seguir votando con boleta papel y lista sábana. Tenemos que ir a boleta única y que la gente puede elegir y legitimar los liderazgos que la gente conoce, no votar diputados y senadores que no tiene la menor idea de quiénes son. Entonces que no haya 20 elecciones en un año o 25, 26 elecciones porque la cantidad gente veces que la gente tenía que ir a votar este año, es agotador, se multiplican recursos para campañas, recursos que se gastan el día de la elección.
Yo creo que tenemos que ir a fecha unificada de todas las provincias y de la nacional y la gente que vaya a votar una sola vez. Este sistema que es funcional a la política pero desgasta la gente.
-O que las provincias voten todas por separados un día, porque también está esa discusión que pasa mucho en la provincia de Buenos Aires que no se discuten los temas de la provincia.
-Es cierto puede ser un argumento, yo honestamente no creo que sea tan así. Creo que no es en la campaña donde la gente discute si quiere o no quiere un gobernador. El gobernador se legitima en su gestión y la gente elige en función de lo que siente, de la capacidad de respuesta que sintió que ese gobernador le dio, más allá de si al mismo tiempo eligen presidente. Yo no subestimo la capacidad de los bonaerenses de poder elegir gobernador y presidente al mismo tiempo, discriminando y eligiendo muy bien.
Pero más allá de esa discusión, podría ser la opción que vos estás proponiendo, creo que son cosas que harían un mejor funcionamiento del sistema político. Creo que otra cosa que hay que discutir es el gasto de la política. Creo que el tamaño de las legislaturas provinciales, el tamaño del gasto y los topes de gasto en el Congreso Nacional, las jubilaciones de privilegio, porque todavía tenemos hoy un presidente y un vicepresidente que cobran jubilaciones de privilegio. Por el solo hecho de haber ocupado un cargo, una de las cosas que a mí más me enorgullece de haber pasado a la provincia es derogar la jubilación de privilegio del gobernador y de todos los senadores y diputados. No puede ser que, porque a vos en la vida te tocó ocupar un cargo de servicio público durante cuatro años, eso te haga inmediatamente acreedor a una jubilación muchísimo más alta de la que cobraría siendo un ciudadano común que aportó con su trabajo.
-¿Qué significa haber sido la primera gobernadora de la provincia, no sólo en los cuarenta años de democracia, sino en toda la historia de la provincia?
-Es un orgullo, es un honor y también una tristeza.
-¿Por qué?
-Qué mal que estamos para que hayamos tenido que esperar hasta el 2015 para que una mujer sea gobernadora. Vamos a estar bien cuando eso sea natural y no tengamos que hablar de esto como un hecho excepcional. Creo que las mujeres ocupen espacios de poder, no solo en la política, en la política, en los directorios de las empresas, en todas partes.
-¿Sigue siendo machista la política?
-Absolutamente, pero no porque la política es machista, porque todavía la sociedad es machista. Porque ¿cuántas mujeres directoras de empresas conoces? ¿Cuántas CEOs de empresas relevantes que facturan en Argentina se conocen?; ¿cuántas mujeres directoras de empresas relevantes que facturan en Argentina conoces?; ¿Cuántas mujeres que toman decisiones en instituciones religiosas?. Entonces, todavía ser mujer y disputar poder lo hace más difícil. Todavía la disputa de poder para las mujeres es mucho más compleja que para los hombres. Avanzamos mucho, avanzamos un montón. Pero todavía que sea un hecho excepcional y que hayamos tenido que esperar al cambio de milenio y al 2015, para que una mujer fuera gobernadora de la provincia de Buenos Aires, habla de que todavía nos falta.
-¿Te tocó vivir una situación en la cual dijiste, si no fuera mujer esto no me pasaría?
-Sí, no tanto por los hechos, porque creo que al final del día no pasó porque fuera mujer, pero sí por los prejuicios. Sí, creo que a muchos varones que tenían poder en la provincia les costaba sentarse conmigo. Que se hubieran sentido más cómodos sentándose con un varón.
Pero bueno, es parte del cambio que tenemos que llevar adelante.
-¿Qué te quedó pendiente?
-Uf, tantas cosas. ¿En la provincia o en mi carrera política?
-En ambas
-En la provincia muchas cosas. Me hubiera gustado terminar la obra de la Cuenca del Salado. Una obra que si se terminaba en tiempo, que fue el año pasado, hubiera recuperado dos millones de hectáreas productivas en la provincia de Buenos Aires. Y hubiera cambiado y mejorado sustancialmente la matriz productiva de la provincia.
Me hubiera gustado llevar robótica y programación a todos los secundarios. Lo había hecho con el primario y lo había hecho con la escuela, con el jardín de infantes. Y seguir con el programa de mejora de resultados y con el programa de mejora de resultados en lengua y matemática, que me parece clave para los chicos.
Me hubiera gustado urbanizar los 300 barrios donde ya teníamos avanzado un crédito con el Banco Mundial urbanizando la mitad de las villas de la provincia en el siguiente periodo. Ya habíamos hecho una prueba piloto, habíamos avanzado muy bien en 20 barrios y ya teníamos los fondos del Banco Mundial comprometidos para hacerlos en la segunda etapa de gestión.
Me hubiera gustado abrir la universidad policial y que se cambiara esa lógica por la cual solo el 1% de los policías de la provincia tienen título universitario. Y apostar a una policía que tiene título universitario. Hay muchas cosas y muchos proyectos lindos que me hubiera gustado terminar, pero bueno, lo importante es sostener una fuerza política en la provincia de Buenos Aires que crea en esos proyectos y que quiera volver a gobernar para llevarlos adelante algún día. Y también ponerlos a disposición como oposición a quien gobierna, pero lamentablemente la impronta de Axel (Kicillof) es muy distinta de la nuestra. Yo justo ayer saqué un comentario en redes sobre el endeudamiento. Hoy la provincia está más endeudada que cuando yo me fui y esa plata no fue a obras. Y está pidiendo una nueva deuda para gasto corrientes, para pagar a aguinaldos y mientras tanto hubo un festival de cargos y de ingresos de empleos públicos. Y de reparto de viajes egresados gratuitos. Sin nada De cosas que transforman de verdad.
En mi carrera política, muchas cosas. Ahora estoy empujando, porque yo no soy de las que cree que hace falta un cargo en el ejecutivo para hacer cosas. Ahora estoy empujando y yo se lo pedí al jefe de gobierno de la ciudad, Jorge Macri, una casa para madres con chicos con cáncer que vienen del interior del país y no tienen donde quedarse. Y estoy así con ese proyecto y muchos otros al mismo tiempo que hacen falta. Más allá de mi tarea legislativa.
La gestión no termina nunca. El hacer no termina nunca. Cuando lograste algo, siempre hay algo más que queda pendiente por hacer.
-¿Volverías a la gestión social?
-Sin duda, me encanta, es mi lugar. Sigo yendo a los barrios todas las semanas. De hecho, hago muchas cosas fuera del Ejecutivo, en lo social y ayudo todo lo que puedo. porque me gusta. Porque, como siempre les digo a todos, yo soy una más de las que descubrió el secreto que cuando uno da, en realidad recibe mucho más.
-¿Qué significa o qué significó el PRO y Juntos por el Cambio en este proceso histórico?
-Lo primero y más relevante, es que el PRO significó la demostración en estos 40 años que un gobierno no peronista puede terminar su mandato. No lo había logrado Alfonsín, no lo había logrado De la Rúa y el PRO lo logra por primera vez. Lo logra en una coalición que fue Juntos por el Cambio, junto con el radicalismo y junto con la Coalición Cívica. Logra en 15 años constituir una fuerza que en la ciudad lleva gobernando 16 años y que tiene una alta aprobación en su gestión en una forma completamente distinta de gobernar y le da un aire fresco a la política cuando nace en el 2003. Viene a renovar la política y construye una coalición luego que le permite ganar la provincia, la nación y la ciudad al mismo tiempo por primera vez. Algo que era impensado.
Construye una coalición que es la que más tiempo, con todas sus idas, venidas y tensiones. Juntos por el Cambio es la coalición que más tiempo duró en democracia, ocho años llevamos, aún con todas nuestras discusiones internas. Y lo más importante es que nos sostuvimos en la derrota. En el 2019 frente a la derrota nacional y provincial estuvimos juntos. Sobre todo el PRO viene junto con la coalición de Juntos por el Cambio a aportarle algo a la Argentina que me parece muy relevante que es el respaldo institucional. Frente a un peronismo que muchas veces busca saltearse las reglas.
El PRO junto con el radicalismo y la Coalición, le dan a la Argentina una estabilidad institucional. Dicen, "no vale todo". El Poder Judicial es independiente, no se puede ir contra los jueces, ni contra la Corte Suprema, ni alterar la composición de la Corte de cualquier manera. En estos últimos cuatro años el PRO junto con Juntos por el Cambio evitó a un procurador kirchnerista para dominar la justicia, evitó la impunidad, evitó una corte de 25 miembros, evitó la reforma del Poder Judicial para poner a los amigos. Eso que a lo mejor no hace al día a día de los argentinos, pero hace a que existe una instancia última donde vos sepas que vas a tener un tribunal a donde ir, me parece muy relevante.
Lo mismo construir un poder legislativo que obliga al diálogo, que no juzgue a la gente, que no genere hegemonías. Recordemos que el kirchnerismo durante mucho tiempo tuvo un Congreso que era una escribanía, donde nada se discutía. Hoy el Congreso no es así. Ni en el Senado, ni en la Cámara de Diputados. Entonces creo que ese anclaje institucional de que no vale todo y de que hay un conjunto de partidos que estamos para garantizar que no vale todo,.entre otras cosas, para respaldar democráticamente al presidente electo que no es de nuestro espacio le trajo una tranquilidad y una mejora a la democracia de estos 40 años.
-Una derrota se soportó, se surfeó, ¿dos derrotas, se soportan?.
- Yo siempre le digo a mi equipo que el PRO nos tenía mal acostumbrados. La política es mucho más tiempo fuera del poder que en él, la carrera política es así y la política no es una carrera de cargos.
Cuando vos tenés una vocación de servicio público, la tenés más allá de que tengas o no tengas un despacho. Y yo lo confirmé en estos cuatro años. Hay muchas cosas que pude hacer, por supuesto no las mismas que hubiera hecho si era gobernadora, es un tema de escala; podés llegar a millones o podés llegar a unos pocos, pero hacer podés hacer igual. Transformar podés transformar igual.
No se trata de si ganás o perdés. Por supuesto todos en política trabajamos para ganar elecciones, pero aún no ganándolas tenés un rol que cumplir. Ahora nosotros con el presidente Millei tenemos un rol que cumplir. Tenemos que acompañarlo, porque tiene minoría legislativa en todo lo que sea bueno para la Argentina. Tenemos que garantizarle su estabilidad o su gobernabilidad si el kirchnerismo quiere llevárselo puesto. Tenemos también que ponerle límites si hace cosas que no son buenas para la Argentina. Tenemos un rol de cumplir. No es que porque perdimos la elección el PRO o Juntos por el Cambio no tiene nada que hacer. Tenemos una tarea y nuestros representados, los que nos votaron esperan que la cumplamos y luego veremos que hicimos mal, que tenemos que corregir, que estuvo mal en lo que le propusimos a los argentinos que nos puso en este lugar y no nos puso a gobernar.
-La provincia de Buenos Aires no es ingobernable. Pero parece que con los recursos que tiene si no tiene ayuda extra se torna imposible de ir gobernando..
-Yo tengo la satisfacción de haber sido la gobernadora que recuperó el Fondo del conurbano. Es decir, con nuestra gestión se recuperaron 5 puntos de coparticipación. para la provincia.
-¿Es todo lo que la provincia necesita? No, eso es cierto, la provincia tiene que seguir peleando por la coparticipación. Ahora, ¿eso vuelve a la provincia inviable? No, tampoco. Nosotros duplicamos la inversión en infraestructura en la provincia. Empezamos y terminamos 2500 obras en los 135 municipios. Ahí no importaba quién votaba la gente. En todos los municipios hubo obra pública y obra que transformó. Hicimos obras que no se ven como las hidráulicas. Entonces, ¿se pueden hacer cosas? Sí, todas las que se podrían hacer si la provincia tuviera los recursos que le corresponden no. Pero igualmente se pueden hacer cosas.
Lo que sí yo creo es que tenemos que tener una discusión muy honesta, no sólo sobre los recursos coparticipables, sino sobre todos los recursos, los discrecionales, los que van por vía directa a los subsidios al transporte y a la energía. Pongamos todo sobre la mesa. Porque también los gobernadores del interior tienen razón cuando dicen "Sí, está bien, ustedes ponen más de lo que reciben. Pero sus gobernados pagan el boleto de colectivo y el tren más barato. Y nosotros pagamos la energía más cara". Es cierto, yo lo que digo es con total honestidad la política lo que tiene que hacer es poner todos los recursos sobre la mesa con todos los gobernadores sentados. Y no que le toca a cada uno de acuerdo a su poder de lobby, pongamos criterios. ¿Vamos a considerar las provincias más pobres?, vamos a considerar las provincias más alejadas de los centros productivos, vamos a hacer que las provincias productivas que más aportan tengan un reconocimiento.