La exgobernadora dialogó con La Tecla sobre la presidencia de Javier Milei, el rol del PRO como garante de gobernabilidad, la interna que enfrenta el partido desde hace cuatro años y argumentó por qué no respaldó a Axel Kicillof en su cruzada por el recorte del Fondo de Fortalecimiento Fiscal.

La exgobernadora María Eugenia Vidal estuvo de recorrida en La Plata, visitó una Pyme familiar, se reunió con el exintendente Julio Garro, participó de la presentación de un libro y dialogó con La Tecla sobre Javier Milei, la interna del PRO y cómo se para el partido frente a las decisiones del Presidente, y argumentó algunas críticas a Axel Kicillof.

-¿Cómo estás viendo el escenario político nacional en general, y en particular en la provincia de Buenos Aires?
-El año pasado terminamos con una elección que dio un mensaje contundente a todos los argentinos, también en la Provincia: que la Argentina tenía que ir a un cambio de rumbo contundente. No un cambio mejor, sino gigante. Estamos en los primeros meses de ese cambio, que son difíciles. Sabíamos que iban a ser difíciles. Más allá de que no pedí el voto por este Presidente y no soy de su partido es un momento muy dramático de la Argentina, los niveles de pobreza, de inflación, de déficit educativo, de inseguridad, que nos dejó el último gobierno, no permiten que haya especulación o mezquindad de ningún espacio político. Hay que remar todos para que esto salga bien. Ese fue el rol del PRO a lo largo del debate de la Ley Ómnibus, con el DNU, y ahora que empiezan las sesiones ordinarias.
A la Provincia, lamentablemente, cada vez que vengo la veo peor. Un gobierno que dice defender la salud pública, hoy todas las clínicas privadas no están dando prestación a IOMA, no hay operaciones programadas que se estén cumpliendo. Un Gobierno que venía a defender la educación pública, hubo dos años de escuelas cerradas y paros en el inicio de clases. Un Gobierno que decía resolver los problemas de deuda que supuestamente había generado mi gestión, le acaba de pedir a la Legislatura que le autorice una deuda de 1.800 millones de dólares. No solamente no se resolvieron los problemas que nosotros dejamos pendientes, sino que se agravaron muchos de los que la Provincia ya tenía.

-El Presidente tiene su modo muy particular de hacer las cosas y de llevar adelante sus políticas y rompe muchos puentes, incluso con el Congreso ¿Se puede gobernar sin el Congreso?
-Argentina es una república democrática con tres poderes. No estoy de acuerdo ni con las agresiones, ni con la descalificaciones, ni creo que los problemas de la Argentina se resuelvan por Twitter. Esto no solo va para el Gobierno, sino también para algunos opositores. Creo que estamos en una situación bien profunda. Los poderes igual están funcionando, porque la justicia cuando no estuvo de acuerdo con un capítulo del DNU lo suspendió; acaba de haber un fallo en contra de la retención de fondos de Chubut. El Congreso, donde el Presidente no tiene mayoría, decidió que no avanzara la Ley Ómnibus. Después podemos ver qué posición cada uno de nosotros tiene en relación a esos temas, pero hoy la República está funcionando.

-Es muy probable que el Congreso le voltee el DNU y con eso se abre una etapa nueva donde sí el Congreso va a tener mucha actividad. ¿Cómo ves ese panorama?
-Primero, adelanto mi posición favorable al DNU. Es una herramienta que usaron todos los presidentes, en particular Alberto Fernández, que fue uno de los presidentes que más DNU utilizó, así que es una herramienta constitucional y legítima. Pero, además, este DNU particular tiene reformas que van en el sentido correcto. Tiene una reforma laboral que la Argentina necesita. Vengo de ver una PYME en Gorina y una de las principales demandas fue que hagamos una reforma laboral para que puedan tomar más trabajadores. Hoy una PYME que tiene un juicio se funde por las multas indebidas, que además van al bolsillo de los abogados. Todos esos cambios que hacían falta, el DNU los incluía. Lo mismo que la derogación de la Ley de Alquileres. La reforma de alquileres que se hizo en el Congreso y que el kirchnerismo defendió fue una tragedia, no sólo para los inquilinos, sino también para los propietarios, para todos. Nadie ganó. La educación esencial. Si tuviéramos educación esencial, el lunes habría habido clases, no sólo en la Provincia, sino en todo el país. Entonces creo que el DNU va en el sentido correcto y me parece un grave error si el Senado lo rechaza.

-¿Estás trabajando en un proyecto sobre reforma laboral?
-Sí. Hay varios diputados que estamos trabajando en el PRO en reformas profundas, una es la Laboral. Seguramente vamos a tener una posición de bloque. Creo que es una de las cinco reformas más importantes que tiene que hacer la Argentina. Hace 11 años que no generamos empleo formal privado. Es insostenible que en un país se pueda crecer así y en parte es por las reglas de Contrato de Trabajo. La posibilidad de que el trabajador cuando se va se pueda llevar un fondo que se le deposita todos los meses y que funciona como un seguro más allá de que lo despidan o no, si decide cambiar de trabajo se puede llevar ese fondo a donde vaya. Esa es una idea en el sentido correcto. Que un trabajador no esté obligado a hacer un aporte compulsivo a un sindicato, que sea su elección si quiere aportar una cuota sindical. La libre elección de una obra social, que yo pueda elegir a qué obra social quiero aportar y a dónde quiero que atiendan a mis hijos. Esos, lejos de ser restricciones a los derechos, son derechos de los trabajadores. También estoy trabajando en un proyecto para jubilaciones. La fórmula de Alberto destrozó a los jubilados, los que no recibieron bono perdieron más del 40% de su poder de compra.

-¿Cómo debería ser esa fórmula?
-Tiene que ser una fórmula que se ajuste por inflación, y de acuerdo a lo que le diga el INDEC se gatille el aumento de la jubilación.

-¿La misma que había durante el gobierno de Mauricio Macri o modificada?
-La de Mauricio tenía una composición salarial y de inflación. Creo que tiene que ser, dada la condición actual del país, tiene mayoritariamente por inflación; y que tiene que recuperar desde enero para acá, desde lo que se perdió en estos meses de más alta inflación, porque hasta ahora a los jubilados se les pagó con la fórmula Alberto considerando hasta diciembre. Hoy una jubilación en Argentina, hasta el último bono y aumento, eran menos de 100 dólares. Es insostenible para cualquier jubilado.

-¿Se hace cada vez más difícil llegar a los acuerdos políticos?
-Aunque pueda ser difícil es absolutamente necesario. Creo que en una Cámara como la que tenemos hoy, donde nadie tiene mayoría, hay que construir y apoyar lo que esté bien para la gente, más allá de quién lo propone. Ese fue el espíritu con el que le apoyamos la Ley Ómnibus, ese fue el espíritu con el que apoyamos el DNU y ese es el espíritu con el que vamos a trabajar cada uno de los proyectos este año. La Coalición Cívica está trabajando en una fórmula parecida para la jubilaciones. Trataremos de aunar esfuerzos. El propio Gobierno también sé que que estaba trabajando en una fórmula. Tratemos de ponernos de acuerdo porque no se trata de con quién votas, sino quién recibe la consecuencia de la ley que votás. Hay siete millones de jubilados que están esperando, que no tienen tiempo para que nos pongamos de acuerdo.

LA INTERNA DEL PARTIDO

-¿Cómo ves la interna del PRO?
-El partido tuvo una interna durante los últimos cuatro años y eso no ayuda a crecer a nadie.

-Pero no se termina de resolver.
-Ahora tenemos una oportunidad, porque el 19 de marzo se eligen autoridades nacionales. Hay un consenso mayoritario en que Mauricio sea el presidente del partido. Estoy de acuerdo con eso y que el partido vuelva a ordenarse, no atrás de la candidatura de nadie, sino alrededor de ideas y de una identidad que fue la que nos llevó, en 20 años, a gobernar ocho años en la Ciudad, a gobernar la Provincia, a gobernar el país, tener presencia en toda la Argentina, tener muchos intendentes y tres gobernadores. El PRO tiene que volver a ser más parecido a lo que fue, que es un lugar donde se defiendan ideas y no cargos. Esa es la discusión que tenemos por delante. Seguro que el camino que hicimos en los últimos cuatro años por ahí no es.

-Un posible acuerdo del PRO con La Libertad Avanza, ¿no haría romper el PRO?
-El PRO es un partido político que tiene más de 20 años, con presencia en todo el país. No me imagino una fusión con ningún partido, no solo con LLA. Nosotros tenemos nuestro propio espacio, nuestro propio partido y gobernamos varios lugares del país, así que no me imagino una fusión. Sí creo que es un momento para no especular y ayudar a que al gobierno le vaya bien. No le quiero decir a los 46 millones de argentinos que tienen que esperar cuatro años a que el PRO gane una elección para que el país empiece a mejorar; me parece muy mezquino, me parece muy chiquito. La Argentina, en esta crisis, merece otra cosa. Luego, si con el tiempo hay acuerdo de rumbo y de valores, lo tendremos que ver más adelante, hoy no lo estamos discutiendo.

-Lo que sí está desmembrado es Juntos por el Cambio.
-Depende qué espacio. Los gobernadores siguen trabajando juntos, en el Congreso somos bloques separados. Siempre hay una historia de 8 años juntos que hace que tengamos muy buenos vínculos, pero hoy Juntos por el Cambio como tal no funciona. Una cosa es la realidad nacional y otras son las realidades provinciales, así que no está bueno generalizar.

-Ignacio Torres es del PRO y Bullrich es del PRO y han tenido el enfrentamiento muy fuerte.
-Hay que decir quiénes son los verdaderos responsables de esto que estamos discutiendo y eso tiene dos nombres: (Mariano) Arcioni y (Sergio) Massa. Arcioni se endeudó en la provincia de Chubut en la pandemia, fue refinanciando esa deuda, y en febrero del año pasado acordó con Massa que no la iba a pagar durante todo 2023 y la iba a pagar el gobernador que siguiera durante 12 meses, con una tasa que se ajusta por inflación. La deuda en origen era de 30.000 millones y pasó a 125.000. Para pagarla le puso de garantía un tercio de la coparticipación mensual.
Es evidente que la situación de los chubutenses es dramática. Ignacio Torres es un gobernador que tiene 35 años, no es parte de la casta, llegó para gobernar Chubut, una provincia que el kirchnerismo dejó detonada, y que quiere hacer un cambio. No veo tanta distancia, ni tantas diferencias entre el Presidente y el Gobernador en términos de rumbo. Todos tenemos que bajar un cambio y tratar de llegar a un acuerdo por los chubutenses y por los argentinos. Con esta discusión Argentina retrocedió 20 casilleros. Tenemos que ponernos los pantalones y de una vez discutir lo que hay que discutir, qué es la coparticipación, una Ley que quedó pendiente del 94.

-Todos lo dicen pero nadie se sienta a discutir la coparticipación.
-Sí, pero una cosa es decirlo y otra cosa es discutir la responsabilidad y participación del Presidente y de los 24 gobernadores. La Constitución es clara y dice que debe dictarse una nueva ley, que tiene que tener el acuerdo de las 24 provincias. En esa discusión tenemos que discutir cómo logramos el objetivo que la Argentina necesita, que es el equilibrio fiscal. Tiene que haber un objetivo común de déficit cero, donde cada uno va a tener que resignar algo, y tiene que haber un esquema justo de distribución. No puede dar lo mismo el que administra bien, que el que administra mal. Cuando yo era gobernadora, el porcentaje de inversión del presupuesto de la provincia creció, el déficit fiscal se achicó. Todas cosas que no pasaron durante el gobierno de Axel. El Gobernador dice que no le alcanzan los recursos, pero sumó 45.000 empleados públicos en los últimos cuatro años. Pagó fiesta de egresados para todos los chicos; a mí me encanta, pero antes quiero seguridad, salud, educación y cuentas ordenadas. No es lo mismo un gobernador como el de Formosa, que desde hace décadas viene viviendo del Estado y de la coparticipación, que un gobernador como Nacho Torres que acaba de llegar, tiene 70 días de gestión, o uno como Cornejo que gobernó y administró bien. Bajo el manto de los gobernadores no todas las situaciones y todas las provincias son iguales y eso también tiene que estar en la mesa de discusión.

“NO ES SACANDOLE A OTRAS PROVINCIAS QUE RECUPERAS RECURSOS”

-El partido no mostró una postura respecto del recorte de fondos que sufrió la
Provincia de parte de Milei, que sacó el Fondo de Fortalecimiento Fiscal. ¿Qué opinión tenés al respecto?
-Esto era algo que sabíamos que iba a pasar, porque estuvo mal hecho desde el principio. La provincia aporta el 37% de los recursos y recibe el 22. Cuando yo asumí la Gobernación era del 18 y Axel Kicillof era ministro de Economía y fue el ministro de Economía que menos le dio a la provincia de Buenos Aires. Nosotros, frente a esa desigualdad, primero fuimos a la Corte Suprema, después firmamos un pacto fiscal con el resto de las provincias y con el presidente de la Nación, que era Mauricio Macri, y eso fue validado en el Congreso y en la Legislatura de la Provincia. Todo eso hace que hoy con el Fondo del Conurbano, que son cuatro puntos de coparticipación, la provincia pasara del 18 al 22% y eso viniera a quedarse para siempre. ¿Qué hizo Kicillof? Le fue a pedir a su presidente amigo, a la primera rebelión policial que tuvo, que por decreto le sacara plata a la Ciudad y se la diera a la Provincia. ¿Qué hizo el Presidente? Hizo un decreto y se la sacó. Lo que mal empieza mal acaba y el Gobernador sabía que estos fondos eran de la Ciudad y que además tenían una base legal frágil. Hoy se escandaliza porque le sacan fondos que le dieron discrecionalmente en lugar de hacer lo que hicimos nosotros, que recuperamos 4 puntos de coparticipación sin sacárselos a ninguna provincia, con un pacto fiscal avalado por la Corte Suprema. En lugar de hacer ese camino, igual que hizo con YPF, igual que otras cosas que hace, las hace mal y después grita federalismo.
No es sacándole a otras provincias cómo recuperás recursos. Los recuperás discutiendo con la Nación. como hicimos nosotros, y eso que yo era gobernadora del mismo partido. Peleé contra el Presidente y el Gobierno Nacional y nos terminaron dando la razón. Hoy nadie le puede sacar esa plata a la provincia de Buenos Aires. Es mucho más fácil derogar un fondo, como lo hizo el presidente Milei, sacándoselo por decreto porque por decreto se había dado.

-Estás trabajando en una Asociación Civil también, ¿no?
-Si, ya trabaja desde hace cuatro años en Paraná, venía trabajando en programas educativos, de Medio Ambiente y de trabajo. A fines del año pasado, cuando su presidente Manuel Gainza, que fue nuestro candidato intendente y hoy es parte del Gabinete provincial, me propuso que nos hiciéramos cargo.
Hoy estamos llevando adelante un proceso de alfabetización. La mitad de los chicos que van a tercer grados no entienden lo que leen. Eso condiciona el resto de tu vida. Juntamos a un grupo de pedagogos y vamos a barrios pobres. La idea es federalizarla. Empezamos en Santa Cruz y Mar del Plata. Lo que hacemos es, en seis meses, capacitar voluntarios, y en seis meses enseñar a leer y escribir. Lo hacen dos veces por semana en casas de vecinos comedores, asociaciones vecinales. En cualquier lugar donde haya una mesa limpia, una silla y luz y voluntarios, se puede hacer. Nosotros facilitamos los manuales, el método y el material pedagógico, ahí estamos arrancando.

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