La gestión de Axel Kicillof se encuentra en una encrucijada, debe resistir los embates del Gobierno de Milei y, al mismo tiempo, sostener las políticas de bienestar social. Múltiples economistas analizan el contexto de la economía argentina, las medidas del Gobierno y el impacto en la Provincia.
Compartir
Fiel a su palabra, Javier Milei asestó con la motosierra a todos aquellos sectores a los que les prometió la poda en campaña. Lo cierto es que, liberar el dólar , desregular tarifas y achicar el gasto está desgastando fuertemente la imagen popular del Presidente, números que les gusta sostener alto. Por lo que resta saber si podrá pisar la inflación en un dígito y recomponer el poder adquisitivo de la población. Por otro lado, esta semana cerró con una derrota que los mercados ven con desconfianza, el fallido paso del DNU por el Congreso abrió una herida en el costado de la gestión libertaria.
Martín Epstein ,politólogo, analista económico y miembro del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), dialogó con La Tecla sobre el modelo político del Gobierno de Javier Milei y el programa desplegado. Consideró que la desregulación implementada, sin ningún tipo de recomposición salarial, no muestra indicios de que la inflación en los próximos meses cierre en un dígito, como esperan desde el Gobierno.
Epstein sostiene que la política del Gobierno es la misma desde la asunción, licuar salarios y achicar el poder adquisitivo. “La situación que estamos viviendo es una recesión provocada e incentivada por el gobierno con su ausencia de políticas de recomposición de salarios”, sostiene.
Como una receta, encuentra que el primer paso fue la devaluación de diciembre pasado del 118%. En segundo lugar, la desregulación de los rubros sensibles en la economía de las mayorías, “alimentos, energía, salud, educación, gastos que te pegan por todos lados y que el Gobierno, lejos de regular, lo que hizo fue correrse y observar”, explica. Por último, como una suerte de revés, ahora deben paliar la disparada de precios con medidas. “Tiene (la importación de alimentos), en teoría, un efecto de bajada de la presión inflacionaria. Pone a competir a los formadores de precios locales con la importación, pero ese es un efecto que se sostiene en el mediano plazo”, agregó.
Respecto a la inflación, encuentra dos grandes hechos a analizar, por un lado la reactivación económica y el optimismo, infundado quizás, de Milei de bajarla a un dígito y que se sostenga así en los próximos meses.
“Esta desaceleración que se vio en los primeros tres meses fue esperable. Devaluaste un 120% y te fuiste a una inflación de 25 puntos en diciembre, lo normal, lo esperable, es que la inflación baje fuerte los primeros dos meses”, y agrega sobre el rumbo del Gobierno: “para que se reactive la economía tenés que generar una reactivación económica, que no está dándose y que el propio Gobierno no quiere generar. ¿Cómo hacés para reactivar la economía si hay una recesión como la que tenemos ahora? ¿Cómo hacés para generar mayor consumo, que es uno de los motores para reactivar la economía, si los salarios pierden contra la inflación sistemáticamente? Yo no veo buenos augurios de recomposición económica el próximo año”, advierte.
En relación al panorama en territorio bonaerense, el economista sostiene que el problema de la provincia de Buenos Aires es estructural, genera mayor riqueza de la que recibe por la vía impositiva.
“El extra es que el programa económico que quiere llevar adelante, y que está llevando adelante el gobernador, es un programa que va en el sentido opuesto al programa económico de Milei. Entonces, obviamente su responsabilidad es cumplir con ese programa porque es el mandato que le dio el pueblo de la provincia eligiendolo”, y agrega que “el límite que encuentra es que la macro la maneja el Gobierno nacional, de ahí se abre una chance para articular con los otros gobernadores alguna estrategia conjunta que le permita solventar un poco la situación”.
“Hay una recesión fuerte que se siente en todo el país y eso afecta a la actividad económica. Además, si te fijás el índice de precios del mes de febrero en la provincia de Buenos Aires, en el Gran Buenos Aires en realidad, la variable transportes o el rubro de transportes subió 86% en un mes en la Provincia, esto tiene consecuencias negativas muy fuertes en la economía bonaerense”, sumó.
Por su parte, el economista Jorge Ingaramo sostuvo que hay movimientos hechos por parte del Gobierno que, por lo menos, son “arriesgados”. A su vez, señaló que la desregulación de las tarifas era necesaria pero que “lo hubiera hecho de una forma más gradual”. “Va a haber mucho sufrimiento para los sectores del comercio e industria, y se agrega a la clase media”, pero remarca positivamente que “la inflación pura del mes de marzo va a ser de un dígito”.
“La baja de la tasa de interés ha sido fuerte, no esperaba una reducción de 20 puntos de la tasa de referencia. Obviamente eso, ahora los bancos compiten por la tasa de interés de los ahorristas. Veo un poco arriesgado este movimiento porque puede producir una y otra corrida, pero no tengo duda de que va en el camino correcto y marca un sendero que se pone bastante en línea con la evolución esperada del dólar futuro”, aseveró de manera optimista.
Respecto a la importación de alimentos, Ingaramo pronostica una baja de precios observable en las góndolas de los supermercados argentinos. Además, indica que esta medida “disciplina” a cadenas que sin justificación aumentaban precios indiscriminadamente.
“Van a traer productos de contrastación a la Argentina y eso va a pujar hacia abajo los precios. Hubo un momento en que se produjo una mega devaluación, que fue un rodrigazo explícito, concreto, el 13 de diciembre pasado. Es evidente que eso va a tener un efecto (la importación de alimentos) y no considero que perjudique grandemente a las industrias formadoras de precios”, sostuvo.
Por otro lado, indicó que “la economía argentina debería ir abriéndose lo más rápidamente posible, no digo salvajemente para matar empresas, sino cuidadosamente”, dado que esto permitiría moderar los precios de los alimentos.
Acerca del rechazo al Dnu en el Congreso, Ingaramo no cree que esta sea una buena señal para los mercados del exterior. Al mismo tiempo, agrega que una ley con 600 artículos es contraproducente. “A los temas hay que tratarlos de a uno y hacer las alianzas pertinentes”, precisó.
Por último, celebró la gestión del ministro de Economía, Luis Caputo, que “pese a la violenta caída de la recaudación en el mes de febrero, que le produjo una caída real de los ingresos al Tesoro Nacional de 2,5%, pese a eso tiene superávit, en el primer bimestre acumuló superávit fiscal y superávit financiero”, y agregó que “esa es la base a la que tienen que aferrarse, ir emprolijando y cuidando las formas”.
El economista y director de Research For Traders, Gustavo Neffa, sostuvo que el gobierno de Milei pasó de un modelo distribucionista, como fue el de Alberto Fernandez, hacia un modelo donde los precios relativos se encuentran sincerados.
“El mecanismo utilizado por el Gobierno (Milei) es una devaluación para sincerar el precio del tipo de cambio y, sobre todo, las tarifas para ajustar lo que es el déficit fiscal”, afirmó. A su vez, agregó que “la gestión anterior dejó un agujero negro muy difícil de remontar, incluso con un tipo de cambio tan atrasado que convenía más importar que producir, lo que derivó en reservas netas negativas de 11.000 millones de dólares. Es decir, así recibió el país Javier Milei”.
En tanto, señaló que este es un año de transición. “La inflación después de tocar un pico de 25% alcanza un 13,4% en el último dato de febrero, marzo va a presentar una estacionalidad muy alta también, por todos los aumentos que están programados, y porque marzo es un mes con una estacionalidad alta”, afirmó
Neffa advierte que las condiciones de la provincia de Buenos Aires no son las mejores de cara al vencimiento de deuda que enfrenta, unos 330 millones de dólares de vencimiento este año.
“Es la provincia que más vencimientos tiene, la más grande.¿Es algo problemático? En condiciones normales no, pero en estas condiciones sí. El gobierno de la provincia de Buenos Aires está enfrentado con el Gobierno nacional por ideología política, pero en segundo lugar porque no quiere ajustar”, advierte.
