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Argentina
7 de mayo de 2024
MAXIMO KIRCHNER

El kirchnerismo y el dilema del hijo pródigo

Su rol, la influencia de Cristina, la disputa con Kicillof y el desafío del cristinismo de no reducirse por los caprichos de la expresidenta y su hijo. Qué dicen sus detractores y quienes lo defienden

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Entre el hijo de sangre y el hijo político, Cristina ya eligió. El acto de Quilmes fue una contundente confirmación. Hubo un pequeño reto en público para Máximo Kirchner cuando la expresidenta contó que “siempre me dice ‘no empecés con tu clase magistral de vuelta porque me tenés podrido’. Sí, bueno, te tengo podrido, pero si todos supieran y estudiaran un poco más podríamos defender mejor las cosas”. Pero aquello fue una caricia retórica frente al ninguneo al que sometió a Axel Kicillof, sentado entre el público, sin foto, sin nombrarlo ninguna vez y dirigiéndole sutiles dardos, como la frase en la que recordó que en el 2003 hubo una elección de cuartos, en momentos en que “había gente que se iba para no votar, al kilómetro 501”. Quizá pocos recuerden que el actual Gobernador formó parte de aquel “Movimiento 501”, surgido en 1999 -que se extendió hasta 2003- donde los dirigentes se iban lejos para no sufragar.

Hace años Cristina fantasea con el traspaso hereditario del liderazgo, y La Cámpora es el brazo ejecutor que sueña con ver al líder de la Orga en el firmamento que ocuparon sus padres. Ahora, ¿realmente quiere o puede Máximo asumir esa responsabilidad?, ¿o el hijo de dos presidentes prefiere seguir ejerciendo poder desde un rol menos expuesto? Una disyuntiva que trasciende los propios límites del kirchnerismo, traspasa las fronteras del panperonismo y se instala inquisidora sobre toda la política. En el medio, la disputa entre Máximo y Axel incomoda a Cristina, que debió salir a intervenir con un resultado a priori no tan contundente en favor de su vástago.

“Es un dirigente excepcional, tiene el 50% del ADN de Cristina y el otro 50% de Néstor Kirchner; imagínate lo que pienso de Máximo”, contestó el ministro de Justicia bonaerense, Juan Martín Mena, en la entrevista que le realizó La Tecla en marzo. Ese pensamiento es transversal en el cristinismo de paladar negro, sobre todo si es ella la que lo sube al pedestal. Pero no lo es en todo el kirchnenismo y mucho menos en el peronismo. 

Es cierto que se discute apresuradamente hoy la lapicera de las lejanas legislativas de 2025, y ese adelantamiento se produce por el afán creciente en varios sectores de Unión por la Patria por establecer un nuevo liderazgo con perspectivas de futuro. En esa dialéctica, los cristinistas torean que quienes piensan en Kicillof quieren renegar de la conducción unívoca de Cristina Fernández, y para exculpar un poco al Gobernador castigan a su entorno, sobre todo al ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque, y a algunos intendentes, focalizando principalmente en Jorge Ferraresi.

En el campamento maximista tratan de excluir a Kicillof del fango internista porque saben que pueden necesitarlo. No pasa lo mismo con el kicillofismo respecto al diputado nacional, pero sí evitan en lo posible embarrar a Cristina. “Falta un montón para el 2027, pero tenemos la posibilidad que encabece esta vez un candidato propio y aparece como primera opción Axel. Cuando se piensa a futuro nadie dice que él no sea quien represente para encabezar la coalición”, comentó el principal referente de un espacio ligado al Instituto Patria. Luego espetó: “Ferraresi lo usa a Axel para enfrentar al kirchnerismo”.

El jefe comunal de Avellaneda y Larroque son quienes han expuesto, pública y descarnadamente, la crisis de conducción del peronismo bonaerense, achacándole a Máximo y a La Cámpora estar en otra sintonía a la de la realidad y reprochándoles un desproporcionado desequilibrio en la representación legislativa. Se le cobran hoy al presidente del PJ provincial las listas del 2023 donde tuvo mano de hierro para cerrarle la puerta a las fracciones internas que se mostraban cada vez más cerca de Kicillof, y no hubo lugar para los intendentes. Las nóminas fueron monopolizadas por La Cámpora y los socios circunstanciales del heredero, Sergio Massa y Martín Insaurralde. Tras cartón, eso se cristalizó en el manejo absoluto de la Cámara de Diputados por parte de estas tres patas. “Es algo que no puede volver a ocurrir”, repiten intendentes y dirigentes ligados a espacios que quedaron afuera y ahora buscan reconquistar terreno bajo el ala del Gobernador.

Pero Máximo sigue siendo el presidente del PJ y, sobre todo, el elegido de Cristina. “Mientras tenga el apoyo absoluto de ella tiene un rol importante asegurado, y eso es un problema para el conjunto”, advirtió un exministro nacional que supo estar en Olivos con Néstor y con Cristina. Conoce tanto las entrañas de esa relación conyugal de presidentes que se animó a contar que “hay una cuestión muy especial entre el hijo varón y la madre. Máximo fue siempre la debilidad de ella mientras que Florencia era la debilidad de Néstor”.
Sin embargo, para el mismo dirigente, “a Máximo, cuanto más lo banque la madre más lo desdibuja a él. Su poder es hablar en nombre de ella, nada más”. 

Hay quienes lo invitan a decidirse por una carrera política que exceda los cómodos ámbitos legislativos. Es decir, que se gane la legitimidad en una competencia ejecutiva. En ese sentido, le llegaron recomendaciones para que compitiera por la gobernación de Santa Cruz el año pasado. Desistió de eso y a su lado sospechan que esa jugada llevaba implícita la intención de alejar al heredero de la tierra bonaerense donde el kirchnerismo ha sido hasta ahora patrón y sota.

Desde la perspectiva crítica, se lo acusa a Máximo de no querer exponerse en una responsabilidad pública más allá del Congreso Nacional y de la cada vez menos representativa presidencia del PJ Bonaerense. Se le reprocha querer mantenerse en las sombras, casi como si el espacio se moviera en la clandestinidad, cuando es momento de exponerse públicamente. De todos modos, está en la génesis de su personalidad, con la que ha clonado a La Cámpora, la desconfianza, el temor a la conspiración permanente y a la prensa, y la ambición de tener y ejercer poder. Quizá no para ostentar el cargo como sus padres, pero sí para tener ascendencia y decisión sobre él, como también pretendió Cristina en el último ciclo y no le salió.

“Máximo tiene que acompañar, tener la humildad de acompañar un proceso que lo excede y que él cree que resuelve en una mesa con cinco amigos”, reclamó un hombre del Gobernador. Hoy esa petición coquetea con la utopía.


El kirchnerismo y el dilema del hijo pródigo

LADEROS 
El círculo más cercano de un sistema que orbita en el líder de La Cámpora 

La Cámpora siempre funcionó de manera castrense. Durante muchos años se apoyó en la trilogía Máximo Kirchner, Andrés “Cuervo” Larroque y Eduardo “Wado” De Pedro. Hoy tiene en el diputado nacional su punto máximo de referencia, con un grupo de celosos lugartenientes y una decena de coroneles que orbitan alrededor del presidente del PJ bonaerense. 

Los coroneles son tres dirigentes con despachos en la Legislatura bonaerense: los diputados Facundo Tignanelli (presidente del bloque de Unión por la Patria) y Martín Rodríguez, y el senador Emmanuel González Santalla. “Están siempre donde está Máximo”, observan desde distintos espacios de Unión por la Patria. A ese primer círculo de confianza extrema del hijo de la expresidenta debe sumarse Mayra Mendoza. En ellos deposita Máximo la estrategia y la táctica para no perder en la batalla interna.

Con gestos fríos y distantes, la intendenta de Quilmes fue la primera en mostrar en público el enojo de la organización kirchnerista con el Gobernador cuando Kicillof visitó el distrito el 17 de abril, y fue en su territorio donde Cristina reapareció para retar a los que se dan por la cabeza con el bastón de mariscal. Mayra aparece como de las apuestas de La Cámpora para reemplazar a Kicillof en la gobernación en el 2027.

Del grupo, es Tignanelli quien suele recibir más munición por parte de los otros sectores internos, sobre todo desde los vinculados a Kicillof. El barbado dirigente de La Matanza es carne y uña con el líder camporista y sus detractores aseguran que “verdaderamente es él quien conduce a Máximo”. Le atribuyen también ser el autor intelectual del acto en Quilmes el 26 de abril, al que un miembro del PJ calificó de “jugada pírrica e infantil que le hicieron un daño enorme a Cristina” porque la expusieron en la discusión y “la achican, porque ella debe estar por encima de todo”.

Esos sectores que no concuerdan con la visión de La Cámpora sobre el presente político aseguran que Cristina debe acompañar un proceso nuevo, donde el epicentro sea la confrontación con Milei. También desde allí criticaron que con las fotos de Quilmes la “camporizaron” demasiado. Desde la Orga celebran la reaparición de la exmandataria y creen haber recobrado centralidad.   



¿EL KIRCHNERISMO SE ENCOJE?
Una zaga que algunos ven agotada y otros icónicamente inmortal

“El kirchnerismo es como Star Wars, las primeras películas fueron geniales, las del medio estuvieron más o menos y las últimas son malas”. La analogía, de un hombre que ve en Kicillof el futuro para que el espacio no termine de agotarse, contrasta con el dogma de los ultra K, quienes aún en los errores encuentran virtudes y no conciben otro liderazgo que no sea el de Cristina o, en su defecto, el de quien ella elija como heredero. 

Las fugas, la iconografía exhibida en Quilmes durante la reaparición de la expresidenta (con poco de Néstor cuando era una celebración de su triunfo en 2003), parecen darle la razón a la comparación cinematográfica. “Desde 2011 en adelante el kirchnerismo va achicando lo propio, primero se fue Moyano, después Massa, el Movimiento Evita, Randazzo y ahora llegan a creer que Axel, por no ser consecuente, es un ser externo”, espetó a modo de raconto un exministro de Cristina ante La Tecla. No se incluyó en la lista, pero bien lo pudo haber hecho en honor a su prosapia y cargo que ostentó. Agregó que “lo del acto, dejando al Gobernador abajo, sin siquiera mencionarlo, no se me ocurre que lo pueda hacer ni Milei”.

Luego subrayó que “hacer esa puesta en escena sólo para pegarle a Kicillof es facilitarle las cosas al Presidente; y a Axel cuanto más le peguen ellos le conviene”. Para el exfuncionario nacional “cada vez que pasa esto el que pierde es Máximo, porque queda como el chico caprichoso que manda a la madre a defenderlo”. También arreciaron críticas al discurso de la exvicepresidenta por su anclaje en el pasado, como si estuviera atrapada en viejas disputas, cuando hoy “la gente quiere discutir como hace para llegar a fin de mes, no si el kirchnerismo fue bueno o malo”, sentenció un funcionario provincial, que apuesta a Kicillof. 


El kirchnerismo y el dilema del hijo pródigo


INTERNISMO K
En boca de todos: Cristina y su rol en la nueva etapa que se abrió

“La discusión real es la conducción de Cristina. Ahí si hay diferencias, algunos sectores que están alrededor de Axel consideran que es Axel sin Cristina”, dispararon desde el campamento en el que se alojan Máximo y sus aliados. Para reafirmar su postura, señalaron: “Es Axel, pero con Cristina. Axel es un buen representante del kirchnerismo”.

Del mismo modo, sobre el lugar de Máximo Kirchner, avisan que “es el kirchnerismo unido con el liderazgo de Cristina y el rol claro de Máximo para conducir y articular la construcción territorial con intendentes, en diálogo con el Frente Renovador y otros sectores”. 

También hubo un mensaje teledirigido para los más cercanos a Kicillof y que se mostraron con beligerancia en la pelea interna. “El Cuervo (Larroque) sabe que tienen que pegarle a Cristina porque lo que buscan es armar por fuera de ella“, Dijo un dirigente cercano al Patria. Además, señaló que “le hacen daño Axel”. En tanto, remarcó que “no creemos que él (Kicillof) considere que es sin Cristina, pero si lo considera es un error. Además, pierde volumen político y electoral. Una cosa es ser bancado por Cristina y otra enfrentarla”.

Por supuesto, la respuesta no tardó en llegar. “No estamos discutiendo a Cristina, estamos discutiendo a Milei”, dicen las tropas que ven en el Gobernador el futuro del peronismo. Incluso, se mostraron disgustados por lo que implicó el acto de Quilmes para CFK. “Fue camporizacion innecesaria”, sentenciaron; y contraatacaron: “Cristina estuvo cinco meses sin hablar y sale por el debate político que hay entre quienes están en la realidad y quienes están en la paralela”. “Los que tienen que resolver qué hacen son estos chicos. El daño que le hicieron a Cristina el otro día es inmenso”, concluyeron.



REACOMODAMIENTOS
Fichas en el tablero: dime con quién andas y te diré quién eres

“El peronismo está en ebullición para organizarnos”, dijo un intendente de la Tercera sección al referirse a las discusiones internas. En ese marco, la disputa por el liderazgo produce reacomodamientos de los diferentes sectores detrás de dos faros plantados en el campo.
La seguidilla de actos y marchas dejó como saldo una serie de posicionamientos que comienzan a evidenciar quiénes libran la disputa y desde qué campamento. Las organizaciones políticas, sociales y gremiales dan un paso al frente en medio del fuego cruzado.

La jornada en Quilmes dejó en claro que Cristina Fernández eligió a La Cámpora como su base para batallar. De hecho, la foto final con Máximo Kirchner, Eduardo “Wado” de Pedro y Mayra Mendoza fue un claro mensaje. Además, entre otros aliados, hay que sumarle la organización hermana de Nuevo Encuentro junto al grupo de intendentes que se referencian con Martín Insaurralde.

Quienes juegan en la avenida del medio son viejos conocidos con posiciones que los caracterizan y no sorprenden. Sergio Massa y su Frente Renovador pivotean entre Máximo y Axel Kicillof, pero hay voces que sugieren que el tigrense estaría más cercano al líder camporista. El Movimiento Evita, con la intendenta Mariel Fernández, y Gildo Onorato en el gabinete provincial, tienden puentes con los dos sectores en pugna. 

Paso a paso, lentamente, Axel Kicillof comienza a encuadrar coroneles y soldados detrás de su espalda. El activo con el que ostenta es la banca multisectorial que construye y que se expresa cada vez con mayor volumen. Intendentes del Conurbano e interior, ministros de peso, organizaciones como La Patria es el Otro y el armado que encabeza Carlos Bianco, el Frente Popular Patria y Futuro, son elementos a tener en cuenta.

Además de las dos CTA, sector plenamente identificado con el Gobernador, la CGT hizo una clara muestra de acompañamiento a Kicillof en el Día del Trabajar. “El movimiento obrero se está encolumnando detrás de Axel”, aseguró un ministro bonaerense al referirse a la reunión que mantuvieron los popes de la central obrera con el primer mandatario provincial. Quienes ya habían expresado su apoyo fueron Pablo Moyano (Camioneros) y Abel Furlán (UOM). Los movimientos sociales enmarcados en la UTEP son otros que se muestran más afines al Gobernador en los últimos meses. De hecho, su secretario general, Alejandro Gramajo, fue uno de los oradores en el acto de Ensenada.


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