El pedido de endeudamiento que hizo el Gobierno bonaerense avanza lento en Nación
La Provincia presentó el trámite que exige la Ley de Responsabilidad Fiscal para avanzar en el pedido de empréstitos extranjeros. El expediente estaba “pisado” por el Gobierno de Milei pero en las últimas horas parece haber salido del letargo y eso crea expectativas en el administración provincial.
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“No te dicen que no, pero el trámite lo tienen pisado”, reconoció el ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, cuando La Tecla lo consultó por los endeudamientos que la Provincia necesita, pero requieren de una autorización del gobierno de Javier Milei. Sin esos recursos a la administración de Axel Kicillof se le hará cada vez más difícil sostener programas que todavía resisten la motosierra, y hasta podrían complicarse prestaciones básicas. Por el momento, en el Ejecutivo sostienen que los salarios no se verían afectados, pero lo cierto es que tampoco podrían seguir el ritmo de la inflación. Básicamente, si no se consiguen empréstitos, toda la estructura financiera se resquebrajará aún más.
En la entrevista publicada en la edición impresa de esta semana, Bianco dijo que “además están los operadores vinculados a Milei, que muchos son funcionarios públicos y operadores financieros, que llaman a los mercados para pedirles que no le presten dinero a la Provincia. Operan de todas las formas posibles para asfixiar financieramente a las provincias en general, y muy en particular a la provincia de Buenos Aires”. Será, entonces, un segundo escollo a sortear una vez concedidos los permisos.
En ese contexto, La Tecla preguntó cuántas autorizaciones se pidieron y por qué monto, pero la información no fue suministrada. Sí se conoció que, tras las declaraciones del ministro de Gobierno, en el día de ayer el expediente que Bianco denunció como “pisado”, salió del organismo nacional que lo tenía en estudio desde hacía varios días. El avance es mínimo porque todavía quedan pasos por cumplir, pero no deja de ser un dato que en el Ejecutivo bonaerense tomaron como positivo.
Como se sabe, el Gobernador podría compensar la falta de recursos y la caída de la recaudación con emisión de deuda. Sin embargo, la obligación legal de conseguir la autorización por parte de Nación es un verdadero problema en el marco de un contexto político adverso para Kicillof con Milei ocupando la Casa Rosada.
El mandatario provincial se comprometió a hacer una política anticíclica a la impulsada por el Presidente, para que en la provincia de Buenos Aires no se derrumben los programas sociales, se mantenga el rol del Estado en los servicios esenciales y se sostenga aunque sea lo indispensable en obra pública. Pero todo eso necesita dinero y, con la recaudación propia y la coparticipación en baja por efectos de la recesión, la única salida parece ser usar todas las herramientas posibles, entre las que se destacan los endeudamientos.
El Gobernador está autorizado por la Legislatura para tomar préstamos internacionales y en el mercado interno, y para operar con Letras de Tesorería, un instrumento valiosísimo para las últimas administraciones provinciales, que les ha permitido hacerse con dinero fresco con frecuencia, pero no alcanzan a cubrir toda la demanda de pesos que tiene la Provincia.
La traba legal para buscar financiamiento externo de forma directa está en el artículo 25 del Régimen Federal de Responsabilidad Fiscal (Ley 25.917), que dice: “Los gobiernos provinciales, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de los municipios para acceder a operaciones de endeudamiento y otorgar garantías y avales, elevarán los antecedentes y la documentación correspondiente al MINISTERIO DEL INTERIOR, el que conjuntamente con el MINISTERIO DE ECONOMÍA efectuarán un análisis a fin de autorizar tales operaciones conforme a los principios de la presente ley”.
Como expresó un funcionario bonaerense, “el Presidente les hace a las provincias la Doble Nelson, por un lado les saca recursos y por el otro se retira de las responsabilidades del Estado”. A esa llave de judo habría que agregarle que además tiene en su poder la facultad de trabarles la búsqueda de recursos mediante otros instrumentos.
Así, Kicillof (y como él el resto de los gobernadores) quedan a merced de la buena voluntad del Gobierno para tener algo más de lo que llega por coparticipación federal y de lo que recauden por sí mismos. En ese sentido, y cuando parecía que el panorama se ensombrecía cada vez más, que el expediente haya salido de su letargo en algún cajón del área económica de la Nación enciende una tenue luz de esperanza. Esperan en la Provincia que el Ejecutivo nacional comprenda la dimensión del problema -que incluso se le volvería en contra al propio Milei- para que de una vez por todas autoricen a que la administración bonaerense salga al mercado en busca de aire.
Según dijo Bianco, la Provincia aún “no está asfixiada“, pero Milei pareciera que lo quiere hacer mientras busca confrontar directamente con el peronismo kirchnerista, que tiene a Kicillof como su espada institucional más fuerte. Y a mandatario bonaerense también le queda bien el traje de la contracara del Jefe de Estado libertario. Eso supone una guerra sin treguas. Pero, en rigor, no existen en la política las guerras sin treguas. Que el permiso de endeudamiento avance sería una buena tregua, y no sólo para el Gobernador.