Se lo conoce como un fenómeno psicológico que se caracteriza por la dificultad de dejar atrás experiencias dolorosas, reviviéndolas constantemente; el psicólogo Roberto Cowes brinda tips para identificarlo y combatirlo.

Qué es el síndrome del espejo retrovisor y cómo afecta la vida diaria

Un fenómeno psicológico cada vez más reconocido, el síndrome del espejo retrovisor, o síndrome de la memoria del espejo retrovisor, está en tendencia por su impacto en la vida diaria. Se caracteriza por la persistente dificultad para dejar atrás experiencias dolorosas, reviviéndolas constantemente y lamentando errores pasados.

Se puede imaginar la siguiente escena: una persona sujeta el volante de un automóvil que avanza en la ruta, sin embargo, su mirada solo se queda en el espejo retrovisor y no visualiza el frente, por lo que sugiere una conexión arraigada con lo que dejó atrás y esto no le permita mirar hacia adelante.

Así, con el peligro que pueda traer no mirar el camino de frente, las consecuencias de este síndrome en la vida diaria, pueden ser un problema que sin la atención adecuada tiene un impacto negativo en la salud mental.

¿Se puede vivir en el pasado?, para saber más de este síndrome, La Tecla dialogó con el Licenciado en psicología Roberto Cowes, con más de 27 años de experiencia para conocer por qué es importante detectarlo y cómo tratarlo para mejorar la calidad de vida.

Un mecanismo para evitar

“Se llama SER a un síndrome donde apelamos al pasado constantemente; y usa la analogía de ir en un automóvil mirando para atrás y dejar de mirar la ruta, con el peligro que conlleva”, explica Cowes.

Es importante destacar que aquellos que se ven afectados en este escenario, aclara Roberto, pueden sufrir angustia, estrés, depresión, melancolía y tristeza.

En relación a esto el psicólogo explica que “en general se apela al pasado para evitar el presente. Es un mecanismo inconsciente, para evitar la vida. Evitar el riesgo de un amor correspondido o no, de una posibilidad de cambio de dirección en la vida tanto que sea positiva como no. Es una forma de evitar el gran riesgo de vivir.”

En este contexto, Cowes apela a una frase para clarificar el síndrome, “cómo dice la frase, el que no arriesga no gana, en este síndrome no se arriesga, no se apuesta en la vida. Se vive perdiendo para perder la vida”.

Por otra parte, el psicólogo afirma que en tiempos como estos es necesario hacer una gran apuesta a la vida y apela a otra frase para ilustrar la situación “cómo decía un gran maestro mío, siempre hay que patear al arco”. Con esto se refiere a hacer y buscar lo que uno necesita sin importar tanto el resultado, ya que para el licenciado “se gana cuando uno está donde debe estar”.

Para ello es clave, que la persona que se sienta identificada con este síndrome se pregunte: “¿De qué estoy huyendo?, y recurrir a una consulta profesional para analizar y adquirir las herramientas necesarias para tratarse.

Estrategias para enfrentarlo

Aunque no existe un tratamiento específico para el síndrome del espejo retrovisor, hay diversas opciones terapéuticas que pueden ayudar a quienes lo sufren a manejar sus síntomas y mejorar su vida.

La terapia cognitivo-conductual, por ejemplo, puede ser útil para identificar y modificar los pensamientos negativos que contribuyen al trastorno, así como para aprender estrategias de afrontamiento.

Además de la terapia, es importante cuidar la salud mental y física de la persona afectada, promoviendo hábitos de vida saludables, la práctica de ejercicio físico regular, y el descanso adecuado. La medicación también puede ser una opción en algunos casos, especialmente si los síntomas son muy severos o si se presentan trastornos adicionales como la ansiedad o la depresión.

En esta línea, para el especialista es crucial preguntarse qué se está evitando de la realidad al mirar por el “espejo retrovisor”, ya que es un “escape de la realidad, por lo tanto, es necesario ver la causa del problema”.

Y afirma que, es importante que cada uno se pregunte: ¿De qué estoy escapando al pensar en el pasado? Para dejar más en claro esta afección Cowes, ejemplifica: “Un hombre está en pareja con una mujer y ella quiere tener un hijo, pero él no está muy seguro y, asimismo, recurre a historias amorosas pasadas para no tener que enfrentar la decisión de comunicar que no quiere, de escapar de la angustia de tener que decir que no, por ejemplo”.

En sí, para el psicólogo es importante tratar el problema, y no brindar soluciones que sean “temporales”, para tratar el tema de raíz y que la persona pueda enfrentar su realidad y el presente.

Roberto Cowes es Licenciado en psicología, egresado de la Universidad de Buenos Aires (UBA). MN 20.507 MP 60.509.
Para conocer más acerca de su trabajo se puede visitar la web www.psicologocowes.com.ar. También pueden contactarse a través de su Instagram oficial @psicologocowes, su mail robertocowes@gmail.com, o su WhatsApp 1153491939.

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