Kicillof y Máximo en un campo minado: la interna que traza fronteras en el mundo K
El planeta kirchnerista atraviesa momentos turbulentos que sobresalen en el amplio universo del peronismo. El Gobernador y el líder de La Cámpora, los protagonistas de una batalla que provocan movimientos telúricos.
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La disputa por la conducción en el peronismo posee un capítulo medular y es la batalla que se libra hacia el interior del kirchnerismo. El rol de Cristina Fernández en la nueva etapa política también juega un papel preponderante en los tironeos por el bastón de mariscal. Axel Kicillof y Máximo Kirchner encarnan una guerra -ahora no tan fría- que desatan una reconfiguración en el mapa de alineamientos.
Los cambios de periodos suelen traer transformaciones en las organizaciones que intervienen en la política y el planeta K no escapa a esa realidad. El triunfo de Javier Milei en las elecciones presidenciales significó un golpe al hígado al justicialismo que ahora busca recomponerse sobre la base de sus diversos campamentos. No obstante, para avanzar en definiciones concretas, los cultores de Néstor y Cristina primero deberán resolver sus desavenencias.
La consolidación de Axel Kicillof tras ser reelecto por un amplio margen en la provincia de Buenos Aires genera esperanzas tanto en la militancia como en varios dirigentes de peso. La proyección nacional del gobernador -al tiempo que debe gestionar el destino de 17 millones de habitantes- no solo depende de sus intenciones y aptitudes, sino también de los obstáculos internos con los que se tope.
El otro protagonista de la historia es Máximo Kirchner, el líder de La Cámpora y presidente del Partido Justicialista (PJ) bonaerense. Ya son conocidas las tensiones existentes entre el mandatario provincial y el diputado nacional. Del mismo modo, ambos se encargan de matizar tales diferencias, pero al maquillaje comienza a correrse cada vez más para dejar al descubierto las asperezas.
Con la figura de CFK por encima y a la espera de una bendición definitiva, el enfrentamiento entre ambos provoca nuevos trazados en el mapa del kirchnerismo. Al margen de los egos y vanidades, la pelea se da por quién conduce, con qué entorno, con qué legitimidad y con qué formas, entre otras aristas.
Los que conocen el paño del mundo del kirchnerismo describieron a La Tecla los encuadramientos que se dan en torno a las figuras de Kicillof y Máximo. Con líneas divisorias claras y otras un tanto difusas, el mapa se resquebraja para darle una nueva forma. Por supuesto, todos admiten responden a “la jefa” y despejan cualquier duda al respecto.
En los últimos tiempos Kicillof comenzó a acercar a gran parte de las organizaciones que se mostraron críticas hacia el accionar de La Cámpora. De esta manera, el Frente Grande que tiene a Mario Secco entre sus filas, es una de ellas. La salida elegante de Andrés “Cuervo” Larroque del camporismo y el armado de La Patria es el Otro fue un movimiento que unificó a decenas de espacios políticos, sociales y sindicales. Jorge Ferraresi es otro de los que cortó relación con Kirchner y se recostó sobre el gobernador. Todos ellos, sumado a Fernando Espinoza, alcaldes del interior, y a la CTA de los Trabajadores (Hugo Yasky – Roberto Baradel), forman parte del llamado Grupo de Ensenada.
En el medio, Carlos Bianco, mano derecha de Kicillof y otro de los armadores políticos con los que cuenta, tuvo mucha injerencia en la creación del Frente Popular Patria y Futuro. Un espacio que se compone por una decena de agrupaciones con referentes como Roberto “Beto” Pianelli y José Cruz Campagnoli, entre otros.
Del otro lado se encuentran también otras fuerzas del espectro K y mantienen lazos hermanados con el camporismo, que además de Máximo cuenta con la figura de Eduardo “Wado” de Pedro y la de Lucía Cámpora, como titular de “la orga”, entre varios dirigentes de peso. El diputado nacional, Leopoldo Moreau, es también un hombre cercano al campamento y con buena relación con Cristina.
Nuevo Encuentro, presidido por Martín Sabbatella, es la otra organización emblema que es aliada a Máximo y que cuenta con un intendente en el Conurbano (Lucas Ghi, de Morón). A propósito de alcaldes, son 12 los que posee La Cámpora y también tiende puentes con los jefes comunales que se referenciaban con Martín Insaurralde. El acuerdo político entre el titular del PJ bonaerense y el exjefe de Gabinete se mantiene y despliega en territorio provincial.
En una frontera difusa se encuentra Kolina, la Corriente de Liberación Nacional fundada en 2010 por Alicia Kirchner. Las voces consultadas por este medio marcaron una situación llamativa en el espacio. “En Kolina pasa algo particular que es que Carlos Castagneto es cercano Máximo, pero hijo está ligado al Cuervo”, contó un dirigente. Carlos Castagneto -actual diputado nacional- es el presidente a nivel nacional y su hijo, Gastón -ahora secretario de Relaciones con la Comunidad de La Plata- es el titular en tierras bonaerenses.
Sin embargo, otra palabra conocedora de los vaivenes de la rosca, deslizó que “también puede ser más bien una estrategia de ese sector y tributan en todos lados”. A su vez, confirmó que Gastón forma parte de La Patria es el Otro, la organización conducida por Larroque. El otro detalle a tener en cuenta es que hasta el 10 de diciembre de 2023 fue el director del Servicio Alimentario Escolar (SAE) del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad.
En cuanto a las diferencias existentes, quienes frecuentan a Máximo y no forman parte de “la orga” contaron a La Tecla que “hay una pelea brutal con el Cuervo”. De esta forma, blanquean la existencia de los roces entre ambos y también admiten las tensiones con Kicillof.
“Axel tiene un rol fundamental, es un referente importante que gobierna la mitad del país, pero tiene que entender la complejidad del sistema político de la provincia de Buenos Aires”, manifestaron. Luego, en relación al círculo político del gobernador, señalaron que “si se rodea solamente de ese mundo, no puede conducir la globalidad de la provincia”.
“La discusión es por una forma de conducción que termina encerrándose en un espacio de decisión y deja afuera no solo a Máximo. Axel tiene que abrir el juego”, sentenciaron. Además, insistieron en que no acuerdan en que “invite una reunión para escucharlo”, sino que proponen que sea para “diseñar una estrategia conjunta. Nadie niega su potencial”.
Finalmente, afirmaron que es "una discusión que excede al kirchnerismo" y dispararon: "Otra cosa es querer echarle la culpa a Máximo porque no se animan a discutirle a Cristina".