Juan Martin Mena: “Hay que refederalizar el delito de narcomenudeo”
El ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia en un mano a mano sobre todos los temas de su área y la actualidad política
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Juan Martín Mena, recibió a La Tecla para hablar de los problemas del sistema judicial, del déficit penitenciario, y de la situación política del país y del peronismo. Definiciones imperdibles en una extensa charla en el despacho donde se siente más cómodo de los dos que tiene en La Plata, y donde todavía, dice, le faltan colgar algunos cuadros de Néstor y Cristina.
-¿Con qué justicia se encontró en la Provincia? -Me encontré con una justicia que tiene sus cuestiones a mejorar, como la justicia de todo el país y de todo el continente. Me encontré con una justicia en la que todavía hay una enorme voluntad de trabajar para el ciudadano, con inquietudes y problemas a solucionar, con ideas, proyectos, pensando en el mejor servicio de justicia para las y los bonaerenses. Y eso es toda una satisfacción.
-¿Y los déficits? -Hay problemas estructurales que debemos trabajar fuertemente. Tenemos una situación crítica, que se viene generando desde hace años, que son las vacantes. Esa va a ser una prioridad absoluta de mi gestión. Y después tiene las complejidades del segundo sistema judicial de Latinoamérica en términos cuantitativos. Estamos abocados a cuestiones de organización judicial, de cobertura de vacantes, y de lo que puede hacerse en la modernización del sistema. Si hay un aspecto sobre el que hay unanimidad de opiniones es en la insatisfacción del ciudadano con la justicia. Ahí no hay grietas. Los informes más serios indican que entre un 78 y un 84% de los argentinos estamos disconformes con el sistema de justicia.
-¿A qué se debe? -Tiene distintos orígenes esa insatisfacción. Hay un problema con los tiempos. La justicia es lenta para resolver los conflictos cotidianos. Hay otros problemas, si se quiere, más estructurales, históricos; es un poder del Estado al que, por definición, no le es tan fácil someterse a los cambios sociales y culturales, que suelen ser mucho más vertiginosos. El Poder Judicial está atado, todavía, a costumbres más propias de otro siglo que del siglo XXI. Hay varios componentes que son el motivo de una justicia que no termina de encajar con las demandas de la sociedad. Después, hay problemas más coyunturales, como la sobrecarga de trabajo por las vacantes, y eso hace a la lentitud de los procesos. Tenemos focos puntuales, por ejemplo en la Justicia de Familia, en la Civil. Un problema que está atado, también, a cuestiones presupuestarias. Cuesta mucho cuando hacés grandes reformas en materia judicial. Porque implican gran cantidad de presupuesto.
-¿También hace falta más estructura? -Sí, sin duda. Estamos desarrollando un trabajo muy importante de revisión y reorganización de la justicia de la Provincia, que es muy compleja y extensa. La sociedad se mueve a una velocidad que no es con la que se mueven las estructuras del Estado, y ahí es donde se genera un desfasaje. Cada vez que se hacen cambios normativos tiene que haber una estructura que los absorba y procese. Podés cambiar la política criminal con una ley en dos minutos, pero después tenés no sólo un sistema de administración de justicia que debe responder a eso, también un sistema penitenciario. La crisis que tenemos en materia penitenciaria es fruto de que en el 2017 se modificó la política criminal, pero nadie hizo nada por fortalecer la política penitenciaria. Tenemos un trabajo enorme por hacer y eso es mejora de recursos humanos, mejora de infraestructura, algunos cambios normativos. Tenemos proyectos normativos para que la administración de justicia pueda trabajar más rápido y en mejores condiciones.
-¿Es necesario que haya un cambio en el Código Procesal Penal? -Yo no veo la necesidad. La provincia de Buenos Aires tiene un Código Procesal Penal ágil, un sistema acusatorio que es de avanzada. Hay experiencias más modernas que podrían implicar algún que otro ajuste, pero no veo una situación estructural de necesidad de modificar el procedimiento penal en la Provincia.
-El Gobernador planteó que debe ser la Justicia Federal la que trate los delitos de narcomenudeo. ¿Qué opina? -Absolutamente de acuerdo. No sólo he recibido la instrucción, sino que lo hemos discutido y debatido profundamente con el Gobernador y estamos de acuerdo que el sistema, así como fue reformado hace poco más de una década, no arrojó buenos resultados. Fue una decisión de política criminal en la que se resolvió que el narcomenudeo lo investigaban las provincias (algunas adhirieron y otras no) y el sistema federal quedaba para el narcotráfico. A diez años vista, estrictamente hablando de la provincia de Buenos Aires, el resultado fue espantoso,y por eso es que con el Gobernador venimos planteando la refederalización.
-¿Por qué fue un mal resultado? -El primer motivo es que se evidencia un corte en las investigaciones. No paramos de detener, investigar y juzgar a pequeños comerciantes de estupefacientes, el famoso narcomenudeo, y nunca se llega a la investigación completa, porque llega un momento en que el fiscal y la policía provincial tienen un límite legal sobre el cual no pueden avanzar. Y una de las formas de llegar a las grandes organizaciones es empezar por el que vos cazaste en la calle, vendiendo estupefacientes, para después seguir la cadena. Cuando en el medio hay un cambio de jurisdicción se genera un quiebre que no dio buenos resultados. Cuando vos ves la cantidad de procesos, juicios, investigaciones y detenciones por narcomenudeo en la provincia de Buenos Aires, y ves el procesamiento de la justicia federal respecto de las organizaciones de narcotraficantes, concluís que la federal no está haciendo nada. Tampoco es un corte abrupto. Nuestra policía va a seguir investigando y reprimiendo el narcotráfico y el narcomenudeo, y nuestros fiscales también van a seguir trabajando, porque el narcotráfico está rodeado de otra cantidad de delitos que son competencia de la Provincia. Lo que tiene que haber es una autoridad federal que asuma esas investigaciones. Debemos privilegiar que toda causa que se inicie por narcomenudeo, termine en la sanción del más grande. Por ejemplo, el ataque financiero a las bandas de narcotráfico, que es un delito federal. Hay que pegar un timonazo, cambiar de estrategia y trabajar en equipos conjuntos de investigación. Lo hacemos con otros países, ¿cómo no lo vamos a hacer entre la Provincia y el Estado federal?
-¿Ese el reordenamiento jurídico que usted propone? -Exactamente. Dentro del reordenamiento, que atiende a varias cuestiones, no exclusivamente la penal, uno es el anuncio que ya ha hecho el Gobernador de que reordenemos cómo atender este fenómeno, que hay que atacarlo de raíz. Dede haber una autoridad federal que comande las investigaciones de narcotráfico y narcomenudeo. No se puede pasar todo el narcotráfico a las justicias provinciales. Reordenar competencias frente a un hecho que evidentemente no está dando los mejores resultados.
-¿Van a llevar alguna propuesta para que esto se modifique? -Estamos hablando con la Autoridad Federal y coinciden en que hay que refederalizar el delito de narcomenudeo. Se abre una ventana de trabajo donde tenemos que estar todos los actores muy coordinados: las Legislaturas; fuerzas de seguridad; ministerios, las Cortes de Justicia; los fiscales con los fiscales federales. Una mesa interjurisdiccional que administre el periodo de transición para volver al sistema de hace 15 años en que todo el delito era federal. No es una reforma que se aprueba una ley, se publica en el Boletín Oficial y al otro día se concreta y yo le mando 5.500 presos al sistema federal. Va a llevar tiempo. Luego, la reforma normativa es la frutilla de este trabajo y algo más sencillo, porque hay un acuerdo de todas las fuerzas políticas de que esto no ha dado resultado. Por eso el Gobernador lo planteó, tuvo la voluntad política, y nos pidió a todos los que tenemos competencia en el tema que trabajemos para arreglarlo.
EL PRESENTE DEL PAIS “Milei y Macri están decididos a hambrear al pueblo”
-¿Por qué la Argentina se volcó tanto hacia la derecha? -Creo que es un fenómeno multicausal y extremadamente complejo, que no sólo se registra en nuestro país. La política en su conjunto tiene que hacer una profunda autocrítica respecto de determinadas cuestiones que hicieron a la gente sentir una insatisfacción muy grande. Yo no creo que los argentinos se levantaron un día de noviembre del año pasado y se hicieron todos de derecha. Sí apareció un fenómeno que le dijo a la gente lo que quería escuchar, respecto de una ausencia de resultados por parte de la política que administró este país en los últimos años; desde mi punto de vista con un discurso irresponsable, poco empático, individualista, porque nada de lo que Milei sostiene me lleva a pensar que esto va a llevar a un buen resultado, me parece absolutamente errado. Sinceramente, no veo que sea posible que el 56% de los argentinos se levante un día y sea de derecha, no se trata acá de cuestiones ideológicas sino de una cuestión muy pragmática.
-¿Y ahora? -Mi diagnóstico es absolutamente insatisfactorio. Milei y Macri están decididos a hambrear al pueblo, a vaciarle la heladera a la gente y a castigar al laburante. No veo cómo las medidas que está adoptando te puedan llevar a un buen resultado. ¿Quién quiere matarse hoy para que en 45 años, en un futuro incierto, te digan que vamos a estar bárbaro? ¿Vos aceptás morir hoy para estar bien mañana? No, si te vas a morir. ¿Quién va a aceptar ese plan? Morite hoy, que en 40 años vas a estar bien. No, voy a estar muerto. Es antinatural, errado, está mal. Lo que está haciendo, claramente, no conduce a un buen resultado. El tipo está obsesionado con una teoría económica. El otro día el Gobernador lo explicó muy bien en un acto en Bahía Blanca. (El presidente Milei) habla de la Escuela Austríaca, que no se aplicó en ningún lado. Eran cuatro locos que elaboraron una teoría que nadie practicó, que ningún resultado obtuvo en ningún lugar, y él habla de la Escuela Austríaca como si fuese la panacea. Cuando uno ve las medidas que está tomando, lo único que ve es crueldad, individualismo, todas son de ataque al propio pueblo que quiere conducir. ¿Para qué pido el voto? ¿Para pelearse con todos los argentinos? Se pelea con los políticos, agrede a artistas, a maestros, a todo el mundo. Me parece que no está respondiendo a los millones de argentinos que le dieron el honor de ser el presidente de la República. No le está cumpliendo a ellos, principalmente. Todas las medidas van hacia el empobrecimiento del pueblo, al ataque al laburante, a vaciarte la heladera. No hay forma de que eso salga bien.
PERONISMO Y KIRCHNERISMO “Tenemos que escuchar a la gente y ofrecerle una salida real”
-¿Cómo ve al peronismo y al kirchnerismo en particular en esta etapa histórica? -Así como 56% de los argentinos votaron para que Milei conduzca los destinos de la Nación, 52% votó para que lo siga haciendo Axel Kicillof. Por lo tanto, las políticas que nuestro sector despliega en la Provincia también fueron avaladas por una rotunda mayoría, que nos dijo sigan por este camino. Entonces, vamos a seguir haciendo política como lo hacemos con toda nuestra dirigencia, trabajando en un horizonte muy claro. Y, en paralelo, sin duda, tendremos que hacer una autocrítica respecto de por qué ese voto de confianza se perdió a nivel nacional. Pero no tenemos que cambiar en nada, porque así lo decidió el pueblo de la Provincia. Por eso, como bien dice el Gobernador, vamos a seguir construyendo escuelas, vamos a garantizar la educación pública. Kicillof definió paritarias en enero, febrero y marzo. Y mientras los recursos nos den lo vamos a seguir haciendo, porque no vamos a trabajar nunca en contra del laburante. Vamos a seguir haciendo hospitales, comprando ambulancias, fortaleciendo las fuerzas de seguridad.
-¿Y después de Milei, qué? -Nosotros tenemos que seguir lo que están haciendo nuestros dirigentes. Axel Kicillof lo está demostrando como gobernador, cumpliendo con el voto de confianza que le dieron los y las bonaerenses. Vamos a seguir haciendo lo que hacíamos, lo vamos a hacer mejor, y lo vamos a amplificar, por más que nos corten los recursos y nos ataquen permanentemente. El ataque no es contra el peronismo, ni contra Kicillof, es contra los bonaerenses, y nosotros los vamos a defender.
-¿Cuán es la autocrítica? -Tenemos que discutir muchísimas cosas. Cristina Kirchner, en una de las últimas conferencias que dio, en la sede de la UMET, dijo que debemos discutir un montón de cuestiones, como partido, como fuerza política, para adaptarnos a los problemas reales que está viviendo nuestra sociedad. Y tenemos que animarnos a dar esas discusiones, que a veces no damos pensando que son grandes banderas, porque eso nos aleja de la sociedad. Tenemos que discutir cuestiones de nuestro propio funcionamiento y de los grandes temas que el peronismo propuso siempre para gobernar. Debemos aggiornarnos a las necesidades de nuestro pueblo. Es lo que está haciendo Máximo Kirchner en la Cámara de Diputados, recorriendo cada distrito de la provincia de Buenos Aires, escuchando a los vecinos, a los intendentes, y defendiendo a la Provincia en el Congreso Nacional. Entonces, si bien tenemos que hacer autocrítica respecto de algunas cuestiones que no supimos manejar de la mejor manera durante el último periodo que nos tocó conducir el Gobierno Nacional, tenemos que seguir escuchando a la gente y ofrecerle una salida real que convenza, y después asumir, ejecutarlo y cumplirlo. No hay mucha magia más que esa. Tenemos que volver a convencer para poder seguir haciendo lo que hicimos.
CARCELES Y PRESOS “El sistema penitenciario está en una profunda crisis”
-¿Qué le trae más dolores de cabeza, la justicia o el Servicio Penitenciario? -No son dolores de cabeza. Sí, sin duda, es mucho más grave la situación del sistema penitenciario bonaerense que la del sistema de administración de justicia, que es sano, está trabajando bien y sólo necesita algunos ajustes. No está en crisis. El sistema penitenciario sí está en una profunda crisis. Hoy tenemos 54.000 personas privadas de la libertad con 30.000 plazas; estamos administrando 24.000 personas más de lo que nuestra capacidad permite. Es grave.
-¿Cuántas de esas están en comisarías? -No, te estoy hablando de los que están en la cárcel. Además tenemos 2.400 en comisarías. Tener un preso en una comisaría son menos policías en la calle, hechos de inseguridad peores porque las comisarías no están preparadas para alojar personas de manera permanente y el personal policial no está capacitado para administrar la pena de prisión. La crisis es severa. Pese a todo eso, el Gobernador llevó adelante el plan de infraestructura penitenciaria más ambicioso y revolucionario de la historia. En los 200 años del Servicio Penitenciario bonaerense se construyeron 24.000 plazas de alojamiento; Kicillof, en 2020, anunció la construcción de 12.000, o sea la mitad de las que había. De esas 12.000 plazas se han inaugurado 6.570, y nos quedan 5.000 para inaugurar este año.
-¿Se van a poder terminar? -Desde que asumió, el presidente Milei retiró el financiamiento de esas plazas. Vamos a hacer el máximo esfuerzo para que la Nación les dé a los bonaerenses los recursos que son de los bonaerenses. Por ejemplo, la Alcaidía de Escobar la teníamos al 10 de diciembre del 2023 al 88% de obra, y nos retiraron los fondos. Es criminal que se mantenga frenada. Tenemos una crisis de alojamiento enorme que no sólo repercute en cuestiones de inseguridad, sino en la habitabilidad en la que estamos haciendo cumplir la pena privativa de la libertad. El gobierno de Kicillof va a terminar las obras. Esperamos recuperar fondos que el Estado Nacional está obligado a darnos, y si no, con fondos provinciales y la mejor administración de nuestros recursos vamos a terminarlas, porque es un tema clave, que incide directamente en la seguridad de nuestra población.
-¿Y cuántas plazas más harían falta? -No se trata de la discusión de más cárceles o menos presos. Tenemos que poder absorber lo que el sistema judicial decide encarcelar. Con las 12.000 plazas nuevas vamos a quedar en alrededor de 36.000, pero tenemos 54.000 presos. Además, hay que reemplazar cárceles muy viejas. Algunas tienen 120 años y hoy la ejecución de la pena cambió, incluso en la modalidad del trato y el tratamiento. No se trata de apiñar personas y encerrarlas en un pabellón sino de darles educación, trabajo, que el paso por la cárcel cumpla con el fin que marca la Constitución Nacional, nuestras leyes nacionales y los tratados internacionales, que es la denominada resocialización.
“Hay que fortalecer en materia de recursos humanos”
-¿Hay que hacer cambios en el funcionamiento del Servicio Penitenciario? -Nada se puede hacer sin un Servicio Penitenciario acorde a administrar la crisis que estamos administrando. Así como hay un déficit de plazas lo mismo pasa en materia de recursos humanos, con 30.000 agentes para 54.000 presos. En la ratio agente por preso estamos en un 0,48, cuando el ideal es 1,5. Hay que tener un agente y medio por cada persona privada de la libertad y tenemos 0,48. Entonces, hay que fortalecer en materia de recursos humanos al sistema penitenciario. Eso está atado a una cuestión presupuestaria, porque debe haber recursos para hacer incorporaciones, que deben ser miles. Y a esas personas hay que formarlas dos años en la Escuela de Cadetes del Servicio Penitenciario. Se trata de mejorar las condiciones de trabajo y las condiciones salariales del personal penitenciario. No es lo mismo para un celador que está a cargo de un pabellón tener a 40 personas que controlar durante la noche a 150. Y con esto no estoy ni evitando ni blanqueando que también hay hechos que no vamos a permitir. Hay cuestiones vinculadas a pequeños actos de corrupción, actos de violencia ilegal por parte de la fuerza, y eso lo vamos a sancionar.
Por qué se no se constituye la Policía Judicial
La Policía Judicial se creó hace muchos años en la Provincia, pero nunca se implementó. Mena asegura que la demora es por “una cuestión pura y exclusivamente de recursos”, aunque reconoce que “es necesaria para una mejor aplicación de la legislación que tenemos”. Sostiene que esa fuerza “está muy atada al Código Acusatorio, que la Provincia tiene desde mucho antes que el Sistema Federal. De la mano del sistema acusatorio debés tener una policía de seguridad y de prevención y luego lo que se denomina Policía Judicial, que es en realidad un cuerpo de investigadores”. Pero sacarla a la calle requiere “duplicar todo el recurso económico y humano que hoy tenés en la Policía. Hay que dotarla de gabinetes criminalísticos, fierros en términos de infraestructura, máquinas que valen millones de dólares (elementos para la experiencia balística, ADN, huellas, levantamiento de rastros). Es una inversión de material muy grande, además del recurso humano”.
“Sabíamos que el acuerdo con el FMI era ruinoso”
“Estamos discutiendo comer en la Argentina”, dice Mena. Y la repregunta es obligatoria, porque el gobierno de Alberto Fernández terminó con 50% de pobres. La respuesta: “Sí, claro. Ese es el déficit que tuvo, y fue lo que evidentemente nos sacó del gobierno nacional. No se podía hacer todo con la formidable deuda con el FMI que nos dejó Macri. Lo dijimos, y se puso en crisis incluso dentro de la coalición. Sabíamos desde el primer día que el acuerdo con el FMI era ruinoso, era inflacionario, y venía a generar desempleo y a empobrecer a nuestra población. Así terminamos. Por eso fue la postura crítica interna que tuvimos y no lo pudimos resolver. Máximo Kirchner tomó una decisión, y dijo no puedo seguir conduciendo el bloque de diputados nacionales porque tengo profundas críticas en este tema. Nuestra fuerza política lo sabía, lo planteamos, y pese a eso se firmó un acuerdo con el FMI que tuvo las consecuencias que todos sabíamos que iba a tener.
“El espacio tendrá los reacomodamientos naturales”
El ministro no quiere entrar en polémicas respecto a la interna de Unión por la Patria. Asegura que “toda nuestra dirigencia; quienes estamos en el gabinete de la Provincia; el Gobernador; nuestros diputados nacionales; el partido Justicialista de la Provincia, con su presidente Máximo Kirchner; Cristina Fernández de Kirchner con su rol como dos veces presidenta y vicepresidenta de este país y una militante que dio su vida entera por los argentinos y las argentinas; todos, tenemos un solo objetivo, que es trabajar por las y los argentinos. El espacio tendrá los reacomodamientos naturales que tenga que tener para enfrentar el proceso que deba enfrentar, y eso se da naturalmente. Ni los políticos, ni los comentarios de café, nada va a modificar la naturalidad de las cosas, y el peronismo irá con una propuesta para poder gobernar. No sólo seguir gobernando la provincia de Buenos Aires, sino el país. Me parece casi hasta utópico tener que opinar sobre eso hoy”.
“A veces pienso que estamos en una realidad distópica”
“Sinceramente, a veces pienso que estamos en una realidad distópica. Que estemos viviendo las cosas que nos está haciendo vivir Javier Milei con Mauricio Macri en el carrito de atrás. Es increíble que estemos discutiendo el salario, la heladera de los argentinos, la educación. Me parece que toda nuestra preocupación tiene que estar en cuidar a nuestro pueblo. Están proponiendo que nos peleemos entre los argentinos. No queremos pelearnos, ¿cuándo lo van a entender eso? Queremos ser la República Argentina. Se levanta un día y se pelea con un gobernador, al otro día con otro, después le quita la guita a los maestros. El Fondo Nacional de Incentivo Docente está desde 1999; no se le ocurrió a ningún presidente sacarlo. Este se levantó un día y dijo esto no se paga más. Lo que se está viviendo es muy crudo y las discusiones políticas no nos pueden distraer un segundo”.
“Sería muy bueno que todos lean Sinceramente”
“No por ser el mejor libro que haya leído, pero sí por el contexto de esta nota. Sería muy bueno que todos lean Sinceramente, el libro de Cristina, donde hace una profunda autocrítica de algunas cuestiones muy conocidas de su gestión y le habla al pueblo respecto de todo lo que atravesó, lo que decidió, lo que vivió. Creo que es la mejor radiografía de lo que significan los dos gobiernos de Cristina. Ahí explica los grandes temas que atravesó durante los dos gobiernos, por qué hizo lo que hizo y me pareció algo disruptivo, incluso para un presidente que gobernó como gobernó ella, que escriba y explique grandes cosas. Porque su último gobierno, particularmente, se distorsionó por completo. Básicamente, se habló de ella todo el tiempo. Y en Sinceramente dijo ahora quiero hablar, explicar yo. Nos criticaban las cadenas nacionales, sin cadenas nacionales la gente ni se enteraba de lo que hacíamos”.