10 de abril de 2024
MIRADA AL FUTURO
El desafío de los soldados de Axel: cómo construir sin enfrentar a Cristina
El mandatario provincial tiene desafíos políticos atados a la reconfiguración del peronismo que requerirán estrechar lazos con diferentes sectores. El rol del multiespacial equipo de gobierno y la función central del círculo íntimo
“La Cámpora nos corre con eso de que somos solamente técnicos, pero no es así. Es cierto que somos técnicos porque nos formamos en distintas especialidades, pero construimos políticamente para Axel; nuestra lógica es la construcción de Axel”, explica una de las personas más cercanas al Gobernador. Más allá de la respuesta al sector interno con el que existe un cortocircuito crónico, la frase encierra otra revelación: el axelismo empieza a jugar de otra manera.
Kicillof aparece más convencido de que es su momento para tomar las riendas. Empezó a convivir con eso y puede manejarlo sin que se convierta en una carga incómoda. La dirigencia comienza a exigírselo también. “Hay un reconocimiento por parte de los intendentes del fenómeno social electoral que él representa”, graficó un ministro, quien destacó que el Gobernador vivió esa demanda en carne propia en la marcha del 24 de marzo.
Kicillof nunca será un cultor de la rosca, pero sabe que será llamado a tomar un rol protagónico y eso obliga a decisiones fuertes. El problema sigue siendo siempre el límite que se autoimpone para no molestar a Cristina Fernández, con la que sigue manteniendo diálogo fluido sin intermediarios.
“Siempre para él va a ser mejor que el proceso de reconstrucción del peronismo sea en paz, pero el otro sector no tiene esa predisposición”, alertó un ministro que ve en el kirchnerismo duro, corporizado en La Cámpora, la principal piedra en el zapato. “Axel tiene una lógica constructiva, y del otro lado hay lógica destructiva”, insistió el funcionario. Si eso sucede, el Gobernador no tendrá alternativa.
Son cada vez más los sectores que reniegan de la digitación excesiva ejercida por Cristina y
de los fracasos derivados de esa verticalidad extrema. No pocos atribuyen a “los caprichos” de Máximo Kirchner esos errores de conducción de alguien que entiende la política y el juego como nadie. Además, La Cámpora parece cada vez más encerrada en sí misma cuando la apertura es el sentimiento que gobierna al resto del peronismo y sus satélites, siempre ávidos de poder. En ese sentido, Kicillof afina relaciones con una mirada renovadora. Por caso, los contactos con el cordobés Martín Llaryora son frecuentes y van en la línea de un peronismo más abierto, aggiornado, con el objetivo de volver a conquistar la confianza perdida.